Por Correo del Alba
El presidente de Colombia, Iván Duque, luego de reunirse el lunes 17 de agosto con Robert O´Brien, consejero de Seguridad de los Estados Unidos, Craig Faller, jefe del Comando Sur, y Mauricio Claver Carone, asesor de Donald Trump, cita en que aprobaron una suma millonaria de dólares para fortalecer el “Nuevo Plan Colombia”, dedicado a la supuesta lucha contra el narcotráfico, además de tratar la “situación de Venezuela” y su migración, afirmaron que dentro de dos semanas se reunirán para “operativizar el plan”, según confirma el sitio web oficial de la Presidencia de Colombia.
Duque levantó un nuevo falso positivo, como denuncia en la red social Twitter el mayor general Vladimir Padrino López, ministro de Defensa venezolano: “Hoy el asesino seriado, responsable de las masacres y crímenes en Colombia, IVÁN DUQUE MÁRQUEZ intenta desviar de nuevo la atención hacia Venezuela lanzando como señuelo la estrategia del falso positivo, aprovechándose de la situación geopolítica”.
El mandatario colombiano acusó a militares venezolano de negociar armamento, sin presentar pruebas contundentes: “Están triangulando armamento proveniente de otro países, particularmente de Rusia y de Bielorrusia, a esas estructuras en la zona de frontera (…) organismos de inteligencia internacionales que trabajan con nosotros, donde se muestra que hay un intermedio a través de la dictadura de Nicolás Maduro, de adquirir unos misiles de mediano y largo alcance a través de Irán, la información de esto no ha llegado, pero se ha podido hacer esas aproximaciones particularmente por instrucción de Padrino”.
Estas declaraciones preparan otro escenario de agresión contra Venezuela, que este año ha sido invadida por grupos terroristas financiados por Estados Unidos y preparados militarmente para la irrupción. La más reciente fue la Operación Gedeón, que logró ser desarticulada gracias a la inteligencia y contrainteligencia cívico-militar. Asimismo, la presencia militar estadounidense y colombiana en supuestos ejercicios en plena frontera, a la par de la navegación del Comando Sur en aguas del Caribe, han levantado las alertas de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) ante cualquier posible atentado e incursión aérea, marítima o terrestre que viole territorio venezolano.
Desde la llegada de la Revolución bolivariana, Colombia ha mantenido una fuerte confrontación ideológica que se ha concretado en sabotaje fronterizo con grupos paramilitares, ataque a la moneda y contrabando de extracción, entre otras aristas arrojadas por la guerra que se emprendió con ahínco desde el mandato de Álvaro Uribe. A la fecha, esas políticas guerreristas no han variado mucho. La excusa de ataque actual es la crisis migratoria, de la cual fueron incitadores directos el Grupo de Lima, aún cuando, con la pandemia, se ha generado una situación de control fronterizo mayor por el retorno masivo de connacionales que fueron desalojados ilegalmente, víctimas de xenofobia en los países a los cuales viajaron. Estos ciudadanos venezolanos, desde el inicio de la pandemia, han intentado retornar al país por los pasos legales establecidos, pero también haciendo uso de trochas ilegales manipuladas por mafias colombianas que cobran una vacuna para ingresar a territorio venezolano sin ningún control sanitario, ocasionando un incremento en la cifra de contagios en la población que para mayo veía con esperanza el aplanamiento de la curva de infección.
Venezuela ha manejado con tacto y precaución el recibimiento de los retornos, se han tomado medidas sanitarias para que sea estricto el cumplimiento de la cuarentena, atención médica a tiempo de casos confirmados con síntomas y sin ellos, para controlar la propagación. Toda persona que retorna debe cumplir estos protocolos antes de dirigirse a su respectivo hogar. El costo de tratamientos, alojamiento, comida y traslado es asumido en totalidad por el Gobierno nacional y local. Para hoy, 21 de agosto, en las cifras oficiales de la Plataforma Patria existe un total de enfermos de 37 mil 567 contagiados, de los cuales 26 mil 330 se han recuperado, con un saldo fatal de 311 personas fallecidas; los activos están en 10 mil 926 casos, quienes están siendo atendidos tanto en centros de salud como en aislamiento en espacios autorizados bajo control médico.
También hoy se levantó una nueva narrativa contra Venezuela que tiene que ver con un supuesto cierre de fronteras por el Norte de Santander, anunciada por migración colombiana desde Twitter: “Acabamos de ser notificados de la decisión de Venezuela de restringir el ingreso de sus nacionales a ese país, a partir del día de mañana por el Puente Internacional Simón Bolívar, en Norte de Santander”. Por lo cual el canciller bolivariano, Jorge Arreaza, se manifestó contrariando la información: “¿Qué más puede esperarse del gobierno de #Colombia? Siempre la mentira tendenciosa. Son una fábrica de #FakeNews. Un gobierno experto en falsos positivos en todas sus modalidades. En Venezuela recibimos a nuestr@s compatriotas con los más rigurosos protocolos de bioseguridad”.

En la mira están las elecciones parlamentarias de Venezuela el 6 de diciembre, a la cual la derecha latinoamericana y estadounidense han ido oponiéndose abiertamente. Uno de los primeros en manifestarse en su contra fue precisamente Duque, afirmando que no reconocerá el resultado de los comicios, a lo cual el presidente Nicolás Maduro respondió que el gobierno de Duque es “colonizado, arrodillado a los intereses del imperio norteamericano (…) que nos importa lo que tu reconozcas o desconozcas, a ti no te reconoce el pueblo de Colombia”.
Estas noticias buscan desequilibrar el clímax político que se prepara en el país de cara a los comicios, pero también generar desasosiego y terror en la población ante una amenaza de invasión. La guerra sucia, que se apoya en lo mediático, ha recrudecido debido a que de ganar mayoría de curules parlamentarios a favor del gobierno bolivariano, los Estados Unidos no tendría un apoyo interno para continuar despojando a Venezuela de las riquezas, como hasta ahora lo ha venido haciendo con la venia del autonombrado presidente Juan Guaidó, que ha facilitado el robo de activos venezolanos tanto en territorio norteamericano, como en otros valores como oro y dólares en bancos internacionales. El destrono de Guaidó de la Asamblea Nacional es una pérdida importante; por eso, el sabotaje a las elecciones y desconocimiento temprano de las elecciones es parte de una estrategia necesaria para darle continuidad a los aliados y poder así justificar el despojo, el bloqueo y el continuo asedio a Venezuela.