Por Yoselina Guevara López
A. Hassoun, de la agencia siria SANA (https://sana.sy/en/?p=191866), informó el día domingo de la quema de 20 hectáreas de campos de trigo en la población de Adla, en la campiña de Shaddadi, al sur de Hasaka, por parte de las fuerzas de ocupación estadounidenses.
Los helicópteros Apache que están siendo pilotados desde bases ilegales de Estados Unidos en Siria realizan estas misiones destructivas a través del lanzamiento de unas especies de pelotas incendiarias, que tienen la capacidad de quemar inmediatamente grandes extensiones de cultivos. Una vez que producen los incendios, realizan vuelos razantes en las casas de los civiles con el objetivo de crear terror en la población, especialmente en los niños y niñas. Esta operación militar tiene como fin también enviar un mensaje: los agricultores no deben vender el trigo al gobierno del presidente Bashar al-Ásad.
El pan, un arma de guerra
Desde tiempos inmemoriales el “pan” ha constituido uno de los principales alimentos de la dieta siria. El día 4 de mayo el presidente Al-Ásad señalaba a la prensa que “nuestro desafío interno más difícil es asegurar los bienes básicos para la población, en particular los alimentos”. Las embestidas norteamericanas buscan evidentemente impedir que Damasco, en medio de la pandemia por el Covid-19, pueda garantizarle los alimentos a su pueblo.
Las provincias septentrionales de Hasaka, Al Raqa, Alepo y Deir ez-Zor, así como Hama, en el centro de Siria, representan el 96% de la producción nacional total de trigo. Utilizando el fuego como arma de guerra, en 2019 se quemaron 85 mil hectáreas de trigo, por lo que el Gobierno se vio obligado a importar 2.7 millones de toneladas para cubrir las pérdidas. La destrucción de la agricultura obedece a una estrategia bélica utilizada por varios enemigos de Siria.
El analista político sirio Nicholas Heras declaró que “Al-Ásad necesita acceso a los cultivos de granos en el noreste de Siria para evitar una crisis de pan en las zonas del oeste de Siria que controla.El grano es un arma muy poderosa en esta próxima fase del conflicto sirio». Esto significaría que los norteamericanos y sus aliados kurdos tienen en el pan una forma de presionar al Gobierno, porque cuentan con el control de los trigales.
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Yoselina Guevara López Corresponsal en Italia