Presentamos un reportaje exclusivo desde el Centro de Medicina Nuclear en la ciudad de El Alto, destacado por su avanzada tecnología en el tratamiento del cáncer y la producción de medicamentos vitales. No solo es un referente en el ámbito médico, sino también un colaborador clave para la industria agrícola. Queremos expresar nuestro agradecimiento especial a la directora general ejecutiva de la Agencia Boliviana de Energía Nuclear (ABEN), Hortensia Jiménez, por hacer posible esta visita. Extendemos nuestro agradecimiento al personal a cargo, que nos recibió cordialmente y compartió con nosotros la valiosa labor del Centro.
Centro de Medicina Nuclear esperanza y futuro en el tratamiento del cáncer
En el corazón de la atención oncológica boliviana, el Centro de Medicina Nuclear brinda servicios esenciales, marcando una diferencia significativa en la vida de los pacientes. Con un enfoque proactivo en la salud, el 70% de los beneficiarios están afiliados al Sistema Único de Salud (SUS), una iniciativa gubernamental que ofrece atención médica de forma gratuita.
Un elemento que nos señala Hortensia Jiménez es que, dentro de aquel grupo, a su vez el 70% son mujeres. Las estadísticas revelan preocupantes prevalencias del 24% para el cáncer de cuello uterino y del 19% al 20% para el cáncer de mamas. En el caso de los hombres prevalece el cáncer de próstata. Jiménez, consciente de la magnitud de estos números, destaca la necesidad de una reflexión profunda y aboga por una colaboración estrecha con el Ministerio de Salud para abordar y resolver eficazmente esta situación.
Tomógrafos de vanguardia para diagnósticos precisos
Jiménez nos detalla el funcionamiento de dos tomógrafos: SPET-CT y PET-CT, siendo este último un avance significativo para el país.
El PET-CT permite detecciones más precisas y rápidas gracias al ciclotrón, acortando tiempos de detección y ampliando la capacidad de identificar tumores incluso en sus formas más diminutas. Una vez realizado el diagnóstico, este equipo evalúa la efectividad del tratamiento mediante seguimientos continuos.
Carla Tovar, tecnóloga médica en Medicina Nuclear, explica la funcionalidad del SPET-CT, un equipo híbrido que combina una cámara gamma y un tomógrafo, permitiendo la fusión de imágenes para la detección precoz de lesiones malignas.
Acelerador y tratamientos especializados
Samuel Dora Soliz, licenciado en Bioimagen y encargado del acelerador, nos adentra en la importancia del tratamiento radioterápico. Mientras uno de los aceleradores está en mantenimiento, el otro continúa sin interrupciones para garantizar tratamientos efectivos. La duración promedio de los tratamientos en el Centro es de aproximadamente 25 días continuos.
A pesar de que más del 60% de los pacientes llegan al Centro en estadios avanzados del cáncer, el enfoque es curativo. La institución cuenta con dos tipos de energía en el acelerador: electrones para cánceres más superficiales como el de piel y fotones para órganos internos.
Braquiterapia y tratamiento del dolor
En el área de braquiterapia, la Dra. Mejías Suárez, médico anestesista y especialista en el dolor, nos introduce en la radioterapia interna. Este tratamiento complementa la terapia externa y ofrece resultados altamente efectivos, especialmente para el cáncer de cuello uterino, prevalente en la población femenina.
La braquiterapia se realiza en un quirófano donde el paciente debe estar completamente sedado. Equipos de última generación, como el arco en C y un ecógrafo, consienten un tratamiento en solo 45 minutos. Esta terapia es ambulatoria y la mayoría de los pacientes solo requieren tres sesiones.
Además, el Centro se prepara para implementar terapias revolucionarias en el tratamiento del dolor, utilizando el arco C para bloqueos intervencionistas. La Dra. Suárez, formada en Brasil, resalta el valor de contar con equipos y personal adecuados para hacer realidad los sueños de proporcionar tratamientos de calidad.
Tomógrafo simulador: un avance significativo en el tratamiento oncológico en Bolivia
El tomógrafo simulador, equiparable a los utilizados en radioterapia, despliega su relevancia en el ámbito de la tomografía al definir con precisión las lesiones. María Laura Astete, tecnóloga en radioterapia, destaca su singularidad en el país y explica que la etapa inicial, la simulación, es clave para la planificación de tratamientos oncológicos. Este dispositivo se distingue por su capacidad para buscar las mejores posiciones para los pacientes. Durante la simulación se emplean diversos dispositivos inmovilizadores, adaptados según la patología del paciente. La emisión de coordenadas por láseres replica la posición en el acelerador, mientras que temporalmente se usan tatuajes como referencia para la terapia.
Rosa Chávez, licenciada en Enfermería, supervisa diariamente el área de quimioterapia en el Hospital, donde siete sillones y tres camas reciben a pacientes en terapia ambulatoria.
El doctor Joel Flores, jefe de la Unidad de Oncología Clínica, presenta las instalaciones del Centro, que cuenta con cubículos de atención de emergencias. Los tratamientos, que pueden durar hasta cinco horas, se llevan a cabo en un entorno libre de contaminación, donde los medicamentos se preparan en el mismo lugar. El equipo multidisciplinario, compuesto por oncólogos, enfermeras, una licenciada en nutrición y una psicóloga, proporciona atención integral al paciente.
Daniel Santander, médico oncólogo clínico, quien completó su especialización en Rusia, enfatiza la importancia de los centros nucleares para los pacientes con cáncer. Destaca la calidad y la atención integral brindada allí.
Óscar David Sánchez, recién graduado, comparte su experiencia y elogia la implementación de centros nucleares en Bolivia. Destaca su calidad y valora las oportunidades que da.
Historia del terreno, un vínculo con la comunidad
En 2015 el emplazamiento del Centro de Radiación Nuclear con objetivos médicos se materializó gracias a la iniciativa de la Federación de Juntas de Vecinos de El Alto (Fejuve). Esta entidad vecinal, comprometida con el desarrollo de su comunidad, elevó la solicitud al Gobierno para que el Centro fuera establecido en el Distrito 8 de Senkata, ofreciendo un terreno de aproximadamente 14.7 hectáreas.
Infraestructura unificada y visión de futuro
En el Centro la premisa es clara: concentrar toda la infraestructura y equipamiento radiológico nuclear en un solo lugar. Entre las instalaciones nucleares, destaca un reactor y un ciclotrón, ambos encargados de producir radioisótopos para la radiofarmacia. Estos radiofármacos desempeñan un papel vital en la detección temprana del cáncer y otros tumores.
El reactor, más pequeño pero eficiente, utiliza moléculas orgánicas para localizar tumores, mientras que el ciclotrón, de mayor envergadura, se especializa en la producción de radiofármacos para la detección y tratamiento. Este cambio en la lógica de diseño, optando por un reactor más pequeño y un ciclotrón más grande, se traduce en un menor consumo de combustible nuclear y una gestión de residuos más eficiente.
El reactor boliviano, de 200 kilovatios y diseño ruso, está en plena construcción y se proyecta que esté operativo en 2025. Destaca por su seguridad, con 11 niveles de redundancia, superando a la aviación en este aspecto. La tecnología nuclear, con más de 70 años de desarrollo, ha evolucionado hacia estándares de seguridad más altos, siendo incluso más segura que la aviación.
Inicio del proyecto con cooperación rusa
El proyecto inició en 2016 con la creación de la ABEN. En 2017 se formalizó la colaboración con Rosaton, la empresa estatal rusa especializada en energía nuclear, marcando un hito en la cooperación internacional para el desarrollo nuclear en Bolivia.
El proyecto consta de tres instalaciones destacadas. En primer lugar, el reactor nuclear de investigación abre las puertas a una inédita era nuclear en el país. Su versatilidad se refleja en la exploración de Tierras Raras y la contribución a la hidrología isotópica. Además, impulsa el desarrollo industrial mediante la activación neutrónica y la producción de radioisótopos para aplicaciones médicas.
La planta multipropósito de irradiación, recién inaugurada, se concentra en la agroindustria, permitiendo la conservación de productos agrícolas para exportación. La innovación agrícola se ve respaldada por la dosimetría, analizando las dosis necesarias para irradiar distintos productos.
Innovación agrícola: el Centro Multipropósito de Irradiación
Recientemente inaugurado por el presidente Luis Arce, el Centro Multipropósito de Irradiación es fundamental para la agricultura local. Este Centro, único en Bolivia, se enfoca en productos agrícolas. Afrontando el desafío de dar a conocer esta tecnología tanto a la población como a los productores, se ha iniciado la colaboración con diversas instituciones y agricultores. El objetivo es subrayar las ventajas y el funcionamiento de sus instalaciones.
Actualmente se trabaja en la dosimetría de productos, determinando la cantidad de dosis necesaria para la irradiación.
La planta industrial es el corazón de este proceso, los productos se colocan directamente en su envase final, siguiendo un circuito completo que garantiza la eficacia del proceso de irradiación.
Eficiencia radiológica: tras bambalinas en el centro de irradiación
El bunker, pieza insustituible en el proceso de irradiación, sobresale por sus paredes que superan los dos metros de ancho. Este diseño robusto responde a la necesidad de albergar las fuentes radiológicas, almacenadas a seis metros bajo tierra.
Aquí llegan los artículos que serán sometidos al proceso de irradiación. Antes de iniciar el procedimiento se almacenan en un área segura, libre de radiación. Una vez completado el proceso, los productos se trasladan a otra zona de almacenamiento, desde donde serán cargados en los camiones de transporte. Este minucioso sistema asegura no solo la eficiencia en el tratamiento radiológico, sino también la seguridad y protección de todos los involucrados en el proceso.
Desentrañando los dos ámbitos del Centro Multipropósito de Irradiación
La licenciada en Química, Ximena Villalobos, quien lidera el Centro Multipropósito de Irradiación, revela la dualidad de funciones en este lugar vanguardista. Por un lado, hace hincapié en la investigación y mejoramiento de semillas, con logros notables en la quinua y pruebas pendientes para otros cultivos, anticipando resultados prometedores para el próximo año. Actualmente se colabora con la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) en la evaluación dosimétrica de semillas de cebada, con los resultados previstos para entrega en enero.
En el ámbito industrial y de salud, el Centro despliega su versatilidad con áreas dedicadas a la esterilización de productos médicos y el tratamiento fitosanitario de alimentos, abarcando tanto los secos como los orgánicos e inorgánicos. Iguamente, se lleva a cabo la irradiación de sangre e insumos médicos.
Control innovador de plagas: radiación para la esterilidad de insectos
Un aspecto adicional de relevancia es el Tratamiento de Insectos Estériles (TIE), que aborda la esterilidad de insectos como la mosca de la fruta. En colaboración con Senasag, se implementa la irradiación como método esterilizante para mosquitos, previniendo daños a los cultivos y facilitando la exportación de frutas sin riesgos de plagas.
Complejo Ciclotrón Radiofarmacia Preclínica: pionero en producción y calidad
Inaugurado en marzo de 2023, el Complejo Ciclotrón Radiofarmacia Preclínica marcó otro hito con la primera producción de FDG (flúor con glucosa), un radiofármaco crucial en la detección del cáncer utilizado en los centros de medicina nuclear de El Alto y Santa Cruz. Dirigido por Daniel Bogado, bioquímico farmacéutico especializado en Radiofarmacia, el complejo presenta estrictas medidas de seguridad y protocolos de control de calidad.
El núcleo del ciclotrón TR24, de fabricación canadiense, produce isótopos con blancos sólidos, líquidos y gaseosos, siendo el único en la Región. Su objetivo es colaborar con diferentes países, ya que algunos radiofármacos, anteriormente importados de Europa, ahora se pueden producir en Bolivia.
Luis Chávez, físico especializado y responsable de operar y mantener el ciclotrón, explica el sistema de refrigeración de dos etapas, con agua fría externa y circulación interna. El agua desionizada, mantenida a 20°C para evitar condensación, se filtra cuidadosamente, evidenciando la inteligencia y eficiencia del Complejo.
El acceso a la zona restringida del ciclotrón requiere vestimenta especial debido al trabajo con material radiactivo, verificando cuidadosamente la ausencia de radiación en manos y pies al salir, incluso cuando se manejan bajas dosis.
En conclusión, el Centro de Medicina Nuclear de Bolivia se erige como un bastión de esperanza y calidad de vida para las afectadas y los afectados por el cáncer. Con tecnología de vanguardia y un equipo multidisciplinario comprometido, no solo diagnostica y trata, sino que también marca un antes y un después en la atención oncológica de Bolivia. Mientras sus aportes a la agricultura y otras ramas estratégicas de la economía del país comienzan a dar sus primeros frutos.
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Cris González Directora
