Por Nahir González
Entre las facetas de Federico García Lorca está su amor por la música, una de las formas de expresión más relevantes en que se pueden apreciar los romances escritos por el poeta, con toda la carga emotiva de la que se valió para comunicarse. Esta musicalidad y pasión está presente en la “Canción otoñal”, en el “Canto nocturno de los marineros andaluces”, pasando por el “Romancero Gitano”, sin dejar de pasar por alto la dramaturgia en piezas como Mariana Pineda, la Muerte de Torrijos y Bodas de Sangre.
El creador del Romancero Gitano en una conferencia explicó su relación con esta forma literaria, en la que desplegó su capacidad creativa: “Desde 1919, época de mis primeros pasos poéticos, estaba yo preocupado por la forma del romance, porque me daba cuenta que era el vaso donde mejor se amoldaba mi sensibilidad”. No hay forma de no relacionar a Lorca con el sentir gitano, con el cante jondo, con manos que se mueven al son de los rayos de la luna que melancólica baña las viejas plazas, con las notas de una guitarra vieja que suena triste y violenta, para que los ausentes volteen a mirar.
Con el romance logró la sonoridad, el ritmo y cadencia musical, se puede decir que más que cualquier otro poeta de su generación: “El romance típico había sido siempre una narración, y era lo narrativo lo que daba encanto a su fisonomía, porque cuando se hacía lírico, sin eco de anécdota, se convertía en canción. Yo quise fundir el romance narrativo con el lírico sin que perdieran ninguna calidad, y este esfuerzo se ve conseguido en algunos poemas del Romancero, como el llamado «Romance sonámbulo», donde hay una gran sensación de anécdota, un agudo ambiente dramático, y nadie sabe lo que pasa, ni aun yo, porque el misterio poético es también misterio para el poeta que lo comunica, pero que muchas veces lo ignora”.
Su lado gitano, del que iba y volvía sin problemas, y la vena musical, el gusto por lo popular gitano, le viene por su bisabuela Josefa Rodríguez, a la que llamaban “la abuela rubia”, que era de origen gitano, según destaca la Biblioteca Lorca. Y antes de ser poeta, su primera referencia en el arte fue la música, pues recibía clases de piano desde muy joven. En 1921, según refiere la mentada Biblioteca, el poeta aprendió a tocar la guitarra y su alegría por tal logro quedo expresada en una carta dirigida a su amigo Adolfo Salazar: «Acompaño ya fandangos, peteneras y er cante de los gitanos: tarantas, bulerías y ramonas. Todas las tardes vienen a enseñarme el Lombardo (un gitano maravilloso) y Frasquito er de La Fuente (otro gitano espléndido). Ambos tocan y cantan de una manera genial, llegando hasta lo más hondo del sentimiento popular».
En 1931 grabó un disco de 78 rpm en el que tocaba el piano acompañando a la cantante Encarnación López “La Argentinita”; con solo piano, castañuelas en la percusión y voz; en total fueron diez canciones para un gramófono en cinco discos con una pieza por lado, las que ya son parte de la historia musical española de música antigua. Las canciones grabadas fueron: Anda Jaleo, Zorongo Gitano, Los Cuatro Muleros, Nana de Sevilla, Romance Pascual de los Peregrinos, En el Café de las Chinitas, La Morillas de Jaén, Romance de los mozos de Monleón, Sevillanas del Siglo XVIII y Las Tres Hojas.
Con respecto a las letras de “Canciones populares”, muchos autores se las atribuyen a García Lorca, sin embargo, Mario Hernández asegura que “las letras, han tenido que escribirse de las propias canciones ya que no hay ningún manuscrito ni literario, ni musical”. Pero estos textos parecen estar ambientados en un contexto político incierto, entre el estatus que siempre mantuvo la Monarquía, la República, los adversarios y la proximidad de la Guerra Civil. En letras como Anda Jaleo se aprecia un verso que para el contexto resulta ser subversivo, por lo que tiene sentido que no existan documentos que demuestren autoría, por tanto es un misterio más que se suma a la vida del poeta revolucionario. El siguiente coro fue incorporado a la canción El Quinto Regimiento, una de las más populares canciones durante la Guerra Civil española:
“En la calle de los Muros
han matado una paloma.
Yo cortaré con mis manos
las flores de su corona.
Anda jaleo, jaleo:
ya se acabó el alboroto
y vamos al tiroteo.”
García Lorca se hizo parte del folclore gitano, muchos de sus poemas fueron musicalizados por grande artistas de todas las latitudes. Dentro de los máximos exponentes e intérpretes lorquianos está el cantante flamenco Camarón de la Isla, que permite la evolución de este género musical no solo con la irreverencia de la letra, sino con la incorporación de instrumentos que rompieron su estructura clásica.
García Lorca es uno de los poetas más prominentes de España y hoy, 5 de junio, se cumplen 122 años de su nacimiento. El autor transitó por una vida llena de vicisitudes y sorteó todas, menos a su nefasto final, igual que Antoñito el Camborrio, que “Tres golpes de sangre tuvo, y se murió de perfil”, fusilado, su cuerpo continúa sin aparecer, por lo tanto no se pueden poner telegramas azules.
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Nahir González Analista política
AUDIO “Anda Jaleo”, Federico García Lorca con «La Argentinita».
