Por Yoselina Guevara López
Argentina está peligrosamente cerca de su tercer default en menos de 20 años, después de que dos rondas de inversores rechazaran la propuesta de reestructuración de la deuda presentada por el gobierno de Alberto Fernández a la Comisión de Valores y la Bolsa de Nueva York.
El plan publicado por el ministro de Economía, Martín Guzmán, el jueves 16 de abril, en compañía del presidente Fernández y la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, se basa en una reestructuración de la deuda. En concreto, la propuesta prevé que la Casa Rosada comience a materializar sus pagos a partir de 2023, pidiendo una reducción de capital del 5.4% (3 mil 600 millones de dólares) y del 62% de los intereses (37 mil 900 millones). Inicialmente los mercados lo acogieron bien, sin embargo, dos asociaciones de inversores, que dicen representar más del 16% del total de los acreedores, rechazaron los términos establecidos por el Gobierno.

De persistir el impasse, Argentina se verá obligada a declarar el impago el 8 de mayo, el tercero después de 2002 y el técnico en 2014, debido al conflicto con los fondos de cobertura. Pero el Ejecutivo no parece muy preocupado. En parte porque todavía le restan tres semanas para lograr un acuerdo, que debe contar con la aprobación del 85% de los inversores. Además, porque un impago no cambiaría drásticamente la situación país, ya excluido del mercado financiero mundial y con cuentas en números rojos desde hace más de un año. Por otra parte, el gobierno argentino puede beneficiarse de la condescendencia inesperada del Fondo Monetario Internacional (FMI), que en marzo sugirió a los acreedores privados reestructuraciones crediticias aún más ambiciosas que las que se acaban de dar a conocer.
En medio de la pandemia del Covid-19, el presidente Fernández ha recibido un gran apoyo interno y puede darse el lujo de estancarse en un mundo financiero en crisis. Tal vez por esto esté dispuesto a revisar los axiomas en los que ha basado sus respuestas a controversias similares e incluso su política económica se trace en contradicción con la ideología que ha manifestado hasta ahora. ¿Será capaz de traicionar la esperanza de quienes los llevaron a él y a Cristina al poder?
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Yoselina Guevara López Corresponsal en Italia