Revolución es sentido del momento histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado; es unidad, es independencia, es luchar por nuestros sueños de justicia.
Fidel Castro Ruz
25 años acaba de cumplir la Revolución bolivariana de Venezuela, que está en permanente disputa por la subversión política e ideológica de la geopolítica estadounidense que ha construido diferentes tipos de guerra convencional, híbrida de cuarta y quinta generación, insurrección de calle, guarimbas, medidas coercitivas unilaterales, órdenes ejecutivas y sanciones que aún permanecen impuestas y que se convierten en una amenaza recurrente que estrangula y niega el derecho de vivir en paz, mismas que son aplicadas en contra de un pueblo y gobierno que no responde a las lógicas y dinámicas perversas de un neoliberalismo que está en crisis sistémica y estructural, como es el establecimiento norteamericano y su consenso de Washington.
“Al imperialismo hay que señalarlo y argumentar sobre él” – Hugo Chávez Frías.
Ha retornado a la región nuestramericana con un objetivo y fin en mente estratégico que son los recursos naturales y energéticos, uno de ellos el litio, en donde han convertido al Ecuador en el laboratorio y punta de lanza de asedio e injerencia, penetrado por la violencia e inseguridad, la delincuencia organizada con articulación del crimen internacional y el narcotráfico, generando un narco capitalismo que ha sido la boya de salvamento para la crisis estadounidense que tiene impactos expresados en el ámbito: social, político, cultural e ideológico.
Cuando decimos que es nuestramericana recurrimos al ideario de Bolívar que expresó: “los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia a plagar de miseria la América en nombre de la libertad”.
El comandante Hugo Chávez resignificó y trajo su ideario al siglo XXI, porque en él reside un proyecto continental desde el sur del río Bravo, hasta el Estado de Esequibo, en donde nace la soberanía territorial de Venezuela.
Comienza la construcción y refundación de la patria mediante una Constitución del tamaño de los sueños del pueblo venezolano, que generó una ruptura con los vestigios del viejo Estado, de un modelo al servicio de los intereses oligárquicos e imperialistas. Los recursos naturales y energéticos comienzan a construir el bienestar del pueblo, que había sido condenado a pobreza multidimensional, injusticia, carencia de necesidades básicas insatisfechas, de vivienda, salud, educación, empleo digno compatible con el ejercicio de derechos del mandante soberano, el sujeto pueblo columna vertebral del proyecto político y revolucionario.
La Revolución bolivariana es inédita y original, construida desde las miradas e identidad de un pueblo que siempre ha amado la vida y la paz en abundancia.
“El siglo XXI será el siglo de la resurrección del sueño de Bolívar”. Para el Comandante el ideario bolivariano es un proceso vivo, una perspectiva para analizar los acontecimientos que permite repensar constantemente el nuevo proyecto de país.
La narrativa y parafernalia massmediática y comunicacional fue construyendo las condiciones de la insurrección de calle y agitando la desestabilización de un Gobierno cuyo objetivo es el desarrollo armónico, holístico, integral, descolonizado, contrahegemónico y antiimperialista.
Los laboratorios de inteligencia y tanques de pensamiento del imperialismo estadounidense jamás iban a permitir que Venezuela haya levantado la voz en el concierto y foros internacionales como Mar del Plata, en donde el Comandante pronunció: “ALCA al carajo”, y fue el dardo que se clavó en el corazón del imperialismo para desatar un sinnúmero de sanciones que se han convertido en delitos de lesa humanidad al negarle a un pueblo su desarrollo soberano, que tuvo importantes operadores políticos anclados en algunos países como Ecuador con el expresidente Lenín Moreno, que emprendió una agenda de persecución política sistemática, obedeciendo incondicionalmente al tutelaje norteamericano, demandó la salida de la Unión Sudamericana de Naciones (Unasur), una forma de integración pensada y construida desde las bases y cimientos del bolivianismo desde el Sur para el Sur Global; concomitante de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA-TCP), como parte de la agenda de persecución abrupta y demencial en contra de Venezuela que fue tejiendo la unidad en la diversidad.
Empero, el gendarme de la Humanidad no iba permitir semejante afrenta “ALCA al carajo”.
Aquí hay un pueblo que es digno y soberano y que orgullosamente se reconoce como hijo del padre Simón Bolívar.
Ergo, la subversión política e ideológica es una estrategia política del gobierno federal de los Estados Unidos que no es nueva, ya que se ha venido implementando desde la primera independencia. Siempre ha estado agitando la desestabilización y apostando a la caída de la Revolución bolivariana, desde la administración presidida por George W. Bush, que priorizó como uno de los métodos de lucha contra la Revolución bolivariana el recrudecimiento de las medidas coercitivas unilaterales (MCU), órdenes ejecutivas, y la subversión político-ideológica, por lo que la ultraderecha oligárquica y de tinte neofascista se acogió a los métodos de acciones subversivas como la insurrección de calle, provocando serios impactos, pérdida de la vida de seres humanos , destrozo de la propiedad pública y estatal como centros de salud, y la búsqueda de agentes cubanos infiltrados cuando eran profesionales de salud en cooperación con el gobierno bolivariano.
La administración del gobierno federal de Obama retomó los objetivos de la administración de Bush y convirtió a Venezuela en una amenaza inusual para los nefastos intereses imperialistas estadounidenses. Desde las bases militares norteamericanas en Colombia se agitó y preparó a mercenarios y paramilitares para cometer actos violentos. En una aparente hipocresía diplomática, se trataba de remover las bases de la Revolución bolivariana, crear división y malestar dentro del pueblo y tratar de fortalecer al máximo los grupos creados por las agencias de inteligencia estadounidenses.
Con unidad en la diversidad, defensa de la soberanía sustentada en la columna vertebral de la integración emergen ALBA-TCP, Unasur y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que convierte a la Región en territorios de paz, que hoy pretende el gobierno federal contaminarla de asedio e injerencia, pero el sujeto pueblo, revestido de poder popular y mediante la alianza cívico-militar, le da sostenibilidad al “Plan de la Patria” legado del comandante Chávez y entregado al presidente Nicolás Maduro Moros que avanza en la construcción de las siete transformaciones desde una matriz dialéctica, construyendo de manera soberana patria para todas y todos.
“Venezuela pertenece al nuevo mundo y vamos a la vanguardia con las 7T 2030” – Presidente Nicolás Maduro, Mensaje Anual 2024.
Martí alguna vez dijo: “Patria es Humanidad”. En Venezuela no manda ni gobierna el gobierno federal estadounidense presidido por Joe Biden, que despierta al vestigio neofascista, xenófobo y racista de Donald Trump, en competencia por la Casa Blanca.
La Revolución bolivariana tiene identidad revolucionaria de pueblo que abraza la solidaridad, que lucha y resiste la criminalización de la migración y que, mediante el “Plan de Retorno a la Patria” abunda en solidaridad, avanza con retos y desafíos a seguir defendiendo un proyecto político que le pertenece al sujeto pueblo, que se ha convertido en el poder popular y que avanza en el umbral de la tercera década del siglo XXI a ser digno y soberano hijo de Bolívar.
En Venezuela manda un pueblo que, en unión cívico y militar, no permitirá que la salvaje neocolonialidad imperialista usurpe su soberanía y sus recursos naturales.
Qué viva la Revolución bolivariana que es nuestramericana. “Unidad, lucha, batalla y victoria”.
Oscar López Rivera, considerado el Mandela latinoamericano, señaló:“Amar la patria no cuesta nada, lo que sí costaría es perderla… Si aceptamos esta verdad, entonces debemos estar dispuestos y preparados a despuntar un proyecto de descolonización “.
Revolución bolivariana es la epistemología y dialéctica en permanente construcción que avanza y que el imperialismo no podrá detener, porque ya es irreversible como la espada de Bolívar que ama la justicia social.
El sujeto pueblo dice tenemos patria para todas y todos. Como dijo Chávez: “Toda mi vida y por amor a un pueblo, la dedicaré hasta el último segundo de ella, para la lucha por la democracia, al respeto de los derechos humanos. Yo lo juro”.
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Luis Ernesto Guerra Ecuatoriano, analista político y activista de Derechos Humanos
