Por Nahir González
Mitos
Hace unos días rodó por medios digitales y redes sociales la noticia de que las pandemias tenían que ver con el desarrollo, cambios e implementación de fases tecnológicas y su afectación sobre el organismo humano hasta que se adapta a vivir con esa frecuencia, junto con las especulaciones que el Covid-19 es parte de la guerra bacteriológica, de virus creados en laboratorios y que los Estados Unidos lo envió a China (o viceversa) para que estos pararan con eso de cobrarle la deuda millonaria que tienen con el gigante asiático. Pero, ¿cómo se explica lo del portaaviones estadounidense, cuyos tripulantes estaban contaminados? Además, se sostuvo que el coronavirus permitiría frenar el desarrollo de la tecnología 5G. También salió alguno que otro artículo referido a los efectos negativos que tiene una pandemia para la economía, la sociedad y el sistema –que en este caso responde al capitalismo–, debido a la paralización del aparato productivo por cuarentena.
Poder pospandemia
Hasta ahora se han disparado múltiples especulaciones y propuestas de cuidado no para combatir el virus, sino para garantizar la hegemonía del sistema capitalista, como la hecha por Henry Kissinger (exsecretario de Estado de Richard Nixon), ideólogo del liberalismo y defensor del establecido “Nuevo Orden Mundial”, quien afirma que con la aparición de la pandemia de coronavirus ese orden se verá alterado. Kissinger continúa con la visión de un mundo “globalizado” y la defensa de los “principios del liberalismo” para abordar la situación post, o transición, luego de ser controlada la emergencia, en un “programa de colaboración global” que permita recuperarse al “poder y la legitimidad”; tarea a ser asumida, obviamente, por el país que antes del coronavirus ha mantenido la hegemonía de pensamiento y acciones de todo tipo en el mundo. Esta legitimidad, poder y garantías de las que habla, van de la mano de una especie de retroceso medieval o neocolonial donde el garante es el supuesto país que asegura el equilibrio y también cubre los beneficios que debe tener toda población.
Uno de los aspectos interesantes que plantea Kissinger es un “programa de vacunación masiva” –posible de llevar a cabo con el desarrollo tecnológico disponible–, para controlar estas situaciones, pero el dato curioso es que agrega que “la inteligencia artificial, nos han llevado a una complacencia peligrosa”, contraponiéndose al uso de la tecnología no controlada por los Estados Unidos.
Realidades y relaciones
Si relacionamos los temas expuestos, nos encontramos con verdades como las siguientes:
Aún no se ha verificado el origen del virus, el que ha mutado en algunos países, y llevó a la declaración de pandemia por la agresividad con la que se contagia y la propagación en el mundo.
Existen avances científicos para desarrollar la vacuna, pero por el momento se ha combatido con medicamentos que refuerzan el sistema inmunológico, así como con cloroquina y antibióticos.
«En agosto de 2018, Trump prohibió a funcionarios públicos estadounidenses el uso de cualquier producto tecnológico proveniente de China o equipos pertenecientes a las marcas ZTE o Huawei»
La Organización Mundial de la Salud (OMS) realizó en 2013 un estudio dedicado al uso de celulares y su riesgo sobre la salud, habiendo una los puntos concluido que “la exposición a los campos de radiofrecuencia (RF) emitidos por los teléfonos móviles suele ser más de mil veces superior a la de los campos emitidos por las estaciones base, y hay más probabilidades de que cualquier efecto adverso se deba a los aparatos, por lo que las investigaciones se han referido casi exclusivamente a los posibles efectos de la exposición a los teléfonos móviles”. Sin embargo, el análisis no fue tajante en certificar que los celulares produzcan algún tipo de alteración somática en la persona.
En ese mismo estudio se afirma que las ondas emitidas por las antenas base y teléfonos móviles no representan tanto impacto relacionado con el cáncer cerebral, que es una de las especulaciones que en salud se desarrolla frecuentemente: “Aunque no se ha determinado que el riesgo de tumores cerebrales aumente con el empleo de los teléfonos móviles, el creciente uso de esos aparatos y la ausencia de datos relativos a su uso durante períodos superiores a 15 años justifican que se realicen nuevas investigaciones sobre la utilización de los móviles y el riesgo de cáncer del cerebro”.
La Comisión Internacional de Protección de Radiación No Ionizante (Icnirp) desestimó que el uso de celulares causara efectos adversos a la salud y que la exposición de frecuencias del 5G es similar a la usada en la actualidad.
No hay muchas empresas que puedan cubrir la demanda de construcción de antenas y prestación de servicios 5G, hasta ahora solo Huawei ha demostrado tener el músculo para satisfacer las necesidades de esta tecnología en el mundo, con terminales y equipos compatibles con esta red.
Los equipos y toda la tecnología deberán sintonizarse a la frecuencia 5G, para evitar interferencias.
En el artículo «Rumbo al futuro: ¿por la razón o por la fuerza?» (disponible en la web), el analista internacional Ruperto Concha profundizó en el surgimiento de una nueva crisis o recesión económica en el mundo de hasta un 3%, según las proyecciones realizadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Parte de la tripulación del portaaviones Theodore Roosevelt estaba contagiada por coronavirus, según indicó en una carta, de fecha 30 de marzo de 2020, enviada a la Marina estadounidense el capitán Brett Crozier, donde explicó la forma cómo contrajeron el virus parte de los oficiales.
¿Qué es el 5G?
Es la nueva frecuencia tecnológica de quinta generación desarrollada para una mejor y más rápida conectividad de Internet, misma que permitirá una conexión más efectiva en sistemas de telefonía móvil, medicina, industria, hogar, entre otros.
Esta tecnología supera, en cuanto a tiempo, la llamada realidad virtual o streaming, que surgió con el 4G y que permitía ver vídeos en directo, con una diferencia de minutos; sin embargo, con el 5G será de milisegundos el desface temporal. Hasta ahora continúa el proceso de instalación de antenas y no es una realidad su uso global, pese a que algunas operadoras móviles en Europa ya están aplicando pruebas, sin arrojar grandes resultados, es decir, estamos a la espera que se despliegue totalmente esa nueva generación de Internet inalámbrico.
China, Estados Unidos y la guerra del 5G
Los Estados Unidos se han opuesto a que China desarrolle la tecnología 5G.
El 5G es una tecnología realizada en China.
En agosto de 2018, Trump prohibió a funcionarios públicos estadounidenses el uso de cualquier producto tecnológico proveniente de China o equipos pertenecientes a las marcas ZTE o Huawei. Las instituciones de seguridad de los Estados Unidos habían hecho lo propio ya en febrero de ese año.
En diciembre de 2018, por solicitud de la Casa Blanca, fue detenida en Canadá la vicepresidenta de Huawei, Meng Wanzhou, por una supuesta violación a las sanciones impuestas de Estados Unidos a Irán.
«Lo que sí es una realidad innegable, confirmada por la OMS el 10 de abril de 2020, es que “los virus no se desplazan por las ondas electromagnéticas ni las redes de telefonía móvil»
En marzo de 2019 Trump acusó a la empresa Huawei de espionaje, ante lo cual el presidente de esta compañía aclaró que ninguno de sus dispositivos podía ser espiado sin que el dueño del equipo lo supiera y que la seguridad estaba controlada en sus productos. En esa misma rueda de prensa declaró la imposibilidad que han tenido los Estados Unidos para competir con Huawei por el monopolio de la tecnología 5G.
En mayo de 2019 Trump redactó una «Orden Ejecutiva» para blindar las telecomunicaciones estadounidenses, con lo cual el Departamento de Comercio del país incluyó a Huawei en la lista de empresas a las cuales se les prohíbe el acceso a tecnología creada por cualquier empresa pública o privada estadounidense.
Las diatribas internas en Estados Unidos se eliminan cuando se trata del tema del 5G, todas las líneas políticas responden al establishment y su lucha por mantener la hegemonía y control universal y el 5G no es la excepción: “Puede ser un riesgo nacional para la seguridad de los países de la OTAN”. han declarado.
¿Cuál sería el mecanismo de Washington para presionar a Europa en torno al 5G? Los acuerdos de exclusividad en inversión extranjera, que incluyen demandas por “promover políticas laborales o ambientales que choquen con los intereses de las empresas”, contemplado en el Tratado Trasatlántico de Comercio en Inversión (TTIP), firmado entre los Estados Unidos y la Unión Europea (UE) en 2013.
Desde que comenzó la cacería de brujas con la telefonía y desarrollo tecnológico de la red 5G, en varios países, socios económicos de los Estados Unidos, se ha llevado una campaña en contra del uso de la misma, lo que no ha calado en gobiernos europeos, que han hecho la transacción para adquirir la conexión, pero sí en grupos sociales que consideran que este cambio trae efectos negativos sobre la salud, relacionándolos con el brote pandémico de coronavirus, cuyo resultado catastrófico ha sido la quema de varias estaciones en Reino Unido y los Países Bajos.
Según Ruperto Concha, el desprestigio de China por parte del gobierno de los Estados Unidos se ha llevado a cabo por medio de una “campaña periodística y publicitaria sostenida desde enero y ha causado que, según las encuestas, un 70% de la opinión pública estadounidense cree que China es culpable de la aparición y la propagación de contagios del Covid-19. Que desencadenó en una amenaza de Trump, el 18 de abril de 2020, al país asiático con: ‘consecuencias si demuestra que era consciente de la pandemia’”.
En la actual coyuntura, algunos gobiernos han declarado su preferencia por salvaguardar la economía por sobre la vida de las personas afectadas, caso de Boris Johnson en Reino Unido, Jair Bolsonaro en Brasil, Donald Trump en Estados Unidos, entre otros.
Lo que sí es una realidad innegable, confirmada por la OMS el 10 de abril de 2020, es que “los virus no se desplazan por las ondas electromagnéticas ni las redes de telefonía móvil. El Covid-19 se está propagando en varios países en los que no existe una red 5G” y que su transmisión está demostrada científicamente que tiene que ver con “gotículas minúsculas de secreciones respiratorias expulsadas cuando una persona infectada tose, estornuda o habla. También es posible infectarse si se toca una superficie contaminada y posteriormente se lleva uno la mano a los ojos, la boca o la nariz”.
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Nahir González Analista política