Por Luis Barril
Lille, Francia. 21 al 23 de noviembre. Aquella será la última final de la Copa Davis tal como la conocemos hasta ahora. 118 años de historia, hazañas, vergüenzas y todos los condimentos del deporte blanco en su estado más puro, donde los tenistas luchaban por horas para defender a sus respectivos países. Francia o Croacia, uno de los dos, será el último país ganador de la Copa Davis.
La mayoría de las veces no había dinero, ni siquiera puntos para el ranking ATP. Pero ahí estaban ellos, los tenistas, quienes por puro ‘amor a la camiseta’, utilizando una jerga futbolística, batallaban de viernes a domingo por levantar la codiciada “Ensaladera de Plata”, uno de los trofeos más hermosos que puede recibir un deportista. Los más grandes de la historia lloraron cuando la consiguieron. Algunos batallaron casi solos, como Andy Murray en 2015, quien conquistó el punto de partido más impactante en una final de Copa Davis.
El dinero entró a competir, literalmente. Gerard Piqué y la empresa asiática Kosmos reemplazará la Copa Davis por el Mundial de Tenis, con una sede única, una grotesca inversión de 3 mil millones de dólares por los próximos 25 años en el tenis y cosa arreglada, asunto firmado. 118 años de tradición ya no existían. El defensa central del Fútbol Club Barcelona es el nuevo hombre fuerte del tenis en el mundo. Qué raro se lee, pero es así. Uno imagina a Piqué al lado de Messi, Cristiano Ronaldo, Wayne Rooney; pero lo verá al lado de Djokovic, Nadal y –mucho menos probable– Federer. Esto porque el suizo atacó al catalán, aseverando que “es raro ver a un futbolista entrometerse en el tenis” y más aún con su categórica frase “la Copa Davis no puede ser la Copa Piqué”.
Quizás Federer no tiene tanta rabia con el cambio de formato de la Copa Davis, la cual supo ganar en 2014, en una de sus escasas apariciones defendiendo a Suiza en el Grupo Mundial. La nueva Copa Davis pasó a dañar uno de sus grandes anhelos y negocios: la Copa Laver. Lamentablemente, la red de tenis se manchó, la red de tenis ahora se usa para envolver la mayor cantidad de dinero posible.