Por Correo del Alba
A pesar de ubicarse Argentina en el sexto lugar del ranking mundial de la pandemia con 917 mil 035 contagiados y 24 mil 572 fallecidos por coronavirus, estos datos no sirvieron de dique para que no se produjera una manifestación en la Avenida 9 de Julio de Buenos Aires contra el gobierno de Alberto Fernández.
La protesta denominada “Banderazo del 12-O”, llevada a cabo el 12 de octubre, fue organizada por la oposición a Fernández y agrupó a casi 100 mil personas, quienes portaron una gran bandera argentina que cubrió los doce carriles de la importante arteria vial de la capital porteña y que tuvo como epicentro final el Obelisco de la ciudad.
Con un total de al menos 15 cuadras, desde donde se desplazaron los manifestantes, la protesta abarcó las Avenidas Santa Fé y Belgrano, con cornetas y cacerolazos en un mensaje contra el Gobierno. Las agencias de prensa señalan que entre los manifestantes los principales lemas eran la exigencia de libertad y justicia, la defensa de la división de poderes, la crítica al Tribunal Supremo,el castigo de los corruptos y la crisis económica. Todo ello expresado en una explosión de consignas con rimas pegajosas:»Se viene el estallido. Se viene el estallido. De mi guitarra. De tu Gobierno, también». Nunca antes la oposición había logrado cohesionar una protesta de tal magnitud contra el gobierno peronista. Y con el mismo tono manifestaciones similares ocuparon las plazas en ciudades como Córdoba, Mendoza, Santa Fe, Rosario, La Plata, Mar del Plata, Corrientes, Paraná, Salta y Bariloche, en un movimiento impulsado desde las redes sociales.
«Banderazo 12-O»: una bomba de contagios
En momentos que el mundo enfrenta una pandemia con un enemigo invisible como el coronavirus, una marcha o manifestación puede resultar una verdadera bomba bacteriológica que produzca la multiplicación de los contagios de manera exponencial. En este sentido, desde la Casa Rosada cuestionaron que la protesta se haya desarrollado justamente cuando el país sureño enfrenta una pandemia que ha cobrado miles de víctimas a nivel mundial. También lo consideraron como una muestra más de la irracionalidad de un sector político y condenaron la inclusión del domicilio de la vicepresidenta Cristina Kirchner entre los puntos de convocatoria, lo cual fue una provocación que pudo poner en peligro la integridad física de la autoridad.
El presidente Alberto Fernández sentó posición sobre la protesta del lunes 12 de octubre a través de la red social twitter @alferdez: «Disentir con un Gobierno es parte de la democracia. Movilizarse, aún con el riesgo que implica en una pandemia, también», agregando: «pero promover una convocatoria a una protesta en el domicilio de una persona solo fomenta la grieta y daña esa convivencia democrática».
Ante las protestas que se han venido suscitando en Argentina, el jefe de Gabinete del Gobierno, Santiago Cafiero las tachó de “marchas del contagio”. Por su parte la diputada del Frente de Todos, Gabriela Cerruti, las tildó de “fascistas”.