El lunes 27 de septiembre el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, advirtió de una posible respuesta conjunta con Rusia a las maniobras militares de las tropas de la OTAN en la vecina Ucrania. Lukashenko condenó el despliegue de tropas de Estados Unidos y la Organización del Tratado del Atlántico Norte OTAN, en Ucrania, donde se están llevando a cabo las maniobras militares Rapid Trident 2021. Además, culpó a Occidente de lo que calificó como “catástrofe humanitaria inminente” para este invierno, refiriéndose a los inmigrantes que quedaron bloqueados en la frontera entre Bielorrusia y Polonia.
El primer mandatario bielorruso acusó a Washington de establecer centros de entrenamiento en el país señalando que “Estados Unidos está desplegando tropas de la OTAN en Ucrania. Con el pretexto de crear nuevos centros de entrenamiento, está creando de hecho bases militares en Ucrania”. Según Moscú y Minsk, es necesario tomar medidas de represalia porque corren el riesgo de enfrentarse a una “situación inaceptable” en sus fronteras. El portavoz de la Federación Rusa, Dimitri Peskov, declaró que Washington, con su expansión militar en Ucrania, “está cruzando la línea roja”.
Aunque Ucrania no es miembro de la OTAN, el país considera que las maniobras con la Alianza son extremadamente importantes, ya que representan un paso hacia la integración euroatlántica. Por su parte, Kiev considera que la consecución de este objetivo le permitiría reforzar sus fronteras, especialmente frente a lo que han denominado la “agresión rusa”.
Las maniobras de la OTAN y Ucrania involucran alrededor de 6 mil soldados, de 15 Estados miembros de la Alianza, los cuales se desplegarán en las maniobras militares anuales que se celebrarán en el oeste del país, según un comunicado oficial del Ministerio de Defensa ucraniano. Por primera vez en la historia de Rapid Trident, se llevarán a cabo ejercicios tácticos con fuego real, según informó la oficina de prensa del Ministerio de Defensa ucraniano a través de una publicación en la red social Facebook.
Las relaciones entre Bielorrusia y Occidente se han deteriorado desde las protestas masivas que se suscitaron en el país tras las elecciones de agosto de 2020, en las cuales Alexander Lukashenko ganó con el 80,2%de los votos, adjudicándose su sexto mandato presidencial. A raíz de las manifestaciones y acusaciones en contra del actual presidente bielorruso, Estados Unidos y sus aliados impusieron sanciones a Minsk.
Asimismo, la situación de los inmigrantes en las fronteras Bielorrusia y sus vecinos países de la Unión Europea ha empeorado las ya rotas relaciones. La Unión Europea acusó a Minsk de alentar a los inmigrantes, principalmente de Irak y Afganistán, a cruzar sus fronteras en represalia por las sanciones.
En septiembre pasado, murieron tres inmigrantes en el lado polaco de la frontera y otro en Bielorrusia. El viernes se informó de la quinta muerte de un hombre iraquí, en el lado polaco, a causa de un presunto ataque al corazón. Bielorrusia hace diariamente esfuerzos por acoger de manera digna a los inmigrantes, desde el gobierno temen que por las bajas temperaturas del próximo invierno muchos inmigrantes mueran tratando de pasar la frontera hacia Polonia.