Por Cris González
Señor
Manuel Cabieses
Director de la revista Punto Final
Presente.-
Querido Manuel:
Recibe junto a Paca y toda la familia y amigos de Punto Final (PF) un abrazo lleno de todo mi amor y las ganas de verte para celebrar el 55 aniversario de la fundación de la emblemática revista Punto Final, que en este medio siglo de lucha ha enfrentado todas las vicisitudes, peligros y prohibiciones que ha podido hacerle un sistema al cual se contrapuso desde la primera hora de su nacimiento. Pero también PF cuenta en su legado el haber sido la principal lectura guía de gran parte de las revolucionarias y los revolucionarios latinoamericanos y caribeños, quienes se han formado acompañados por su impronta. No olvido que, cuando empecé a investigar la vida de Enrique Maza Carvajal, el joven venezolano asesinado el 12 de septiembre de 1973 por los esbirros de Pinochet, y llegué a casa de su hermana, esta abrió la maleta de Enrique después de muchos años de evitar acercarse a esos recuerdos, entonces lo primero que vi entre sus cosas fue un ejemplar de PF, muestra de cómo este joven asiduo lector de la revista enviaba sus ediciones a Venezuela, para compartir sus enseñanzas.
Eres una lección permanente de humildad y compromiso revolucionario, consecuente con las ideas que han movido toda tu vida. En estos días volví a leer con calma la Autobiografía de un rebelde, ya que la primera vez la leí como una constatación de las historias que contabas en la tertulia familiar; pero esta vez la revisé con añoranza y nostalgia, volvía sobre tu carrera detrás de la patrulla de Carabineros que detuvo a tu madre y provocó el sufrimiento más desgarrador de la vida del muchachito que eras, volví a llorar contigo los dolores que marcaron tu infancia, a reír con las anécdotas. Me fascinan tus “salidas” geniales, únicas, el sarcasmo y esa voz que tienes para reírte de mi ingenuidad al pensar que la derecha entreguista y los gringos nos dejarán ganar las elecciones sin anteponernos una guerra. Estas, tus historias contadas desde tu voz y tu aspecto de hombre grande, siempre analizándolo todo con la seriedad o la ironía que amerite el caso, en los almuerzos aquellos de hace tiempo antes de la pandemia, cuando con la bella Flora, la tía Inés, el Javi, la Paca y toda la prole escuchábamos, compartíamos los cuentos y acontecimientos de cuando llegó tu familia a Caracas y la estabas esperando vestido con un traje blanco caribeño, tan distinto a la ropa usada en los inviernos santiaguinos de donde tuviste que salir a buscar la vida y encontrarla en mi país, donde dices que viviste los años más felices. Esos almuerzos donde degustábamos los exquisitos platos de la mini, que espero apenas pase esta cuarentena volver a programar.
No sabes el orgullo que significa para mí que me hayas dedicado un video sobre mi intrascendente intento de hacer un poemario, en medio del invierno, cubierto con la bufanda de alpaca boliviana que te entregué hace años. Quedan tantas lecciones por prodigar y a nosotros tanto por aprender de ti, del equipo histórico de PF y de la propia revista que tiene vida, personalidad y carácter propio.
Felicitaciones por este enorme trabajo y esfuerzo de toda la vida por construir un medio que cambiara la visión de las cosas, que nos ofreciera un ángulo humano, revolucionario, rupturista de la comunicación política.
El cierre de la revista en 2018 no hizo más que dejarnos la tarea de demandar que PF continúe en su labor constante de elevar la conciencia de quienes sueñan con un mundo de justicia social.
Feliz aniversario y que sean muchos más los que vengan.
Te quiero mucho y te mando, en estas torpes líneas, todo mi amor y mi orgullo, mi devoción y admiración por ti, y fíjate que no es todo lo que tengo que decir, pinté un modesto retratito, aunque no hay cómo compensar la enorme entrega tuya, tu amor inmenso, ni lo que me toca de ese reparto de cariño a mí, como hija adoptiva.
Cris Gonzalez-Cabieses