Luis Vega González
Villa Tunari, uno de los más extensos de los cinco municipios del trópico de Cochabamba, cuenta con más de mil estudiantes que se gradúan cada año de las 46 unidades educativas del lugar. En esta ocasión, cada una y uno de los bachilleres recibió el libro de Fausto Reinaga La Revolución India, en una ceremonia realizada en días pasados en el Auditorio Evo Morales, en el centro del municipio.
La ceremonia contó con la participación de los estudiantes de sexto de secundaria, el viceministro de Descolonización Félix Cárdenas, el director distrital de Educación Bernardo Pocas y diversas autoridades municipales, además de los docentes. Al ser entregado el libro a los estudiantes, se realizó un seguimiento de lectura, con una planificación de los docentes, diversos trabajos en aulas, la presentación de un informe final y debates entre unidades educativas, hasta obtener el o la finalista del municipio.
También se implementó un apoyo adicional: talleres personalizados en cada unidad educativa, lo que significó estar durante 30 días recorriendo, sin pausa, la extensa geografía de Villa Tunari, para llegar a las establecimientos más alejados, ubicados en localidades como el Locotal –ingresando al trópico–, o a las propias unidades de Tocopilla y Central Todos los Santos, a las que sólo se puede acceder tras cruzar el río Tocopilla en balsa.
La lluvia tropical, los truenos, los relámpagos y la subida de los ríos fueron la permanente compañía. Los trayectos en trufis, minibuses y las habituales motos resultaron indispensables, aun cuando en ocasiones tuvimos que transportarnos en canoas y balsas hasta los lugares más apartados; asimismo, nos tocó dormir en algunas unidades educativas. Esta es en parte la geografía de los lugares por donde pasamos con el texto clásico de Fausto Reinaga; mi computador y mis presentaciones en diapositivas fueron mis armas.
Pero, ¿en qué consistían los talleres? ¿Cuáles son sus objetivos y cuáles sus dificultades? El contexto del Chapare no es andino, no es aymara, es otra realidad, la población donde nos encontrábamos tiene más de 70 mil habitantes, de los cuales alrededor de 4 mil perteneces a pueblos originarios que habitan el territorio en el área protegida del Tipnis, pero los abuelos y abuelas llegaron de todos los lugares de Bolivia, quechuas, aymaras, guaranís, entre otros. Hoy todos hacen vida en este gran territorio, su identidad es la interculturalidad, practican los conocimientos y saberes de todas las culturas de Bolivia, su idioma es el quechua y el castellano. Por lo tanto, para socializar La Revolución India había que contextualizar la realidad con los diferentes capítulos del texto. Qué significa hoy ser indio; cómo el Occidente nos ha colonizado; cómo se funda Bolivia –a partir de la lectura de la tesis de Reinaga de “las dos bolivias” –; la significación de nuestras luchas desde el momento mismo en que empezamos a combatir contra el invasor; cuáles eran las dos versiones de la reforma agraria; y cómo desde la fundación de la República los partidos políticos nunca vieron al indio o sencillamente lo vieron como una minoría étnica, como “pongo” político, fueron algunas de las problemáticas abordadas.
Abarcar las 46 unidades educativas para una sola persona en menos de un mes fue una gran tarea. En algunos lugares concentrábamos dos o más promociones, de noche empezaba la jornada viajando a los lugares, habitando en otros, los profesores y su promoción esperaban con proyector, sonido, ornamentaba las aulas. La lectura estaba avanzada con trabajos en clases, el taller se iniciaba con una presentación, como material de apoyo, y de inmediato una pequeña introducción de los objetivos, cuál era la idea de lo que estábamos realizando: reforzar nuestra identidad, resignificarla, “saber de dónde venimos para saber hacia dónde caminar”, no nacimos ni con los españoles ni con la República, venimos de una cultura milenaria, tenemos nuestra propia filosofía, nuestros propios territorios, nuestros propios idiomas. En resumen, reforzar la idea de que poseemos conocimientos y saberes que hasta el día de hoy perduran.
¿Qué significa ser indio? A decir de Reinaga es una categoría política, la liberación del indio, el indio y su partido político y el indio en el poder. Pero, ¿qué representa hoy ser indio en el trópico de Cochabamba? Ser parte de las 36 naciones reconocidas en el Estado Plurinacional y cada uno de los que habitan en este territorio; reconocerse descendientes de abuelos, y abuelos de los abuelos; apreciar a un presidente indio aymara quechua que nació a la vida política precisamente en este territorio.
Contextualizar aquella realidad con cada capítulo es uno de los objetivos de los talleres; no se busca aprender el libro de memoria, sino el entendimiento actual del pensamiento y la filosofía de Fausto Reinaga. Entender que no es letra muerta, sino que es una de las raíces del Estado Plurinacional, ya que sin el indio y sin las comunidades éste sólo sería una copia de las que fueron «las dos bolivias», cuando el país estuvo gobernado por una minoría blanco-mestiza que fundó la República en el racismo y la discriminación, al tiempo de imponer un pensamiento que da exclusivo valor a todo los que viene de Europa y EE.UU.
Para construir una sola Bolivia, un solo Estado para todos los bolivianos, gobernado desde las organizaciones originarias campesinas, gremiales, transcurren los talleres y se socializa La Revolución India, apegado a la realidad, profundizando en la praxis y el pensamiento político y filosófico del indianismo.
