El 31 de mayo, durante una rueda de prensa, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de china, Zhao Lijian, aseguró que su país seguía siendo el primer socio comercial de la India, señalando que “según los datos de las autoridades competentes chinas, el volumen del comercio bilateral entre China y la India fue de 125 mil 660 millones de dólares estadounidenses en 2021. De acuerdo con esto, China sigue siendo el mayor socio comercial de la India, y el volumen comercial superó los 100 mil millones de dólares estadounidenses por primera vez. Las diferentes escalas de medición estadística de China y la India condujo a la disparidad en las cifras comerciales publicadas respectivamente por las dos partes”.
Ahora bien, los Estados Unidos insiste en las cifras proporcionadas por la India, según las cuales le han arrancado el primado a la China. Para Washington en 2021 la India se convirtió en el primer comprador de petróleo estadounidense, una tendencia debida a las sanciones impuestas por la Casa Blanca a Venezuela e Irán, a las que el Gobierno de Narendra Modi se ajustó sustituyendo la cuota de hidrocarburos de estos países por crudo estadounidense. Para un país con mil 331 millones de habitantes importar el 80% de sus necesidades energéticas es realmente significativo y puede generar un cambio importante en la balanza comercial.
Acercamiento a nivel económico
Llegar a ser verdaderamente el primer socio comercial de la India para los Estados Unidos puede ser el as bajo de la manga para revertir la correlación de fuerzas en el Asia, bajo una política de coacción basada en el ámbito económico-financiero.
Desde la perspectiva india, la sinergia con Washington y Occidente tiene su origen en la rivalidad estructural con China y sus propias ambiciones geopolíticas. El acercamiento entre la India y los Estados Unidos es usado por Delhi como elemento disuasorio frente a Beijing, del que también está tratando de reducir su dependencia en términos comerciales y financieros.
Pero, al mismo tiempo, la India mira ante todo su interés nacional y no quiere atarse de pies y manos con Washington. De ahí, por ejemplo, el aumento de las importaciones energéticas de Rusia, que se han triplicado en el último año desde el inicio de la operación militar en Ucrania, y el acuerdo plurianual con Moscú para el suministro de fertilizantes, sin dejar de lado la compra de armamento ruso.
Simpatía con la Federación Rusa
En el actual conflicto entre Rusia y Ucrania la India ha mantenido una posición casi neutral; absteniéndose en varias resoluciones de las Naciones Unidas que condenaban el conflicto y las supuestas violaciones de Derechos Humanos causadas por Moscú en Ucrania.
Esta neutralidad de la India ha molestado mucho a los Estados Unidos, que está empeñado en aislar económica y diplomáticamente a Rusia a nivel mundial. Washington no ve con buenos ojos que la India, un importante miembro del Quad antichino, se acerque diplomáticamente a Moscú. Caso contrario, desde Moscú, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, elogió la equidistancia de la India, reforzando una proximidad diplomática de larga data que se ha caracterizado desde hace mucho tiempo por un importante equilibrio.
Cooperación mutua
Los ámbitos en los que cooperan Rusia y China son numerosos, signo inequívoco de una asociación fiable y duradera. En el plano diplomático, militar y energético, de hecho, Moscú y Nueva Delhi están actualmente muy cerca. Por ejemplo, a nivel militar la India importa más del 60% de su armamento de Rusia.
Hay varias naciones en el mercado que pueden suministrar a la India armas y equipos muy superiores a los productos rusos. Entre estas se encuentran los Estados Unidos, Israel, Reino Unido y Francia, las cuales pueden ofrecer una tecnología armamentística envidiable. Sin embargo, la lista de precios de estas naciones es totalmente inabordable para un país como la India, que tiene dificultades económicas crónicas a la hora de invertir en la modernización de su aparato militar.
La competencia regional con el gigante económico China, cuyos recursos son imposibles de igualar para la república india, obliga en cierto modo a Delhi a equiparse con armamento ruso, el que tecnológicamente es posible que no sea el mejor, pero ciertamente es funcional para las arcas indias.
Asimismo, un punto importante es la no injerencia del Kremlin en el uso del armamento que venden o en la adquisición simultánea de dispositivos de otro origen, a diferencia de las exigencias en estos aspectos a menudo vinculantes sobre todo por parte de los Estados Unidos.
El ámbito energético Rusia-India
En marzo de 2022 la Indian Oil Corporation, una histórica empresa estatal activa desde 1959, compró tres millones de barriles de crudo a Rusia para satisfacer las necesidades del aparato industrial de la India. El premier Narendra Modi no dudó en hacerse con un enorme cargamento de petróleo ruso a precio reducidos, de hecho, según varias fuentes, el precio al que Moscú vendió el crudo fue un 20% inferior al costo del mercado. Rusia también aceptó pagos en rupias mediante el sistema PESA, eludiendo así el sistema internacional de pagos Swift, saltando las sanciones a las cuales está sometida por los Estados Unidos y sus aliados.
El crudo ruso puede llegar a las costas orientales de la India desde el puerto de Vladivostok, evitando así la ruta del Báltico. A cambio, para reequilibrar las relaciones comerciales, Delhi aumentará las exportaciones de medicamentos, tecnologías de ingeniería y productos químicos a Moscú, ampliando así la cooperación con Rusia.
En cuanto al gas licuado (GNL) la India obtiene actualmente casi tres cuartas partes de GNL mediante contratos a largo plazo con diversos socios. Sin embargo, el calor sofocante de las últimas semanas y los continuos apagones están obligando a las autoridades de Delhi a buscar otros proveedores, entre los que destaca Rusia. Una vez más el GNL ruso podría llegar a India a precios reducidos, para incentivar la compra de grandes de gas por barco.
La política de la India a nivel internacional nos lleva a pensar en un antiguo tratado indio acerca del arte de gobernar, «el Arthashastra», el cual señala “no hay amistad sin interés propio”. No cabe duda que el presidente Vladimir Putin y el premier Narendra Modi lo han entendido a la perfección y por ello sus relaciones se siguen caracterizando por fuertes intereses comunes.
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Yoselina Guevara López Corresponsal en Italia
