Aye Seque (seudónimo de Ayelén Sequeiro) es médica oriunda de la ciudad de Mercedes, al oeste de la ciudad de Buenos Aires, especializada en Medicina Gral. Familiar y Diabetología. Lectora contumaz desde su adolescencia, acarició durante años la idea de ponerse al otro lado del papel y escribir sus propios libros. Finalmente, a sus 37 años y con una trayectoria consolidada en Medicina, acaba de publicar su primera novela en Argentina: Madrid, Buenos Aires, París, a través del espejo (Acercándonos Ediciones). Una ópera prima que augura un recorrido fértil en el ámbito literario.
Mucha gente atesora la idea de “algún día” comenzar a escribir un libro. Otras –las menos– de iniciar una carrera literaria. Usted acaba de publicar su primera novela. Si esto fuera una encuesta… ¿En cuál de los dos grupos usted marcaría una x?
Si bien la idea siempre fue de “algún día” poder atravesar la experiencia de la escritura y con la meta cumplida, me dejó con ganas de más, pero por ahora desde el disfrute y no desde el enfoque laboral.
Es joven y demostró talento… ¿ese “por ahora” podría mutar hacia algo permanente más adelante?
Supongo que sí. Mi formación en Medicina fue una carrera y una inmersión académica en toda regla. Luego de eso me propuse poder elegir desde otro lado los proyectos que se fueron sucediendo, como este de escribir.
Para empezar el camino de las letras escogió un género nada sencillo, que es el fantástico. No cualquiera se atreve. ¿Cómo surgió la idea y cuánto tiempo la tuvo in pectore antes de sentarse a escribirla. Seguramente hay lectores que les gustaría saber su proceso creativo… Cuéntenos, si quiere.
La idea surgió una tarde de marzo en la cual estábamos en familia. Les estaba contando a mis cuñados que había comenzado a leer varios libros y mirar series, pero no hallaba en ellos la historia que quería leer o ver, por lo que al pasar les dije a modo de broma: voy a escribir yo un libro. Mi cuñado tomó el testimonio y me dijo: ¿y por qué no lo haces? Esa pregunta disparó mi propósito y a la semana estaba escribiendo las ideas principales, las cuales fui puliendo en los meses siguientes. Todo fue tomando forma y adquiriendo su propia dinámica narrativa. Fue muy curioso y estimulante a la vez.
Toda novela –y la suya, desde ya– generalmente tiene dos o tres niveles de lecturas: la forma (lo argumentativo); la trama simbólica (es decir, las representaciones arquetípicas que allí se plasman); y lo sociológico, ideológico o político que pueda tener (muchos libros carecen de esta subcapa y eso no es ni malo ni bueno). ¿Su novela puede leerse en cuántas claves?
Eso dependerá mucho de la apertura del lector, el cuál puede quedarse con la trama de una novela, o puede sentirse interpelado por las reflexiones que se proponen en ella desde el punto de vista filosófico y político. Hay un fragmento en el que un personaje se plantea el carácter cíclico de los acontecimientos. No es extraño que ese aspecto aparezca en la novela, justamente en estos últimos tiempos en los que estamos transitando ciclos ya vividos como país y como comunidad global.
En su novela los personajes viajan en el tiempo casi sin darse cuenta y contemplan sus vidas entrecruzadas por cambios de lugares y de etapas. Sin dudas eso resuena a una metáfora de algo más sutil (cada lector interpretará a su manera esta novela). Usted como autora, ¿qué nos quiso decir entrelíneas a través de ese viaje temporal de Mara, Marie y Gabrielle, las protagonistas?
Que toda elección es, a su vez, una renuncia. Que nos construimos a partir de ellas y que la Teoría de la Relatividad y de los múltiples universos pueden concretarse a través de la catarata de eventos que de allí se desencadenan.

¿Se sintió cómoda en el (muy difícil) género fantástico? No sé si conoce al británico Terry Pratchett (no es muy conocido por los lectores de América Latina), pero es la mejor muestra de que el género fantástico goza de enorme salud entre los lectores… ¿Su próxima obra será en la misma línea o tiene pensadas otras incursiones? En cualquier caso, creo que en esta primera obra hay mucha promesa de más material y además bueno… Usted dirá lo que sigue.
No he leído nada de Terry Pratchett, pero ya lo voy a investigar. Me sentí muy cómoda con el género, ya que me resulta mucho más sencillo por la infinidad de enfoques en los que puede diverger y las posibles consecuencias. Mi próxima obra no está definida aún, sobre todo porque cuando me siento a escribir las ideas brotan y cobran vida propia, por lo que no puedo adelantar hacia dónde querrán ir esta vez.
Por último… ¿Cómo fue su rutina de trabajo, habida cuenta de que además de profesional de la salud es madre de dos niñas y esposa? ¿La narración fluyó? ¿Corrigió mucho? ¿Hubo contramarchas en el desarrollo o partes que tuvo que cambiar o desechar? El proceso creativo no siempre es lineal, aunque hay autores que fluyen increíblemente cuando se sientan a escribir. ¿Cómo fue esta parte de la experiencia para usted?
Confieso que uso el horario de 23:00 a 01:30 o 02:00 de la noche para las actividades que me propongo (ya sean cursos de actualización, lectura y escritura). Hay varios días que no trabajo de mañana y eso me permite extender el horario nocturno.
Como anécdota puedo contar que el proceso de armado de la historia no partía de una planificación previa, ya que al escribir la historia iba tomando un curso propio, que a veces no era el que había pensado. Cuando imagino la escena voy sintiendo como una voz en off que relata lo que va pasando.
Los griegos atribuían a eso, a ese susurro sutil que favorece la creación artística, la intervención de las Musas. Un artista es muchas veces un médium, un intérprete de lo que algunos denominan la “supraconciencia”. Yo adhiero a ese enfoque absolutamente.
Son como mundos paralelos que cohabitan ese espacio en donde la creación se expresa. No creo que los griegos estén alejados de esta visión que también comparto. Con respecto al desarrollo de la historia, fue bastante fluido ya que en cuatro días pude armar el eje transversal, en dos semanas ya estaba la estructura principal y a los dos meses había terminado de escribirla. Luego comenzaron las correcciones con la ayuda de mi amiga Gabriela Pérez. Trabajo que disfrutamos muchísimo. Al contactarme con la editorial, volvimos a realizar alguna correcciones, que se siguieron hasta los días previos a imprimir (creo que siempre se encuentra algo nuevo que pulir).
Algo que evaluamos mucho fue la característica de los nombres que eran muy similares y por momentos pensamos en cambiarlos para no crear confusión, pero decidimos dejarlo como condimento que exija la atención del lector. Contamos con varios lectores previo a la impresión que nos ayudaron a vislumbrar dificultades en la comprensión del desarrollo de la historia, ya que al estar tan empapadas en ella no podíamos verlas con claridad.
Una bella primera obra de la que debe estar orgullosa, sin dudas.
Gracias… Estoy feliz por ello.
¿Dónde se puede obtener en Argentina?
En papel en cualquier librería de Buenos Aires. En formato digital a través de Acercándonos Ediciones.

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Antonio Secci Argentino, escritor