Por Alejo Brignole
¡Oh, Capitán, mi Capitán!
Escribió Walt Whitman.
Pero yo digo:
¡Oh, Comandante, mi Comandante!
Fumador de habanos
y libertador de pueblos.
Te fuiste dejando una estela verde
como las selvas americanas,
como las tardes isleñas
donde tu sangre, tu sudor y tu fuego
se fundieron para siempre.
¡Oh, Comandante, mi Comandante!
Jamás rendido no te cansaste:
de luchar, de enseñar, de esperar.
En cien batallas
Tu carne triunfó.
Tu idea creció.
Y tu pueblo sanó.
¡Oh, Comandante, mi Comandante!
Los mediocres te llamaron loco.
Los asesinos dictador,
pero igual que el oro incaico,
fuiste hecho en la fragua mítica
de la entraña americana.
Caminaste las angustias,
las ruinas y el dolor.
Líder de líderes
Y poema de poetas.
Soldado invencible del Mar Caribe.
Luchador eterno de la América eterna.
¡Oh, Comandante, mi Comandante!
Qué triste mi noche boliviana
cuando supe tu partida.
Cuando los clarines de la libertad
Mudos e incrédulos
callaron por ti.
Pero mira… ¡contempla tu obra!
Un continente nuevo engendraste.
Una tierra inclaudicable
como tu ejemplo.
Una nación erguida
de pie sobre libros y fusiles
¡Oh, Comandante, mi Comandante!
Allí donde estés,
enciende un puro, alista tus armas
y construye un nuevo Granma
De humo libertario.
Lanza volutas riendo
junto a Camilo y al Che.
Y en esa bruma salida de tu boca soñadora
conquista sierras y montes,
libera etéreos campesinos
y deja tu impronta
en el Olimpo de los héroes.
¡Oh, Comandante, mi Comandante!
Dicen que estás muerto,
pero en realidad hoy comienza
tu sendero de vida.
El que ningún imperio
Jamás podrá borrar,
pues es el camino del pueblo.
¡Oh, Comandante, mi Comandante!
Ese pueblo que tú iluminaste…
Inmenso Fidel.
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Escrito en ciudad de La Paz, Bolivia , la noche del viernes 25 de noviembre de 2016, tras la noticia de la muerte del comandante Fidel Castro. Poema extraído del libro del autor: Alguna Tarde – Poemas sin Sueños.