En declaraciones a la revista francesa Paris Match, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva confirmó por primera vez públicamente que será candidato a las elecciones de presidenciales de Brasil 2022, tras recuperar sus derechos políticos por decisión del Tribunal Supremo. Lula afirmó enfáticamente: “Seré candidato contra Bolsonaro”, al tempo que añadió “si estoy en la mejor posición para ganar las elecciones y tengo buena salud, sí, no lo dudaré”.
De acuerdo a las encuestadoras Exame/Ideia el exmandatario tendría una intención de voto por sobre el actual presidente Jair Bolsonaro, y en una virtual segunda vuelta pronostican para Lula un 55% contra Bolsonaro, que tendría un virtual 45%. Asimismo, la reconocida Datafohla también da como favorito a da Silva para derrotar a Bolsonaro en las venideras presidenciales.
De acuerdo a estas proyecciones Lula da Silva ha subido en aceptación desde que fue declarado inocente en los juicios que se desarrollaron en su contra.
Dos gestiones, dos visiones diferentes
Con respecto a su gestión, Lula expresó: “Creo que fui un buen presidente. Creé fuertes lazos con Europa, Sudamérica, África, Estados Unidos, China y Rusia. Bajo mi mandato Brasil se convirtió en un actor importante en la escena mundial, especialmente al crear puentes entre América del Sur, África y los países árabes, con el objetivo de establecer y fortalecer una relación entre los países del hemisferio sur y demostrar que el dominio geopolítico del Norte no era inmutable”.
En otras declaraciones el líder del Partido de los Trabajadores (PT) se ha referido a la gestión de Jair Bolsonaro, la cual ha calificado como “un fracaso total”. Esta es también la opinión de millones de brasileños y brasileñas que han visto un rotundo fracaso por parte de Bolsonaro en el manejo de la pandemia, en la que para hoy 21 de mayo se cuentan 444 mil fallecidos y 15.9 millones de contagiados por Covid-19.
En enero de 2021 un sondeo del Instituto Datafolha demostró que siete de cada 10 brasileños desaprueban la gestión del presidente Bolsonaro, mientras que el 40% considera que es “malo” o “pésimo” su gobierno. Aunado a ello la desorganización y el retraso en la vacunación han sido también uno de los detonantes del malestar de la población. Desde el inicio de la pandemia, Bolsonaro había minimizado la gravedad de esta, declarándose abiertamente negacionista, rechazando las medidas sugeridas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otros organismos para hacer frente al coronavirus, al cual calificó de una “gripecita”.
Inicia el diálogo con los actores políticos
En otro orden de ideas Lula manifestó su intención de continuar una serie de conversaciones con todos los actores políticos que hacen vida en el gigante sudamericano. La semana pasada se reunió en Brasilia con más de 60 políticos de distintos partidos.
En su agenda para la próxima semana se encuentran reuniones y conversatorios con movimientos sociales, intelectuales y movimientos sindicales. A través de la red social Twitter da Silva escribió “Quiero hablar mucho. Quien hace política conversa. Dueño de la verdad, malhumorado, no es bueno para la política”.