Por Edwing Catacora D.
El proceso de independencia de América Latina y el Caribe en el siglo XIX ha sido producto de la unidad. El Libertador Simón Bolívar, artífice de la integración, trabajó contra viento y marea para derrotar a las fuerzas realistas en la región. La visión geopolítica de Bolívar era consolidar la Gran Colombia, pero la traición y la mentalidad provinciana de los líderes locales, con influencia de Estados Unidos, frustró este proyecto integrador. Tuvieron que pasar 200 años para el surgimiento de un nuevo proceso de integración enfocado en el proyecto bolivariano. No obstante, el avance de las fuerzas conservadoras y la traición de algunos líderes regionales, como es el caso del presidente de Ecuador, Lenín Moreno, están poniendo en peligro no sólo la integración, sino al conjunto de los procesos progresistas.
Para materializar los objetivos imperiales se presiona y utiliza a gobiernos serviles. El principal blanco de ataques es la Revolución bolivariana, que sufre una guerra económica, política, mediática y diplomática cuyo fin es aislarla internacionalmente. Por eso en los últimos meses se despliega una poderosa campaña comunicacional orientada a imponer discursivamente la existencia de una supuesta “crisis humanitaria” o “crisis migratoria”.
Descaradamente se emplean datos falsos que no se contrastan con la realidad. En esto ha caído Moreno, quien le mintió al mundo en la Asamblea General de la ONU, el 25 de septiembre, cuando habló de una migración diaria de 60 mil venezolanos. En igual dirección, el titular de Comunicación ecuatoriano, Andrés Michelena, afirmó que a su país han ingresado más de un millón de venezolanos, de los cuales se habrían quedado 300 mil. Como era de esperar, estas aseveraciones generaron el resquebrajamiento de las relaciones bilaterales entre Caracas y Quito, con la expulsión recíproca de sus embajadores.
Los datos proporcionados por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) indican que entre 2014 y 2017 salieron de Venezuela 1 millón 500 mil personas. Asimismo, la Organización Mundial de Migraciones (OIM) estableció que entre 2015 y 2018 se registraron 1.642.442 venezolanos en todo el mundo. Cifras que desmienten las afirmaciones de Moreno. Nadie puede ser tan inocente al creer que cerca del 80% de la migración venezolana haya preferido pasar o quedarse en Ecuador.
La posición de Moreno atenta contra las históricas relaciones de hermandad entre ambos países bolivarianos. Lo preocupante es que en año y medio de gestión, el presidente ecuatoriano asumió una postura totalmente agresiva, no sólo contra Venezuela, sino también contra el expresidente Rafael Correa y el ciberactivista Julian Assange, a quienes los quiere tras las rejas. Ha dado señales claras de romper con el concepto del “Socialismo del siglo XXI” al acercarse a los EE.UU. y alinearse al Grupo de Lima, solicitando su ingreso formal en la Alianza del Pacífico. La declaratoria del cierre de la sede de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y el abandono de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), aunque aún no formalmente, es un paso más en aras de quebrantar la unión continental.
Todos estos antecedentes denotan que Ecuador retomó el papel de ser “colonia” de Washington, subordinado a su agenda y sus intereses. La reciente visita del vicepresidente norteamericano Mike Pence (27 de junio) a Moreno, fue para darle órdenes concretas sobre cuatro puntos: 1) Asumir una postura más agresiva contra Venezuela; 2) Agruparse con la Alianza del Pacífico y distanciarse de Unasur, ALBA y la izquierda en general; 3) Entregar a Julian Assange; y 4) Enterrar el caso Chevron.
Se avizora que la administración de Lenín acentuará su alejamiento del bloque progresista. Su traición no se limitará a erosionar la relación bilateral Venezuela-Ecuador, sino que aportará en la desintegración suramericana.
Al tiempo de hacer oídos sordos al llamado del presidente Maduro de continuar con el legado del Libertador Simón Bolívar, internamente destruye las obras de Correa con la adopción de medidas económicas impopulares. El incremento en los precios de los combustibles y el perdón de deudas (2.600 millones de dólares) a los grandes emporios económicos ha desatado un descontento generalizado en Ecuador. Pero su traición y su servilismo al imperialismo, sólo se compara con las afirmaciones que hiciera Carlos Marx en El 18 brumario de Luis Bonaparte: “Todos los grandes hechos y personajes de la historia universal aparecen dos veces: una vez como tragedia y la otra como farsa”.