El 26 de mayo de 2021 se celebraron elecciones en Siria, reafirmando con ello su autodeterminación y su posición como nación soberana. El jefe de Estado, Bashar al-Assad, y su esposa Asma al-Assad, acudieron a las urnas, según confirmó la oficina de prensa del Gobierno, que compartió en los canales sociales fotos de la pareja introduciendo la papeleta en la urna y saludando a sus partidarios.
La televisión estatal siria mostró las largas filas que se han formado en distintos puntos del país, donde se encuentran unos 12 mil0 colegios electorale. Se espera que los resultados se anuncien el viernes por la tarde, 48 horas después del cierre de la votación. Los aspirantes a los que el Tribunal Constitucional de Siria aprobó para desafiar a Bashar al-Assad en su carrera para ocupar la silla presidencial son el vicejefe del Estado Mayor, Abdallah Salloum Abdallah, y Mahmoud Ahmed Marei, un abogado que lidera el Frente Democrático de Oposición, una coalición de seis partidos creada en 2018.
El actual primer mandatario votó en el colegio electoral de Douma, en el interior de Damasco, una ciudad con un fuerte valor simbólico por el papel que desempeñó en los primeros meses de la guerra en Siria, al haberse convertido en el bastión de los rebeldes. Con motivo de la votación, Al-Assad declaró que “Siria no es lo que se pretendía vender, una ciudad contra otra y una secta contra otra o una guerra civil. Hoy demostramos desde Douma que el pueblo sirio es uno solo”.
Damasco quiere mostrar con las elecciones que funciona con total normalidad, a pesar del conflicto aún vigente, que ha causado la muerte de cientos de miles de personas y el desplazamiento de unos 11 millones de habitantes. Y es que, pese al cese del fuego, las condiciones económicas del país siguen muy deterioradas, sobre todo por el desplome de la moneda oficial. Siria se enfrenta a una crisis económica agravada por las sanciones impuestas por Estados Unidos a través de la Ley César, la cual entró en vigor el 17 de junio de 2020; se trata de las medidas coercitivas unilaterales de mayor alcance, que violan los Derechos Humanos de la población civil.
Proyecciones del ganador
Estas son las segundas elecciones desde el inicio del conflicto en Siria; en los comicios de 2014, Al-Assad obtuvo más del 92% de los votos, por lo cual tendría el camino expedito para la continuidad de su gobierno por un período presidencial de siete años.
En realidad, aunque las fuerzas oficialistas han ganado terreno en el último año y ahora controlan la mayoría de las ciudades y territorios más poblados, el conflicto armado aún no ha terminado, sino que el mismo se encuentra congelado por una tregua entre los actores internacionales que intervienen allí.
A pesar de la aparente normalidad Siria sigue siendo un país devastado por 10 años de guerra, con más de 500 mil muertos, donde cerca de la mitad de la población total ha tenido que abandonar sus hogares y aproximadamente el 80% de los restantes viven por debajo del umbral de la pobreza. Con gran parte de las ciudades bajo el control de Al-Assad ,como Alepo, Homs y Hama, lo que queda de los yihadistas del Isis está confinado en el desierto y las otras formaciones rebeldes permanecen en su mayoría en la provincia norteña de Idlib.
Voces que no reconocen los comicios
Desde el anuncio por las autoridades de Siria de la realización de las elecciones, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) advirtió: “La votación no respeta las resoluciones del Consejo de Seguridad”. En este contexto, las voces críticas también llegaron desde el mencionado Consejo de Seguridad, cuando Francia, a través de su delegado, Nicolas de Rivière, manifestó que no reconocerá la legitimidad de las elecciones de mayo, que se celebrarán sin supervisión internacional, no conforme a las disposiciones de la Resolución 2254, aprobada por unanimidad en 2015.
Paralelamente, la embajadora de Estados Unidos, Linda Thomas Greenfield, señaló que el hecho de que no se haya aprobado una nueva Constitución es un indicio de que las llamadas elecciones del 26 de mayo serán falsas y reiteró la necesidad de incluir a los refugiados y desplazados internos en el proceso electoral. A su vez, Reino Unido destacó la ausencia de lo que denominaron un entorno “seguro y neutral”, donde millones de sirios siguen necesitando ayuda humanitaria. Sin embargo, aunque varios países de la Unión Europea (UE) también han pedido que las elecciones se celebren bajo los auspicios de la ONU, para la Federación Rusa es lamentable negar la legitimidad de las elecciones incluso antes de que se celebraran y denunciaron la “injerencia externa no autorizada” en los asuntos internos de Siria.
En conclusión, en el seno de la ONU los ministros de Asuntos Exteriores de cinco países occidentales (Reino Unido, Francia, Alemania, Italia y Estados Unidos) pidieron que la suspensión del proceso electoral, porque preveían que no serían libres y sólo servirían para reforzar el poder de Al-Assad en el país de Oriente Medio.
_________________________________________________________
Yoselina Guevara López Corresponsal en Italia