Por Tony González
Donde empieza la vida todo tiene sentido, la gestación en las mujeres implica una gran cantidad de exigencias físicas y psicológicas que la llevan a estar en una situación de vulnerabilidad que son dignas de considerar. El embarazo requiere una atención y un ambiente que brinden la posibilidad de estabilidad en la mujer, para lograr el desarrollo integral de la nueva vida. En el tiempo de gestación no solo la pareja y la familia cercana tienen un papel preponderante, es la sociedad misma y sobre todo el Estado quien debe velar por la seguridad de las mujeres; el futuro empieza en cada vientre de la patria. Sobre este y otros temas Correo del Alba habló con Asia Villegas Poljak, ministra del Poder Popular para la Mujer y la Igualdad de Género de Venezuela.
¿Cuando nace la iniciativa del parto humanizado?
En 2017, exactamente el 11 de julio, día clave para todas nosotras; fue ahí cuando el presidente Nicolás Maduro lanzó el Plan Nacional de Parto Humanizado. Plan que viene a responder a una de las demandas sociales más importantes de las mujeres en el país, y en general a la sociedad entera, como es la necesidad de que el parto y el nacimiento sean hechos respetados, sean momentos de vida amorosos y que, por supuesto, cada maternidad sea deseada, feliz y segura.
¿De dónde se apoyó legalmente la idea de crear Parto Humanizado?
El plan viene a responder una de las necesidades que era el trato justo, y es hijo del plan de derechos sexuales y reproductivos, que en su momento se había suscrito en 2013, respondiendo al mandato constitucional del Artículo 76. Allí se habla sobre el derecho a decidir de las mujeres y los hombres acerca del número de hijos e hijas que queremos tener y el intervalo entre ellos.
Con ese paraguas abierto del mandato constitucional, vino una serie de políticas dirigidas a garantizar que el ejercicio de esos derechos sexuales y reproductivos, sean efectivos y vayan más allá de lo normativo y lo enunciado.
¿Se tomó como referencia alguna experiencia en el mundo para esta creación?
Es la cristalización de algo que tenía décadas como bandera de lucha de las mujeres. Pero, además, el plan viene a ser un hito en la región de América Latina y el Caribe. Venezuela es el primer país que tiene un plan de derechos sexuales y reproductivos y un plan de parto humanizado.
¿Cómo fue recibido por los distintos sectores de la sociedad venezolana el parto humanizado?
Desde su creación, el parto humanizado se convirtió en un gran debate nacional, tuvo personas a favor y en contra, con resistencias, pero también ha convocado voluntades políticas.
¿Cuál es el balance en estos tres primeros años?
Lo más significativo es que a tres años de su creación, hoy en día es un debate nacional y dejó de ser un tema subalterno y solo de mujeres, porque era considerado tema de mujeres y tratado despectivamente.
¿Cree usted que se han logrado las metas planteadas?
Son muchas las metas alcanzadas y los desafíos que nos dibujamos ese 2017. Nosotros teníamos como meta, y digo nosotras porque en ese momento estaba de ministra Blanca Eekhout y yo en el rol de viceministra, la necesidad de acompañar a las mujeres que daban a luz a los 500 mil nacidos vivos para ese momento y, efectivamente, ese año había un poco más de 500 mil nacimientos, y nos pusimos además como meta alcanzar la formación de 10 mil promotoras de parto humanizado, visualizando que, si cada una acompañaba a 50 gestantes, en una multiplicación sencilla eso nos arrojaría la cifra de 500 mil.
¿Esa cantidad calculada de promotoras era para cubrir todo el territorio nacional?
Como la matemática es exacta, no así las realidades sociales, que son más ricas, lo pensábamos sobre todo contando el territorio. Así que no se trata solo de 50 gestantes por promotora comunal de parto humanizado en el transcurso de un año, sino de identificar los territorios, los espacios de vida de las mujeres y el devenir en el curso de vida de las mujeres. No es lo mismo los 85 mil nacidos y nacidas vivas en el estado Zulia, por ejemplo, que los nacidos y nacidas vivas en el Distrito Capital, donde por otras procedencias terminan pariendo en la ciudad.
Y esas realidades formaron parte del conjunto de consideraciones a la hora de un diseño de una política pública.
Esa propuesta inicial se fue reformulando pero, además, por mandato, a través de las instrucciones presidenciales. El Presidente, en un primer momento, nos pidió 20 mil promotoras comunales de parto humanizado y hoy la meta es alcanzar 30 mil. En efecto, hoy se han formado 19 mil 710 promotoras de parto humanizado.
«Venezuela es el primer país que tiene un plan de derechos sexuales y reproductivos y un plan de parto humanizado»
¿Continúan ejerciendo esas 19 mil promotoras?
Actualmente hay un total de 12 mil 900 activas. Decimos activas cuando esa promotora que se ha formado tiene un reporte regular de círculos de apoyo gestacional conformados, donde hay un número determinado de gestantes, donde se han generado procesos de aprendizaje, de enseñanzas de formación sobre la adecuación psicológica y física para el parto y el nacimiento fisiológico natural, vaginal y sobre todo el empoderamiento de las gestantes sobre su derecho a decidir; el empoderamiento de las gestantes sobre su demanda de un trato digno, amable y justo sobre una visión de derecho.
¿Cuál es la forma de medir o llevar el control del parto humanizado a nivel nacional y quiénes participan en esta estadística?
Pensamos que era importante crear un indicador que nos diera cuenta de la atención integral a las gestantes, que es el número de consultas prenatales. Para el 2017 teníamos las expectativas de saber el número de la cobertura en la consulta prenatal de nuestras mujeres en condición de gestante.
Otro de aquellos desafíos que identificábamos era la sensibilización al gremio médico y en general a la comunidad. Como te decía, el parto humanizado es un debate a nivel nacional, en el sector salud, es un debate político en las comunidades y es una política pública que se aterriza en el territorio, se comunaliza y da cuenta a nuestras comunidades organizadas a través de la cartografía social, que es un tema de preocupación de toda la comunidad.
¿Se involucra la comunidad u otros sectores de la sociedad en el parto humanizado?
No es un tema subalterno y no es solamente del comité de igualdad y equidad de género en el territorio, sino que es un tema de los CLAP, por ejemplo; tiene que ver con el jefe y la jefa de calle, con la UBCH y con todas las organizaciones de base comunitaria que hacen vida del ejercicio de la democracia protagónica y participativa en el territorio.
¿Siempre vieron como factibles los objetivos que se plantearon?
Aquellas metas no eran ilusorias ni utópicas, eran factibles, y hoy vamos abriendo caminos en el debate nacional sobre el parto humanizado.
En el tema de la formación de las promotoras, ¿cómo fue el proceso y con qué espacios contaron?
Para nosotras era imprescindible abrir espacios de formación y hoy las bases de misiones, los espacios del Instituto Nacional de Cooperación Educativa Socialista (Inces); en muchos espacios comunitarios se conforman los espacios de instrucción de las promotoras comunales de parto humanizado, inclusive en centros materos como el Centro Hugo Chávez en El Valle o la misma Clínica Santa Ana en San Bernandino hay espacios de debate, de formación y discusión, en que alcanzamos a tener un pico importante. También en distintas gobernaciones y alcaldías han abierto espacios para la formación de nuestras promotoras.
¿En la actualidad cómo se desarrolla el parto humanizado con la pandemia del coronavirus que está causando tantas muertes y ha obligado a la cuarentena social?
En el contexto de la lucha contra la enfermedad del coronavirus se nos imponen las estrategias distintas de formación, tanto de las gestantes como de nuestras promotoras, quienes han pasado al ámbito virtual. Hemos venido adecuando los contenidos para ese proceso de acatar las instrucciones de la comisión presidencial, para garantizar la no propagación de la pandemia y, por supuesto, haciendo uso de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) al respecto.
Igualmente ese espacio de formación necesita una de las cosas que sigue siendo un gran desafío, que es la certificación de esos estudios, saberes y conocimientos. En un primer momento comenzamos un proceso de certificación con el Inces por cada hora crédito, de manera que cada contenido programático fue revisado, valorado y nos permitió certificar el primer grupo de compañeras, que no pasa de cuatro o cinco mil mujeres certificadas. Pero debemos certificarlas a todas, ya que esta es una deuda pendiente.
Que la Universidad de las Ciencias de la Salud y el Inces certifiquen esos contenidos para nosotros es muy importante y hoy contamos con una gran fortaleza que es la Escuela Feminista del Sur Argelia Laya, que hemos llamado Femsur, esa plataforma se consolida y tiene cualidad para certificar estudios.
¿Sienten las mujeres respaldo con el parto humanizado?
Está el tema de promover el derecho a decidir de las mujeres en sus derechos sexuales y su derecho reproductivo. Ahí hay mucho camino por andar todavía, pero que nosotros podamos comprender que hoy en día una mujer puede decir no a la cesárea innecesaria o no al pitocin, porque yo quiero que mi proceso natural se desarrolle con el tiempo que se requiere y la calma, por eso siempre decimos voy pariendo sin prisa y sin pausa. Ese sin prisa y sin pausa es que los procesos naturales se desaten en los tiempos que la naturaleza nos pide, salvo aquellas patologías que requieran la intervención especializada.
Y eso no lo decimos nosotras, lo dice la OMS, donde hay más de 30 años de lineamientos diseñados y emitidos sobre la necesidad de la reducción del intervencionismo médico en el proceso natural y fisiológico que es el parto y el nacimiento.
«El Presidente, en un primer momento, nos pidió 20 mil promotoras comunales de parto humanizado y hoy la meta es alcanzar 30 mil»
En varios países la mayor cantidad de nacimientos se realiza por cesárea. ¿Ha cambiado en Venezuela esa realidad gracias al parto humanizado?
Parte de aquellos desafíos que dibujábamos en 2017 era la reducción del índice de cesáreas. Si muchas de estas cosas parecían utópicas, creo que una de las más utópicas era poder caminar hacia la necesidad de la reducción del índice de cesáreas. Para el 2017 ese índice rondaba el 52% en el sector público y en el sector privado seguro estaba por encima de esa cifra.
¿Qué significaba para ese momento ese porcentaje de índice de cesáreas?, lo que hemos repetido incansablemente, representa 252 mil horas de quirófanos y 250 mil cuerpos intervenidos a lo largo de un año, en muchos de los casos innecesariamente.
La OMS establece que ese índice no debe pasar del 13% al 15%, salvo que sea una maternidad especializada de alto riesgo obstétrico y donde, por supuesto, debe incrementarse ese índice, porque para eso están las maternidades de complejidad de alto nivel de especialización. Aunque no todo alto riesgo obstétrico necesariamente termina en una cesárea. Esta reducción repercute positivamente en la red hospitalaria ya que la mayoría de los partos son atendidos gracias a parto humanizado en ambulatorios o las instituciones de salud más cercanas a cada comunidad.
¿Existe algún material didáctico donde conocer sobre el parto humanizado?
Para nosotras era fundamental la línea editorial del parto humanizado. Y esta tiene productos para el manejo de la promotora, para el manejo de gestante, por ejemplo, “La guía de maternidad deseada feliz y segura”, cuya autora es la profesora Moralba Jiménez. De esta habíamos tenido una impresión reducida a través del fondo de población; después fue reproducida por el Ministerio el Poder Popular para la Comunicación y la Información (Minci) un número de 10 mil ejemplares. Y ese fue nuestro primer instrumento de formación.
Hoy tenemos cinco guías para la facilitación de formadoras y de las promotoras comunales de parto humanizado, para la formación de las gestantes, sus parejas y los familias; también destacamos esas primeras cinco guías y sus contenidos programáticos y, por supuesto, la guía de la formación de la promotora, donde están los cuatro módulos de formación. Cuando empezamos teníamos tres módulos en la formación, pero hoy hemos incorporado un cuarto.
A tres años del inicio del plan de parto humanizado, ¿qué cosas hay que cambiar o mejorar?
Para nosotros ha sido fundamental revisar con que comenzamos esos sueños, que tienen unos cuantos insomnios previos, pero eran sueños realizables. Y, por otra parte, para nosotros una de las cosas más importantes es sistematizar las experiencias, imponer rigurosidad metodológica; la necesidad de la sistematización es dar cuenta al país de aquella expectativa que abrimos en 2017.
En medio de un escenario con 300 medidas coercitivas unilaterales y de guerra económica férrea, de acoso imperial, y en medio hoy de la primera pandemia del siglo XXI, sigue siendo el plan del parto humanizado una de las políticas privilegiadas por el presidente Nicolás Maduro, quien ha insistido de manera reiterada del cumplimiento de las meta y de los desafíos que nos planteamos cada año.
En este momento contamos con una mesa técnica política, que se llama el Órgano Superior del Parto Humanizado, donde está la Misión Médica Cubana, la doctora Mirian Aliño, quien es asesora del Ministerio del Poder Popular para la Salud, pero además tiene en su haber un antecedente histórico como fue haber llevado adelante el programa materno infantil en la hermana República de Cuba, junto a todo el apoyo que brinda la Misión Barrio Adentro, con sus médicos cubanos y venezolanos, en los Centros de Diagnóstico Integral (CDI) y en los consultorios médicos populares.
¿Cuáles son las características de centro para el parto humanizado?
Tenemos unos indicadores que se vienen afinando para el proceso de sistematización, son unos estándares para certificar un centro de parto humanizado. Tiene que ver con la reducción de la violencia obstétrica, con el parto natural, fisiológico y vaginal, con el trato justo, digno, amable que cada acto de parto y nacimiento lleva consigo; tiene que ver con el apego inmediato, con el cobijo conjunto, con el derecho a la mujer a decidir en qué posición quiere parir, con el acompañamiento de la pareja o la familia o de quien ella decida, con que ese centro tenga formación sobre esta visión de derechos que es el plan de parto humanizado.
¿Reciben apoyo económico las gestantes de parte del Gobierno?
Parto humanizado logró entrar en el Sistema Patria y a través del Carnet de la Patria se hacen los aportes a las gestantes durante los meses de embarazo. También con este sistema logramos que las promotoras reciban sus estipendios.
¿El parto humanizado es un tema solo de mujeres?
No es un tema de mujeres preñadas en las salas de espera de un centro de salud. Tampoco el parto humanizado es un tema del Ministerio de la Mujer, sino que es un tema de la nación y de un Estado garante de derechos, de un gobierno revolucionario que puso como centro de la política, en este caso, a las ciudadanas y ciudadanos, a las humanas y humanos.
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Tony González Comunicador