Por Yoselina Guevara López
La casa-estudio de Enrique Sardá, bajo el cielo azul profundo de Caracas, permanece intacta, como si de un momento a otro el artista va aparecer y nos dará la bienvenida a su íntimo espacio de creación. Están sus telas, sus materiales, sus pinturas, todo esta allí esperando las manos del artista creador de abstracciones. Enrique, un artista venezolano olvidado, originario de la ciudad marítima de Puerto Cabello, decidió establecerse en la capital siendo muy joven. Esta bulliciosa ciudad marcará su vida personal y artística. Aún luego de recorrer parte del mundo entero, siempre regresará a la sultana del Ávila, lugar donde finalizará su vida en este plano. Porque los notables artistas, como los grandes hombres y mujeres nunca mueren.

A sus 96 años, Sardá seguía siendo un artista lúcido, seguro de sí mismo y de su arte, dueño de la libertad de expresión sin el encadenamiento a la degradación de los cánones de un mercado artístico o de la academia, contra la cual siempre estuvo en una constante resistencia.
Desde temprana edad muestra una clara inclinación artística, dibujando con precocidad y perfección. A la edad de veinte años inicia de manera formal sus estudios artísticos en la Escuela de Artes Plásticas y Aplicadas de Caracas, donde permanecerá por tres años, momento en que se suma a la protesta contra los métodos académicos vigentes para ese momento en dicha institución. Es el año 1945, en una Venezuela marcada artísticamente por la tendencia al paisajismo, en la cual Sardá no tendrá dudas de sus intenciones que iban totalmente contrapuestas a esta tradición. Por ello se opone a la adhesión casi pacata del mundo con todas las fibras de su sensibilidad e inteligencia, marcando con ello un rompimiento con el pasado y estableciendo una mirada al futuro, desarrollando su arte con la inteligencia del corazón. Esta determinación le hace ganar no poca resistencia en muchos espacios culturales, sobre todo por su ideas revolucionarias de tendencia de izquierda. Funda “La Barraca de Maripérez”, con un grupo de artistas que posteriormente formarán parte de la vanguardia en pintura contemporánea en el país; participando por muchos años en el taller libre de arte de Caracas.

El arte es una búsqueda implacable, con la única plasticidad de la expresión del sentimiento interior. Por ello viaja a Ciudad de México a seguir estudios de pintura, donde se nutre de la experiencia de pintores como Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco, admirando el muralismo mexicano como movimiento artístico, con un contenido altamente ideológico, que retrata los movimientos populares. En 1957 viaja a Europa, donde trabaja hasta el año 1960, recorriendo las más importantes capitales de la cultura, estableciéndose en París, donde se libera totalmente y abraza la abstracción. En la ciudad luz, se hace admirador de la gesta de Fidel Castro y de la liberación del pueblo cubano, escucha Radio Habana y comparte las ideas revolucionarias y el naciente socialismo. Establece una amistad fraternal con artistas como Jesús Soto, Mario Abreu, González Bogen, Hugo Baptista y Régulo Perez. Participa en Francia, en 1954, en las exposiciones colectivas del Salón de Mayo, Salón de Otoño y en la exposición de «La Pintura en Venezuela» de la Secretaría General de la Décima Conferencia Interamericana.
En 1960 regresa a Venezuela, donde desarrolla una carrera docente desempeñándose como profesor de la cátedra de Dibujo en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela, desde 1967 hasta 1972. Además de esta experiencia, también ejerce la docencia en la Escuela de Artes Plásticas y Aplicadas “Cristóbal Rojas” hasta el año 1982, cuando obtiene su jubilación. No deja de continuar experimentando; multiplica sus bocetos, instalaciones, esculturas, desarrolla tonos coloristas en su obra. Su casa en colinas de Bello Monte es allanada sin justificación por parte de los reaccionarios de los partidos de derecha como Acción Democrática (Adeco). Se le vincula con la izquierda y de apoyar la causa revolucionaria que ya en esa época se gesta en Venezuela.

En 1977 es seleccionado para representar a Venezuela en el Festival Internacional de Artes Plásticas en Cagnes Sur Mére, Francia. Sardá viaja al país galo y se presenta en la muestra, pero sus obras no llegan nunca, en un vil y abierto incumplimiento por parte de las autoridades culturales venezolanas delmomento, afectando irremediablemente la participación del artista.
De acuerdo con el crítico de arte Juan Calzadilla, a partir 1969 Enrique Sardá “decide dar el paso más tajante de su carrera: cerrar el ciclo de la abstracción orgánica. El reto enfrentado ahora, posteriormente y en el que se reconoce su imagen actual, es el cinetismo” (Juan Calzadilla, Texto para el catálogo de la exposición de Enrique Sardá, Síntesis retrospectiva, 1947-1970, Galería Durbán, 1979). Realiza diversas exposiciones en los espacios culturales más emblemáticos, siendo reconocido por el mundo artístico como uno de los exponentes claves del arte contemporáneo venezolano. No obstante, y con todas las credenciales que se han expuesto, nunca se le otorga el Premio Nacional de Artes Plásticas, por ser ideológica y abiertamente de izquierda.

La obra artística de Sardá abarca los más diversos formatos, técnicas y materiales, debe ser vista desde la densidad de sus composiciones, la combinación del ritmo, el movimiento intrínseco en las mismas, la refracción de la luz a través de los materiales que utiliza y que diversifican el cinetismo, pero que muestran el equilibrio y el vigor de un artista comprometido con el arte por encima de todo.
Exposiciones individuales
- 2015 Los años tempranos. Galería Odalys, Caracas.
- 2011 Museo de Arte Contemporáneo Caracas.
- 2007 La creatividad Oculta de Sardá. Galería GraphicArt, Caracas.
- 1999 Progresión en la constructiva. Galería Espiral.E.A.V. “Cristóbal Rojas” Caracas.
- 1995 Lo Constructivo en Enrique Sardá. Una búsqueda silenciosa, Museo de Arte Moderno Jesús Soto, Ciudad Bolívar, Venezuela.
- 1992 Sardá. El color en el volumen. Arte Latinoamericana Galería, Caracas.
- 1981 Museo de Anzoátegui, Barcelona, Venezuela.
- 1981 Galería de Arte contemporáneo. Puerto La Cruz, Venezuela.
- 1979 Transparencias refractantes, relieves y volúmenes. Galería Graphic CB2, Caracas.
- 1979 Enrique Sardá. Síntesis retrospectiva 1947-1979. Galería Durbán, Caracas.
- 1963 Galería Minotauro, Caracas.
- 1960 Museo de Bella Artes, Caracas.
Exposiciones colectivas
- 2005 Mega exposición Galería de Arte Nacional, Caracas.
- 2004,05,06,07 Feria iberoamericana de Arte-Fia.GraficArt, Caracas.
- 2004 Colección Presidencial.
- 2003 Colección de Obras Serigráficas de Artistas Venezolanos. Consejo Nacional de la Cultura (Conac), Caracas.
- 2002 Artistas venezolanos celebran 70 años del Ateneo de Caracas. Ateneo de Caracas.
- 2000 Abstracción Geométrica en Venezuela. Galería de Arte Nacional, Caracas.
- 2000 Imágenes de un Compromiso. Ateneo de Caracas.
- 2000 Escuela de Artes Visuales “Cristóbal Rojas”. Caracas.
- 1999 Exposición Salón 58. Museo Alejandro Otero. Caracas.
- 1990 Salón de Esculturas y Salón de Pintura, 50 Aniversario del Banco Central de Venezuela, Caracas.
- 1989 II Bienal Nacional de Arte de Guayana. Estado Bolívar, Venezuela.
- 1988 Salón Nacional de Artes Plásticas, Sección de Artistas Invitados. Museo de Arte Contemporáneo, Caracas.
- 1987-88 Salón de Arte de Aragua, Museo de Arte de Maracay, Venezuela.
- 1983 II Bienal de Artes Visuales, Museo de Arte Contemporáneo de Caracas.
- 1982 Colectiva de Profesores de la Escuela de artes visuales Cristóbal Rojas, Galería Espiral, Caracas.
- 1981 Colectiva de Latinoamericanos, Galería Durbán, Caracas.
- 1981 Proposición 20. Galería de Arte Nacional, Caracas.
- 1981 I Bienal de Artes Visuales. Museo de Bellas Artes, Caracas (Obras Bidimensionales).



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Yoselina Guevara López Corresponsal en Italia