El 2023 comienza con mejores posibilidades para el deporte ruso. En los recientes diálogos entre los organismos rectores del deporte mundial y representantes de entidades en la materia, de la Federación Rusa, se analizó el reintegro de esta nación en las competencias mundialistas. Sin embargo, se presiente un mal trato hacia los deportistas rusos que tomará mucho tiempo eliminar.
El aumento de las restricciones que Rusia padece por el Comité Olímpico Internacional COI, la aún vigente guerra rusaucraniana, el historial de dopajes que la AMA (Agencia Mundial Antidopaje) ha señalado contra los atletas y altos dirigentes del deporte rusos, la poca participación internacional y la rusofobia deportiva, se han presentado como un traumatismo al deporte mundial que continúa sus actividades internacionales, sin la presencia de una de las principales potencias deportivas, privando en muchos casos a los atletas de élite de la nación rusa al «confinamiento» del deporte nacional.
«Paso a paso»
La reintegración del presidente de la Federación Rusa de atletismo (FRA) Piotr Ivanov, tras dos años de sanciones impuestas por la AMA, promete un primer paso para la absolución de sus atletas. Aseguró, en el congreso de la FRA, que se dará una reunión presencial con el presidente de World Athletics, Sebastián Coe, antes de marzo, con la intención de reorganizar el atletismo de su país a nivel mundial.
Las polémicas producidas por Rusia en su camino a los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París 2024, tendrán un fuerte acontecer en 2023.
Con el apoyo del Comité Olímpico Estadounidense, presidido por Susanne Lyons, se estima que, a pesar de las sanciones gestadas contra Rusia en febrero de 2022 por el estallido de la guerra con Ucrania, se visualiza un panorama idéntico al de los pasados Juegos de Tokio 2021, dónde Rusia podría participar de manera neutral bajo el mismo nombre de «Comité Olímpico Ruso», esto debido a las sanciones impuestas por la AMA, en su política estatal de dopaje.
«Continuamos nuestro diálogo con el COI y las federaciones internacionales, espero y deseo que en 2023 recibamos buenas noticias y nuestros atletas puedan regresar al deporte internacional», palabras del ministro del deporte ruso, Oleg Matitsin
«Ésta no es sólo la opinión de los estadounidenses, ya que he escuchado voces razonables de todos los continentes. Rusia es un socio fiable en el mundo del deporte. Sin rusos y bielorrusos el deporte internacional se ha vuelto más pobre y menos atractivo», comentó Matitsin.
Las sanciones del COI establecen una política de participación neutral, sin el uso de símbolos como banderas o himnos, y la drástica reducción de deportistas rusos y bielorrusos en competencias oficiales de este organismo.
La «Asociación internacional de Boxeo» (IBA) dirigida por el ruso Umar Kremlev, continúa en una gran pelea con el COI, al sostener las declaraciones de que el boxeo no tendrá lugar en los juegos olímpicos de París 2024, y no figura en el programa inicial de los Ángeles 2028.
El COI arremetió contra la IBA tras el congreso extraordinario que el ente rector del boxeo tuvo en septiembre del pasado año, dónde el descontento del COI se ha remarcado tras diferentes situaciones que expresan su inconformidad con la IBA. afirmando que: «no tienen un interés real» [en el deporte o sus atletas], palabras de un portavoz del COI,
La IBA ha sido muy cuestionada por el COI, al ser una rama olímpica patrocinada únicamente por el gigante Gazprom, lo que la ha llevado a ser criticada por ser un «organismo deportivo controlado por el gobierno ruso».
«El reciente Congreso de la IBA ha demostrado una vez más que no tiene un interés real en el deporte del boxeo y los boxeadores, sino que solo está interesada en su propio poder”.
«Las decisiones y discusiones para mantener a los boxeadores alejados de las eliminatorias olímpicas y los Juegos Olímpicos no se pueden entender de otra manera».
«La extensión del contrato de patrocinio con Gazprom como único patrocinador principal de IBA refuerza las preocupaciones que el COI ha expresado desde 2019 una y otra vez», agregó el vocero.
«Este anuncio confirma que IBA seguirá dependiendo de una empresa controlada en gran medida por el gobierno ruso».
«El deporte con política»
Escándalos y prohibiciones dentro y fuera de competiciones han sido incontables para los tenistas rusos en los últimos tiempos; el reciente incidente en el Abierto de Australia es un ejemplo del descontento de ciertos países, fanáticos y personalidades que victimizan o escudan sus relaciones con Ucrania y llevan por delante una rusofobia injustificada.
Un comunicado de ‘Tennis Australia’ salió a la luz tras las quejas del embajador de Ucrania en Australia “Las banderas de Rusia y Bielorrusia están prohibidas en el Abierto de Australia. Nuestra política inicial era que los fanáticos podían traerlos, pero no podían usarlos para causar interrupciones. Ayer tuvimos un incidente en el que se colocó una bandera en la cancha”.
En la primera ronda del lunes 16 entre Kateryna Baindl de Ucrania y Kamilla Rakhimova de Rusia, un grupo de aficionados alzaron una bandera rusa en apoyo a la jugadora Kamilla. El acto fue tomado por ciertos espectadores ucranianos con mucha inquietud y descontento por creer que era una burla hacia la jugadora ucraniana, donde al momento llamaron a seguridad para el retiro de los símbolos rusos y bielorrusos.
Uno de los aficionados que alzó la bandera tricolor llamado Eugene Routman, comentó al medio australiano The Age: «Recibimos algunas quejas, pero no estábamos abucheando, solo estábamos animando a la jugadora rusa porque solo tenía un seguidor, su mamá”.
“No es como si estuviéramos ondeando banderas nazis y banderas de ISIS. Es un país soberano”.
En un principio, el embajador ucraniano Myroshnychenko pidió a los organizadores del Australian Open, uno de los 4 Grand Slam del tenis, que se prohibiera la participación de los atletas rusos y bielorrusos, al igual que en el pasado Wimbledon, pero se negaron, y en su lugar dieron entrada únicamente a los 10 mejores tenistas rusos y bielorrusos, hombres y mujeres.
La inequívoca verdad que sigue apoderándose del deporte ruso, es que las medidas tomadas por parte del COI y aliados, hacia los atletas rusos y los distintos organismos que los protegen, está arraigada a las acciones políticas contra los gobiernos de Rusia y Bielorrusia, afectando directamente a los atletas de ambos países y acentuando lo que muchos han afirmado: «las acciones contra los atletas rusos van en contra de la carta olímpica».
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Martín González Correo del Alba
