Como si hiciera falta evidencias que demuestren la brutal agresión del imperio norteamericano contra nuestro pueblo, desde que esa despiadada potencia decidió abalanzarse sobre nuestro país para tratar de adueñarse de los recursos y de las riquezas de los venezolanos violentando toda noción de soberanía y todo precepto del derecho internacional, aparece ahora, Donald Trump, el mismo de la falsa “ayuda humanitaria” con la que intentó la derecha acabar con la democracia venezolana para rendir al país a los designios de la Casa Blanca, reconociendo públicamente y con el mayor desparpajo que, el propósito de su gobierno jamás fue el de ayudar de ninguna manera a nuestro país, sino que todo cuanto hizo desde el poder, fue tratar de hacerlo colapsar para quedarse con las inmensas reservas probadas de petróleo que poseemos.
La soberbia declaración, no es nada nuevo en la narrativa del poder en el imperio. De hecho, si algo ha sorprendido al mundo en los últimos años, es la forma impúdica y perfectamente cínica en la que infinidad de voceros de los últimos gobiernos norteamericanos han revelado, a través de declaraciones a los medios de comunicación o de libros que publican para contar su experiencia en el poder, la forma en que se desarrollaban en cada caso las distintas estrategias que desde esas instancias se llevaban a cabo con el fin de derrocar gobiernos, en particular el venezolano, al que han hecho aparecer por todos los medios como ‘una cruel dictadura’ para así justificar su atropello.
Donald Trump, que viene de ser llevado a juicio hace apenas un mes por el delito de estupro contra una trabajadora sexual y que esta misma semana comparece ante la justicia para enfrentar más de treinta y ocho cargos, entre los que se cuenta la ocultación de documentos oficiales que pudieran revelar delitos graves contra la cosa pública, sin embargo no es acusado por reconocer públicamente asesinatos por él ordenados (como el perpetrado por las tropas norteamericanas contra el Mayor General del ejército iraní, Qasem Soleimani, en 2020) ni intentos de invasión y de saqueo como el que hoy reconoce, planeó contra Venezuela, con el costo en sufrimientos que eso le ha causado al pueblo venezolano.
Es el cretinismo de un imperio inmoral y despótico.
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Alberto Aranguibel B. Venezolano, comunicador social
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