El mundo del Hip hop explotará sus fronteras hacia nuevas metas y lugares que observarán la magnificencia artística y atlética de las batallas de breaking en los Juegos Olímpicos de París 2024. Mientras, los breakers y dirigentes venezolanos pavimentan un camino lleno de baches para crear una federación de breaking y establecer las “bases” para un formato deportivo de alcance nacional, con miras a las próximas ediciones olímpicas.
Por más de medio siglo el Hip hop ha hecho vida como una forma de expresión que satisface a millones de personas dentro del lenguaje, vestimenta, música, arte, danza y mentalidad callejera, que representa la importancia de las realidades sociales y la expresión de estas como una forma de desarrollo íntegro. A puertas abiertas para una nueva realidad, el breaking o break marcará en su segunda participación olímpica un antes y después de la gran cita, en un intento por desentrañar esta disciplina que es mejor vista como «un arte popular, y no un deporte tradicional».
Entre caídas, moretones y manos callosas los breakers se preparan para el proceso de clasificación que inicia este año 2023 para definir a los 32 atletas (16 mujeres y 16 hombres) que podrán asistir al evento de cierre de los juegos en la Place de la Concorde de París.
Sin embargo, el talento venezolano no está preparado para afrontar a potencias como Alemania, Canadá, China, los Estados Unidos, Francia y Japón, a falta de “bases” para una exhaustiva visión y realización del breaking en el país, al establecer más allá de las enseñanzas y procesos tradicionales una necesaria “escuela” de pensamiento deportivo y una dirección organizada que encamine a los miles de talentos ocultos a un proceso de filtro y selección más viable.
La participación de Venezuela en París 2024 está encaminada principalmente por la leyenda miembro de la Red Bull BC One All Stars, Lil G, quien con más de 20 años de carrera y una increíble historia a lo Daniel Dhers demostró el potencial y viveza de los breakers venezolanos al mundo.
Con el objetivo de asistir a París 2024, pero con las dificultades que el breaking criollo atraviesa, el B-Boy caraqueño contempla el panorama de asistir a la cita por sus bolsillos, pero contando con el reconocimiento de la Comisión Olímpica de Venezuela (COV).
A pesar de los problemas por enfrentar y objetivos por alcanzar, para el breaking venezolano la lucha apenas acaba de iniciar, y es que el merecido reconocimiento que el país ostenta es por los logros mundiales que sus B-Boys y B-Girls han conquistado, como lo fue con el karate y el taekwondo en los 90. El break nacional se encamina a lo suyo, con las pilas puestas desde antes de 2022, y aunque no tengamos un camino estable con destino a París las ganas no faltan para participar en estos juegos. El arte y el deporte en el breaking se presenta dando señales de un futuro brillante para la juventud.
_________________________
Martín González Correo del Alba