Una de las elecciones más importantes este año 2023, se realizarán el 14 de mayo en Turquía, dónde se elegirá al Presidente de la República y una nueva legislatura de la Gran Asamblea Nacional turca. Sin duda alguna, serán unas elecciones complejas y decisivas para la estabilidad del escenario internacional encaminado hacia la multipolaridad. De estas elecciones, también depende el nivel de relacionamiento entre Venezuela y Turquía las cuales, actualmente, se clasifican como “relaciones bilaterales estratégicas”. Durante los últimos años, este país ha sido decisivo para la efectividad de las políticas generadas por el Gobierno de Venezuela para hacer frente a las medidas coercitivas y los bloqueos impuestos desde Occidente.
A pesar de que el Presidente Erdoğan, ha sido reconocido por el desarrollo y avance del país, logrando ubicarlo en el panorama internacional dentro de una de las veinte economías más grandes del mundo, ha sufrido reveces políticos y sociales, como los terremotos de febrero de este año, aunado a una oposición que ha tratado de dirimir conflictos internos para lograr una aparente unidad con el fin último de derrocar a Erdoğan en las elecciones de mayo.
El principal rival de Erdoğan para estas elecciones, que va bajo la bandera de la “Alianza Nación” denominada también como “La Mesa de los Seis”, es Kemal Kılıçdaroğlu. Quien sobresalió como político a costa de supuestas investigaciones por corrupción que realizó al partido AKP de Erdoğan. Ahora bien, este señor se puede catalogar con perfil de líder de masas que posee un tanto de carisma por hechos como el de la marcha del 2017 que realizó junto a miles de adeptos desde Ankara a Estambul (450 km), con motivo a las “crecientes represiones” del gobierno del AKP.
La propuesta de gobierno de la Mesa de los 6, plantea la reversión de gran parte de las reformas realizadas por Erdoğan durante los últimos años, principalmente, el volver a un sistema parlamentario “fortalecido”, inspirado en las democracias occidentales europeas, reduciendo al mínimo la figura presidencialista, restaurando el poder del parlamento y asegurando la autonomía del poder judicial, donde yacía el poder que podía limitar la voluntad del pueblo.
Los 2 grandes retos a la reelección de Erdoğan
El desastre natural acontecido a inicios del mes de febrero de 2023, ocasionó más de 50 mil pérdidas humanas y los daños estructurales ascienden a 84,100 millones de dólares, cifras devastadoras cuyas consecuencias, son innumerables, tomando en cuenta las más de 1,5 millones de personas que se han quedado sin vivienda propia y ahora viven en tiendas de campaña, mientras que otras 46 mil personas han sido desplazadas a casas contenedor, sin tomar en consideración los gastos que serán destinados para la reconstrucción de Hatay. En este sentido, el presidente Erdoğan, calificó este desastre como uno de los más devastadores del siglo XXI alegando, a su vez, la imposibilidad de un gobierno para estar preparado ante tal devastación.
Es comprensible que, siendo un año electoral, este tema sea usado como herramienta de disuasión en la campaña. Los medios de oposición al gobierno de Erdoğan, se han servido de esta catástrofe para criticar al Gobierno por supuestos incumplimientos en las regulaciones de construcción de edificaciones y han impulsado una campaña de desacreditación contra el Presidente turco, por los importantes daños a estructuras relativamente nuevas.
Pese a que los sondeos desde hace algún tiempo han desfavorecido al presidente Erdoğan, y luego de los terremotos se acrecentó la brecha entre el Presidente y Kılıçdaroğlu, el desafío en este aspecto, es el gestionar eficazmente la maquinaria de asistencia internacional y reconstrucción de la provincia para dar respuesta a los perjudicados de manera directa e indirecta. En este contexto, es imprescindible que esto ocurra para evitar llegar a las elecciones con el riesgo a que Erdoğan sea castigado por los votantes.
En el marco de Conferencia Internacional de Donantes Juntos por los Pueblos de Turquía y Siria, aunado a los esfuerzos emanados del gobierno turco, el 20 de marzo, la Unión Europea prometió disponer de mil millones de euros destinados a la reconstrucción de regiones afectadas en la república turca. Por su parte, en el contexto de convenir con el gobierno de Erdoğan por la ratificación de la adhesión a la OTAN, el primer ministro sueco, Ulf Kristersson, anunció la disposición de 45 millones de euros para apoyar los esfuerzos humanitarios o de reconstrucción del país.
Sucesos que, sin duda, pueden generar una matriz positiva en los turcos y que posicione a Erdoğan nuevamente en las encuestas electorales de cara a las elecciones.
Mientras que el otro reto para el Presidente Recep Tayyip Erdoğan, yace en la economía actual del país que viene padeciendo el conflicto en Ucrania y la crisis energética. El año 2022, fue uno de los más fuertes para la economía turca, llegando a alcanzar la inflación al consumidor a un 80 %, derivando a un importante déficit en la cuenta corriente. No obstante, con el inicio del año electoral, se redujo el Índice de Precios al Consumidor IPC de un 80 % a un 55,2 %.
En este aspecto, el desafío está en equilibrar la balanza de pagos, continuar las políticas económicas que consigan regresar a niveles de mediados del 2021, donde el IPC se encontraba en 15 %, para fortificar la credibilidad financiera de la gestión de Erdoğan, ante el contexto de recuperación luego de la tragedia de febrero de 2023.
Una gestión eficaz de la respuesta de emergencia podría reforzar la posición de Erdoğan y fomentar un sentimiento de solidaridad y unidad nacional en torno al liderazgo del presidente.
Esta contienda electoral está signada por un contexto regional e internacional complejo, con la pugna de dos bloques de poder, uno que busca mantener la ya deteriorada hegemonización del poder y el centro-periferia como base, y el otro bloque, prioriza el desarrollo de los pueblos, considerando los intereses nacionales, regionales y mundiales, basados en la autodeterminación, la soberanía, la paz y la multipolaridad.
La ubicación geoestratégica de Turquía, y su política exterior, han hecho de este país, un actor preponderante en la pugna de estos dos bloques. Es un país miembro de la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN), Alianza que responde a intereses del bloque de Occidente; y por otro lado, Turquía es un país que pregona la multipolaridad de mano con su diplomacia del cinturón de paz, buscando además un papel como mediador en la Europa Oriental hasta el Cáucaso, desde Asia Central hasta el Medio Oriente, manteniendo lazos estratégicos con China y Rusia, y fortaleciendo también sus política exterior hacia la América Latina y el continente africano.
Sin duda, desde hace meses, el gobierno de los Estados Unidos, tiene el ojo (y la mano), puesta en estas elecciones, por lo cual, no se descarta una injerencia multiforme desestabilizadora que lleve a un cambio de gobierno turco en beneficio a los intereses políticos de la OTAN.
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Loana Salcedo Soto Venezolana, analista política internacional
