Con un minuto de silencio empezó el acto conmemorativo de los 22 años de la guerra del agua en la plaza principal 14 de Septiembre, al que asistieron autoridades departamentales, municipales y organizaciones sociales.
“Recordamos la guerra del agua y en su momento el pueblo se levantó, el campo y la ciudad se unieron para defender el derecho al agua, también el acceso libre y soberano del recurso hídrico; estamos convencidos de que el agua es vida y salud”, expresó el gobernador Humberto Sánchez.
En la oportunidad, uno de los personajes hizo referencia a jóvenes que murieron en la lucha por la defensa del agua y cientos de heridos que varios días salieron a las calles en contra de la privatización del recurso hídrico por parte de la empresa Aguas del Tunari.
“Recuerdo que participamos en todo sentido, hasta los niños armaban barricadas con sus juguetes y los ancianos con sus sillas de ruedas, muletas y con lo que encontraban útil en su hogares”, rememoró el representante de la Coordinadora del Agua y la Vida, Óscar Olivera.
Por su parte, el presidente de la Federación Departamental de Regantes de Cochabamba, Victoriano Orellana, agradeció a los diferentes sectores por su participación. “Es el deber de cada uno hacer memoria de la guerra del agua, donde se vio la fuerza y la unidad de la ciudad y de los campos”, manifestó.
Antecedentes
La Ley 2029 ratificaba el contrato con Aguas de Tunari y ella permitía que la empresa cobrara grandes tarifas a los cochabambinos por su derecho al agua. Los precios eran irrisorios, tanto que la misma población tuvo que sacar a sus hijos del colegio para pagar las facturas.
Ni siquiera habían empezado el megaproyecto, por eso una gran movilización se dio inicio en 2000. Su meta: desbaratar la perversa ley donde los bolivianos perdían su derecho a una vida digna.
La ley no clasificaba a los bolivianos según sus necesidades: no había tarifas diferenciadas para el campesino que tenía que irrigar el suelo, para el rico citadino o el marginado indígena que vivía en la ciudad.
Las grandes marchas y la utilización de los medios de comunicación sirvieron para unir a toda la población en contra de ese consorcio que les cobraba hasta el agua de lluvia. Omar Hernández, dirigente de la Federación Departamental Cochabambina de Regantes (Fedecor), organizó la Coordinadora para la defensa del agua y de la vida.
AHP/CdA
