Por Correo del Alba
El escenario electoral boliviano entró en la recta final. El próximo 18 de octubre los bolivianos/as elegirán a presidente, vicepresidente, diputados y senadores. En medio de la pandemia, las siete fuerzas políticas habilitadas por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) despliegan su campaña en todas las esferas del campo político y por todos los medios existentes. Las últimas encuestas dan cuenta que el Movimiento Al Socialismo (MAS) podría ganar en primera vuelta, lo que provocó histeria colectiva a la oposición que arremete en contra del MAS en defensa de una supuesta democracia con métodos evidentemente antidemocráticos. Amenazas sin escrúpulos son una señal preocupante y que se van convirtiendo en hechos como la quema de una sede masista en Santa Cruz y el ataque e intimidaciones a la militancia en las calles. Además del viaje a Estados Unidos del ministro de Gobierno, Arturo Murillo, y sus polémicos dichos con relación a la necesidad de estar armados para frenar a la tolda progresista.
Debates presidenciales
Estos últimos días la disputa política se centró en los dos debates presidenciales. El primero organizadp por la Federación de Asociaciones Municipales (FAM) y el segundo por la Asociación de Periodistas de Bolivia y la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia. Al debate de la FAM acudieron los siete candidatos presidenciales, incluido Luis Arce del MAS, quien explicó de manera serena su plan de reactivación económica y la creación de empleos. No cayó en provocaciones de sus adversarios políticos. Combatió la hostilidad con paciencia. Contrarrestó cualquier difamación con propuestas, lo que fue vista de manera positiva por la población boliviana. La oposición, a la cabeza de Carlos Mesa, Luis Fernando Camacho y Jorge “Tuto” Quiroga, no pudieron exponer de manera clara sus planes de gobierno porque su marco de referencia fue la supuesta “mala gestión de los 14 años del gobierno del MAS”, lo que empobreció rotundamente el foro.
Al debate de la Asociación de Periodistas solo acudieron cinco candidatos de la oposición. Este conversatorio perdió interés ante la ausencia del candidato del MAS. A la misma hora, Luis Arce y David Choquehuanca participaron en una entrevista televisiva en la Red Uno. Fue acertada su participación allí porque pudieron explicar de manera detallada su plan de gobierno y el cómo reactivar el Modelo Económico Social Productivo y Comunitario que fue destruido por el Gobierno transitorio.
Disputa en las redes sociales
Las campañas electorales tradicionales han quedado en el pasado. Los canales digitales se han apoderado del marketing político y se han convertido en medios eficaces para que los candidatos interactúen con los electores. En este siglo ya no es suficiente hacer campaña por tierra (calles, plazas y avenidas) y aire (medios radiales, televisivos y prensa escrita), sino que ahora las redes sociales (Facebook, WhatsApp, Instagram, Twitter, YouTube, Telegram, etc.) se han convertido en parte importante y necesaria de la batalla política. Si no estás presente en ellas, es como si no existieras, especialmente para interrelacionarse con sectores juveniles, quienes interactúan con mayor frecuencia en este medio.
El binomio del MAS tiene mayor presencia en Facebook, WhatsApp, Twitter y YouTube. Desde estas plataformas se difunde su propuesta de gobierno. Abundan imágenes y videos de las grandes concentraciones populares y memes que invitan a recuperar la patria para los bolivianos. De manera concreta, se difunde noticias y hechos de la realidad social que es acallada por los grandes medios de comunicación. Se refleja el vínculo que existe entre los candidatos con el pueblo. Con la finalidad de posicionarse en la redes sociales, el MAS implementó varios Hashtag (#) que son manejadas como lemas de la campaña: #SomosMas, #ArceYDavid, #UnidosSomosMas, #YoLuchoPorBolivia, etc.
Desde las redes se contrarrestan los ataques de sus adversarios políticos. A diferencia del 2019, el MAS ya no cuenta con los llamados “guerreros digitales” que comandaron la batalla en las redes a nivel nacional. Ahora todo simpatizante o militante del MAS cumple el rol. Se encarga de combatir los fake news lanzadas por las fuerzas opositoras. Es la batalla del propio pueblo en contra de ciberactivistas que están muy bien capacitados y financiados por los adversarios políticos.
Por su parte, la oposición al MAS desarrolla y ejecuta un mismo libreto con algunas diferencias. Existe un ejército de ciberactivistas organizados por los principales partidos de oposición que, al tiempo de promocionar a su candidato, se dedican a la guerra sucia, a la promoción de discursos de odio para acallar la disidencia y la amplificación de tendencias como las cuentas falsas. El único objetivo que les une es el lema: “El MAS nunca MAS”.
Carlos Mesa mantiene su estructura de redes del 2019. Se apoya en YouTube y Twitter para difundir sus mensajes. Desde estas plataformas posiciona el Hashtag: #PrimeroLaGente, cuyo lema está enfocado en captar el voto de las capas medias y altas. Luis Fernando Camacho es casi un nativo digital y supo exprimir las posibilidades de las redes sociales cuando comandó el golpe de Estado en 2019. Prácticamente está presente en todas las plataformas digitales, cuenta con un equipo altamente calificado que apuesta conquistar al elector del Occidente de Bolivia. Al parecer contrató una empresa internacional de marketing, similar a CLS Strategies. Esta empresa, según Washington Post, distribuía desinformación a favor de la oposición venezolana y el gobierno de Áñez.








