El ministro de Economía y Planificación (MEP) de Cuba, Alejandro Gil Fernández, declaró el jueves 20 de mayo que la isla aspira a un crecimiento económico del 6% en 2021.
Basándose en los resultados del primer cuatrimestre del año, Gil señaló que la economía cubana se está recuperando positivamente, a pesar de la pandemia de Covid-19 y del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el gobierno de Estados Unidos.
De acuerdo a la autoridad, varios sectores han mostrado un comportamiento favorable este año, como la exportación de níquel, cuyo valor en el mercado internacional supera los 17 mil dólares por tonelada, y los servicios de telecomunicaciones. El sector del turismo, considerado el motor de la economía nacional, aún no se ha recuperado, ya que las visitas de turistas extranjeros reportan una caída de un 95% entre enero y abril. Esto se traduce en una contracción del sector turismo en un 74.6%, lo que supone una disminución de los ingresos de alrededor del 52.8%.
A pesar de que la economía cubana se desplomó un 11% en 2020, Gil Fernández es optimista y aseguró que si el Producto Interno Bruto (PIB) crecerá un 6% este año y otro 6% el próximo, y podría retomar los niveles de actividad económica de 2019, caracterizados por un descenso del 0.2% del PIB.
Ordenamiento monetario
El año 2021 ha sido considerado en Cuba como un punto de inflexión, tanto que se ha contado como el “Año Cero” para toda una serie de importantes decisiones que La Habana se ha visto obligada a afrontar; por ejemplo, a partir del 1 de enero, el Gobierno cubano puso fin a un sistema de doble moneda que duró casi tres décadas.
Inicialmente en el país circulaban dos monedas, una de las cuales era la oficial, el peso cubano (CUP), y la otra el peso convertible (CUC), cuyo valor era igual a un dólar estadounidense. Tras la reforma monetaria se eliminó el peso convertible y el CUP quedó como única moneda con denominación legal para todas las transacciones. Según el ministro Gil Fernández, esta medida, aunque haya provocado un aumento de los precios, no es la causa de los problemas económicos actuales, como la escasez de ofertas, que se basa en la falta de liquidez en el país, por el contrario, ello obedece directamente a la intensificación del bloqueo norteamericano y el impacto de la pandemia.
Por otra parte, las exportaciones de bienes han crecido respecto a 2020 y se han creado más de 150 mil puestos de trabajo, lo que fomenta la eficiencia y permite una mejor conducción de las políticas económicas.
Desde 1994 Cuba tenía las dos monedas, introducidas como una de las medidas para afrontar la crisis de la década de los años 90 (“periodo especial”) como resultado de la desaparición de la Unión Soviética. Estas monedas no se negociaba en el mercado internacional, y el valor del CUC era fijado unilateralmente por el Gobierno cubano. El riesgo que está corriendo Cuba es que con la unificación monetaria los efectos a corto plazo sean adversos, pues esta puede generar inflación y desempleo, además de una caída significativa del poder adquisitivo si los salarios y pensiones quedan bajo la inflación.
En la cotidianidad, la supresión del sistema de doble moneda ya hizo que los precios básicos eleven y los bolsillos de los cubanos se han afectado, entre otras cosas, porque vieron aumentar sus tarifas eléctricas hasta en un 500%. Esto ya lo había advertido el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, en su anuncio de unificación: “Uno de los principales (riesgos) es que se produzca una inflación superior a la diseñada”.
En cuanto al desempleo, el Gobierno ha anunciado repetidamente que no habrá “terapia de choque” por la unificación, ni despidos masivos, con lo cual continúa con su línea política de la década de 1990: “El desempleo… no es una opción”.
En lo que respecta al poder adquisitivo de los cubanos y cubanas, las autoridades de la han prometido que la población será protegida del aumento de precios mediante un incremento de salarios y pensiones mayor que el de precios. Desde el Ejecutivo han interpretado esta elección del sistema de una sola moneda como un salto obligado hacia una economía real; la esperanza sobre todo para el pueblo es que no se convierta en un salto al vacío.
Inversión en salud: una prioridad
En este contexto, Cuba ha invertido más de mil millones de pesos en el financiamiento de gastos sanitarios para hacer frente al Covid-19. El Ministro de Economía y Planificación señaló: “Obviamente, las medidas restrictivas que hemos tomado ante la pandemia han tenido un impacto económico, pero no tenemos ninguna duda de que la salud es lo primero”.
En el presupuesto nacional para 2021, aprobado por el Parlamento, destinaron un 28% para garantizar la salud pública y la asistencia social. De acuerdo a la ministra de Finanzas y Precios, Meisi Bolaños, el presupuesto nacional “se sustenta en su carácter eminentemente social, al financiar los programas sociales y los servicios básicos de la población que constituyen conquistas de la Revolución, subsidiar productos y servicios altamente sensibles para la población”.
La inversión en salud en Cuba ha sido una constante, y no obedece única y extraordinariamente a la situación de pandemia que se está viviendo a nivel mundial. De acuerdo a cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)[i],para el año 2017 el gasto en salud per cápita registró en lamayor de las Antillas una inversión de hasta dos mil 484 dólares, en comparación con Haití que fue de apenas 83 dólares.
Bloqueo criminal imperialista
La anterior administración estadounidense, encabezada por Donald Trump, de manera infame incluyó a Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo y con ello reafirmó una serie de sanciones que los bloquearon a nivel económico y financiero en una política impuesta de manera férrea a la Isla desde hace más de seis décadas, iniciada por el presidente Eisenhower en 1960.
De acuerdo al ministro Gil, en 2019 el país caribeño fue víctima de varias medidas punitivas impuestas por Estados Unidos “con el objetivo explícito de ahogar la economía y causar desánimo y descontento en la población”. Además de no poder realizar importaciones desde Estados Unidos, la isla ni siquiera puede acceder a productos que contengan más de un 10% de componentes estadounidenses.
Finalmente, Gil Fernández señaló que la política estadounidense ha generado pérdidas de entre 12 y 15 millones de dólares diarios, además de otros impactos asociados al desaliento de la inversión extranjera y al aumento de los costos de los insumos. El actual jefe de la Casa Blanca, Joe Biden, declaró abiertamente que el expediente de Cuba no es un asunto prioritario para Estados Unidos, aunque durante su campaña electoral prometió retomar la política de apertura impulsada por la presidencia de Obama, en la que ocupó el cargo de Vicepresidente.
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Yoselina Guevara López Corresponsal en Italia
[i] Gasto en salud per cápita y en relación al PIB/ panorama de la salud en latinoamérica y el caribe 2020. Página web:
