La internacionalización de la educación superior es un proceso inmerso en las dinámicas globales actuales, marcado por la interconexión y la influencia de las tecnologías de la información y la comunicación. Las universidades, como instituciones vanguardistas, desempeñan un papel protagónico en este proceso. Sin embargo, el término «internacionalización» ha sido objeto de diversas interpretaciones, a menudo vinculadas a intereses socioeconómicos y políticos contrapuestos.
El Banco Mundial (BM), en el documento “Internacionalización de la educación superior en América Latina” (2005), señala que «internacionalización quiere decir cosas diferentes para distintas personas y por eso se utiliza de varias maneras». Mientras algunos enfatizan la cooperación y la solidaridad entre naciones, otros priorizan una visión más mercantilista, centrada en la competitividad y el beneficio económico. Al buscar una definición universal el BM niega a la solidaridad como un eje central de la internacionalización, aunque reconoce la importancia de las metas más nobles de la internacionalización como son la cooperación y la investigación de problemas globales.
Contraria a esa posición, y de manera clara y objetiva, la solidaridad internacional ha sido el motor fundamental del sistema de internacionalización de la educación superior cubana. “Con la Revolución se desencadenó un acelerado y amplio proceso de colaboración internacional. Los exiguos contactos existentes con universidades norteamericanas fueron reemplazados por una creciente formación de estudiantes cubanos en la Unión Soviética, en la República Popular China y otros países socialistas. A la par, comenzó una decisiva formación postgraduada…”; “En una elemental reciprocidad consustancial a la naturaleza de la Revolución cubana, miles de estudiantes de todas latitudes, sobre todo del mundo subdesarrollado, fueron beneficiados, desde la década del 60, con becas otorgadas por el Gobierno Revolucionario», destaca María Villavicencio Plasencia.
En la actualidad, la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM) es quizás el programa más visible de internacionalismo en la educación superior a nivel mundial. En el Primer Congreso Internacional de Egresados de la ELAM, celebrado el 15 de noviembre de 2024, su rectora, Yoandra Muro, manifestó que esa institución “ha graduado a 31 mil médicos de 122 países” desde su fundación en 1999 por el presidente cubano Fidel Castro Cruz. Este programa, dirigido a formar gratuitamente a jóvenes de escasos recursos, ha trascendido Latinoamérica y ha acogido en sus aulas a estudiantes de diversas etnias y culturas.
En contraste, el contexto mercantilista ha moldeado un formato de internacionalización donde universidades privadas, aunque se autodenominan «sin fines de lucro», operan como empresas que buscan maximizar sus ganancias. La globalización neoliberal, con su énfasis en el mercado y la obtención de beneficios, ha influido profundamente en los sistemas educativos de América Latina y el Caribe, como señalan Sara Julia Castellanos y Carlos Arturo Luna.
Esta visión mercantilista ha escalado a situaciones deshonestas en beneficio de las naciones hegemónicas y perjuicio de las otras, en acciones como el «robo de cerebros», la explotación de estudiantes de intercambio y el intervencionismo. En el caso de la política estadounidense contra Cuba, dos artículos publicados en el periódico The New York Times en 2014 dan testimonio de lo anterior: “La fuga de cerebros en Cuba, cortesía de los Estados Unidos»; y sobre su injerencia el Comité Editorial recomienda: “en lugar de proyectos encubiertos para derrocar el Gobierno, los líderes estadounidenses deben encontrar mecanismos para empoderar al cubano común y corriente, expandiendo oportunidades de estudios en el exterior, organizando más enlaces profesionales…».
La internacionalización de la educación superior, sin una base sólida en la solidaridad, corre el riesgo de convertirse en una actividad mercantilista carente de sentido social y de utilizarse como arma de desestabilización de los sistemas educativos, sociales y políticos de los pueblos.
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Lenin A. Chiliquinga Flores Ecuatoriano, candidato a Doctor en Educación