ENTREVISTA María Fernanda Rada: “Recuperar la memoria, la verdad y la justicia”

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Este 15 de julio, la directora, guionista y productora del documental “Fue golpe”, María Fernanda Rada, hizo presencia en el “Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos” (Celarg), en la exposición del importantísimo largometraje que el público venezolano, diplomáticos e invitados internacionales, apreciaron con respeto y sentimiento junto a representantes bolivianos.

La licenciada en comunicación audiovisual y amiga del equipo Correo del Alba, nos conversa sobre la experiencia de haber traído “Fue golpe” por primera vez a una pantalla grande en suelo venezolano, el trabajo de difundir el largometraje y su impacto a nivel global al exponer los hechos y acontecimientos del golpe de Estado de Bolivia en 2019. La importancia de la creación del documental para el pueblo boliviano, así como para espacios democráticos internacionales y la trayectoria de su creadora, como víctima del golpe y defensora del pueblo boliviano, nos da a conocer en esta entrevista María Fernanda Rada (Marifer)  

¿Cuál fue el recibimiento y el impacto del público venezolano que asistió a la presentación del largometraje “Fue golpe” en el Celarg (Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos) en Caracas?

Yo creo que Venezuela y Bolivia comparten un vínculo de hermandad y amistad histórica, lo que ha provocado un gran interés por parte del público venezolano y un amplio apoyo de las organizaciones sociales, que se sintieron indignadas durante el golpe de Estado. Estas organizaciones también poseen un conocimiento profundo sobre cómo se lleva a cabo un golpe de Estado, similar al que ocurrió contra Chávez en 2002. Esta conciencia ha generado un considerable interés y solidaridad en relación al tema del fascismo. Venezuela es uno de los países que más importancia otorga a la lucha contra el imperialismo, como parte de su proyecto transformador.

Realmente, me impactó cómo la presentación en el Celarg comenzó siendo algo pequeño y se convirtió en un evento de gran magnitud. Contamos con la presencia de la embajada de Bolivia, México y Argentina, así como de diversas organizaciones sociales y comunas. También estuvieron presentes delegados de Estados Unidos que defendieron la soberanía venezolana durante el período de autoproclamación de Guaidó. Además, asistieron diputados y miembros internacionales del PSUV, quienes nos obsequiaron una chaqueta de Venezuela. Me sentí muy arropada por el pueblo venezolano, ya que compartimos una lucha en común: el sueño de transformar nuestra sociedad, el camino del antiimperialismo y el anhelo de una América Latina unida en su visión bolivariana.

Creo que ha sido uno de los eventos más conmovedores debido a este vínculo fraterno tan real que existe entre nuestros países, que está relacionado con la relación constructiva que en su momento mantuvieron Evo Morales y Hugo Chávez para el bienestar de Latinoamérica.

El pueblo venezolano tiene mucha conciencia de que el golpe en Bolivia, contra Evo Morales, también fue un golpe contra Venezuela, y contra el proyecto de izquierda latinoamericano, iniciado de alguna forma por Venezuela en el año ‘98.

Por otro lado, creo que la presencia de tantas embajadas demuestra que la lucha antifascista y antiimperialista es algo que sobrepasa fronteras. En ese sentido, la misión del documental es absolutamente latinoamericanista, y es por eso que rescatamos mucho el papel de la diplomacia mexicana del presidente López Obrador, la lucha de Argentina, que también se solidarizó con Bolivia, y la crítica que se hizo desde Washington a la auditoría de la «OEA». Creo que el golpe contra Evo Morales y el proceso de cambio en Bolivia, tuvo un apoyo del fascismo regional, pero también la resistencia al golpe, la indignación y la proclamación de la whipala tuvieron un carácter internacional por parte de los revolucionarios y también de demócratas del mundo.

¿Qué ha pasado en estos años desde el golpe en Bolivia? ¿Cómo se han desarrollado los acontecimientos socio-políticos desde la toma de poder del presidente Arce y la denuncia contra los actores del golpe?

Desde el golpe de Estado en Bolivia, el pueblo movilizado y las organizaciones sociales han desempeñado un papel fundamental en la recuperación de la democracia y en devolver la confianza al Movimiento al Socialismo (MAS) para gobernar durante cinco años más, esta vez bajo la presidencia de Luis Arce, quien anteriormente fue Ministro de Economía de Evo Morales. En este sentido, el pueblo boliviano ha demostrado al mundo dos cosas: en primer lugar, que lo sucedido en 2019 fue un golpe de Estado, pues no tiene sentido que un partido acusado de fraude electoral obtenga una victoria abrumadora en las elecciones posteriores; y en segundo lugar, que aún creen en el proyecto del Proceso de Cambio, en su enfoque económico que prioriza la nacionalización e industrialización, y que ha devuelto la dignidad a diversos sectores de la sociedad, incluidas las mujeres de pollera, los campesinos y los indígenas.

Este proyecto, que se inició mucho antes de la presidencia de Evo Morales, cuando las organizaciones sociales lucharon contra el neoliberalismo exigiendo la nacionalización de los hidrocarburos y una Asamblea Constituyente, continúa vivo y más fuerte que nunca. El pueblo boliviano demanda ahora la industrialización del litio y rechaza volver a ser una colonia de Estados Unidos, así como entregar los recursos naturales a una derecha entreguista y profundamente racista, como lo demostraron figuras como Añez, Murillo y Camacho durante el golpe de estado.

El pueblo boliviano ha dejado claro que, apuesta por la continuidad de su proyecto político, el único que ha permitido alcanzar soberanía, dignidad e importancia a nivel mundial, y que ha reconocido los derechos de la Pachamama y de las comunidades indígenas en la Constitución. Así, Bolivia muestra al mundo su firmeza en el Proceso de Cambio y su voluntad de continuar en esa dirección.

Es importante recalcar un aspecto relevante sobre nuestro gobierno: la expresidenta de facto Jeanine Añez se encuentra en prisión, lo que demuestra que Bolivia no tolera la impunidad frente a los golpistas. Al igual que el caso de García Meza, Bolivia se convierte en el primer país latinoamericano en llevar a prisión a un dictador. Jeanine Añez fue condenada a diez años de cárcel por su autoproclamación inconstitucional, y esperamos que se le imponga la máxima pena por las masacres de Sacaba y Senkata. Esto demuestra que el pueblo boliviano ha recuperado no solo la democracia, sino una democracia con memoria, verdad y justicia, donde no hay lugar para la impunidad de los asesinos del pueblo.

Por otro lado, Luis Fernando Camacho, principal promotor del golpe de estado, también está detenido y en espera de una sentencia acorde a la grave violencia ocurrida en 2010.

Es relevante destacar que el juicio contra Jeanine Añez suscitó un debate, ya que algunos sectores de la derecha exigían que se le juzgara por medio de un juicio de responsabilidades. Sin embargo, el pueblo boliviano movilizado y las organizaciones sociales insistieron en que se le enjuiciara mediante la justicia ordinaria, debido a su autoproclamación, lo que impedía concederle un juicio de privilegio a una golpista.

Actualmente estás viviendo en México, ¿Por qué?

En realidad, salimos de Bolivia en el año 2019 durante el golpe de Estado, ya que mi padre ocupaba un cargo gubernamental y recibimos amenazas en esos días turbulentos. Por esa razón, nos vimos obligados a buscar refugio en el exilio. Durante el gobierno de facto, se aprobaron algunos juicios en un contexto de lawfare y persecución política. A pesar de haber recuperado la democracia, algunos de estos casos aún se mantienen abiertos bajo el gobierno de Luis Arce, lo que crea incertidumbre sobre la posibilidad de regresar.

No obstante, he tomado esta situación como una oportunidad para devolverle al pueblo mexicano la solidaridad que nos brindaron durante los días del golpe. Siguiendo las palabras del presidente López Obrador, creo que «amor con amor se paga». Por lo tanto, considero importante contribuir a la cuarta transformación en México y a un proyecto esperanzador que ha sido anhelado por un pueblo mexicano movilizado. Durante el golpe de Estado, México brindó todo su apoyo a Bolivia para la recuperación de la democracia, y ahora quiero retribuir ese gesto solidario.

Además, es esencial tomar conciencia de que esta lucha ya no es solo por un país, sino por la Patria Grande de Latinoamérica. Mi estancia en México está marcada por un compromiso con la militancia política mexicana, que mostró una inmensa solidaridad durante el golpe de Estado. Por ello, considero que es fundamental trabajar juntos en esta causa que trasciende fronteras y une a nuestros pueblos en la defensa de la democracia y la justicia.

¿Cómo percibes la industria del cine en estos países de América?,

y, sobre todo, ¿Cómo [América] trata a los cineastas jóvenes con tendencias políticas de izquierda?

Creo que la industria del cine se ha volcado mayormente hacia un circuito comercial, lo que ha generado que los jóvenes cineastas de izquierda no hayamos recibido apoyo, precisamente porque nuestras narrativas van en contra de los discursos hegemónicos de los grandes medios de comunicación y de la industria audiovisual en general. Sin embargo, el éxito de «Fue Golpe» se debe a que fue una película autogestionada e independiente, que se movió dentro de circuitos de cine independiente y se presentó en festivales tanto en Berna, Francia, Estados Unidos, México y Argentina. Además, contó con el gran apoyo de la militancia política, que se organizó para difundir esta obra de vital importancia.

La película cobra relevancia porque desmonta la narrativa hegemónica de los medios de comunicación y la derecha, que justificaron el golpe de Estado en Bolivia con la falsa acusación de fraude electoral. Hoy está claro que esa versión no es cierta y los jóvenes bolivianos también estamos decididos a contar la verdad, representando a las grandes mayorías de nuestras organizaciones sociales, el pueblo campesino y el pueblo indígena, quienes durante el golpe de Estado perdieron su voz y fueron invisibilizados.

Ahora que recuperamos la democracia, tenemos la oportunidad de recuperar también nuestro derecho a contar nuestra propia historia, presentando argumentos políticos y legales para demostrar al mundo que lo ocurrido en Bolivia fue un golpe de Estado fascista motivado principalmente por el tema del litio, y orquestado por el Grupo de Lima, la derecha regional y los intereses de las transnacionales, que no deseaban un Estado fuerte que protegiera nuestros recursos naturales.

Es esencial que esta verdad sea contada, pues durante el golpe de Estado fue perseguida y ocultada. «Fue golpe» es un valioso aporte en la búsqueda de una recuperación democrática que pretende restituir la memoria, la verdad y la justicia en nuestra sociedad.

¿Cuál ha sido la reacción de los públicos que han visto tu documental desde su lanzamiento en 2022?

La reacción de los distintos públicos ha sido variada, primero marcada por el dolor, la conciencia y la indignación. Sin embargo, lo que más destaco es que el pueblo boliviano se ha apropiado del documental. Desde el inicio, hicimos un llamado abierto para su reproducción, ya que es una película sin fines de lucro, creada para contribuir a la memoria, la verdad y la justicia. Todo lo recaudado a través de la venta de los DVDs se destinó a permitir que la película participe en más festivales y continúe difundiendo esta importante verdad histórica.

Es sorprendente cómo el pueblo boliviano ha abrazado este documental. Durante el aniversario del golpe de Estado en Bolivia, la gente proyectó «Fue golpe» en las plazas públicas, lo que me llena de admiración y gratitud. Desde nuestro aporte, hemos proporcionado a la militancia política argumentos legales y jurídicos para demostrar que lo ocurrido en 2019 fue, sin lugar a dudas, un golpe de estado fascista. Este hecho es innegable, ya que hubo una participación activa de las fuerzas armadas, la policía, la derecha regional y los grupos fascistas armados.

Incluso hemos presenciado pérdidas humanas, personas encarceladas por razones políticas, una aceleración del lawfare dentro del sistema de justicia y una diáspora de exiliados. Todas estas son características distintivas de un golpe de Estado. En este contexto, no estamos hablando de golpes suaves o de neogolpismo, sino de un golpe que se llevó a cabo con el mismo cinismo que el golpe de Estado en Chile en 1973. Nuestra intención al mostrar esto al mundo era alertar a los demócratas de la necesidad de defender la democracia día tras día.

Nuestra película busca no solo honrar la verdad histórica de Bolivia, sino también ser una llamada de alerta para preservar y proteger la democracia en todo el mundo.

¿Le falta algo por decir a Marifer que no se haya dicho en este documental y, ¿existe algún hecho o acontecimiento más reciente, tras la realización del documental que bien podría haber sido parte de la continuidad de los hechos?

Un dato muy interesante, que no se incluyó en el documental, es el hecho de que el avión en el que viajaba Evo Morales, fue disparado por las fuerzas armadas bolivianas. Esta información aparece en el libro «A mitad de camino» de Andrés Manuel López Obrador, publicado después del estreno del documental. Considero que este dato es fundamental para entender el terrorismo de Estado con el que actuaron, así como la violación de convenios internacionales. Hubiera sido relevante incorporar este acontecimiento al documental, pero al momento de realizar la investigación, todavía no disponíamos de esta información.

Además, aunque el documental tiene una duración considerable, me habría gustado incluir el retorno de Evo Morales a Bolivia. Teniendo en cuenta que es nuestro primer Presidente indígena y líder histórico del proyecto político del Proceso de Cambio, su regreso ha sido fundamental para las grandes mayorías bolivianas, especialmente para la gente más humilde que se siente representada por él. Su salida del país y su posterior vuelta han marcado momentos significativos en la historia de Bolivia, y es importante resaltar el impacto que ha tenido en la vida de muchos bolivianos, quienes lo recuerdan como el presidente de una de las etapas más destacadas de nuestra nación.

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Martín González Venezolano, Correo del Alba

Juan José Peralta Ibáñez
Fotógrafo documentalista, fotoperiodismo, naturaleza, video, música

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