Uruguay, país de apenas un poco más de tres millones de habitantes, con una geografía de penillanura semi ondulada y un clima político de igual característica. Uruguay no se caracteriza por los sobresaltos. Quizá la idiosincrasia oriental no es proclive a patear el tablero institucional, pero de las disputas económico-políticas este trozo de tierra en el paralelo 35, nunca queda por fuera.
El centro izquierdista Frente Amplio luego de gobernar por 15 años de manera consecutiva perdió las elecciones a mano de la Coalición Multicolor. Una coalición creada con el fin de derrotar al Frente Amplio y restaurar un modelo conservador, concentrador, represivo y neoliberal.
Hasta el momento el gobierno liderado por Luis Lacalle Pou, de una de las familias patricias de nuestro país, no alcanza los primeros 18 de meses de gobierno, pero ya mostró sus intenciones y proyecto político. Decretó la reducción de las vacantes en las empresas públicas, aumentó las tarifas de servicios públicos más de dos veces, aumentó los combustibles (y con facultad de hacerlo todos los meses). La policía ha reprimido aglomeraciones en varias ocasiones cuando nunca se restringió la movilidad de manera obligatoria.
Estas y otras cuestiones más, como el proceso de vaciamiento de las empresas públicas, la mercantilización de la educación y políticas financieras promisorias para el lavado de dinero; están contempladas en su proyecto insignia que es la Ley de Urgente de Consideración. Una ley de 476 artículos que fue votada con muy escaso debate parlamentario debido a las mayorías con las que cuenta el gobierno.
«En 2022 habrá referéndum, pero la campaña comienza ahora»
El pueblo organizado en contexto de pandemia inició una campaña de recolección de firmas para llevar a referéndum dicha ley. El objetivo era alcanzar 650 mil firmas, que corresponden al 25% del padrón electoral.
El gobierno confiado por las encuestas que le imprimen un buen porcentaje de aprobación, más la pandemia que no permitía encontrar a la gente en espacios públicos, negó el debate pensando que la campaña fracasaría.
Pues la realidad se mostró porfiada y la cifra de firmas ascendió a 800 mil en un país de tres millones. La campaña fue una hazaña y luchó contra el blindaje mediático y la inteligencia policial que les realizaron a militantes. Ahora sí habrá debate dónde se discutirán dos modelos de país en disputa. En 2022 habrá referéndum, pero la campaña comienza ahora.
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Nicolás Centurión Psicólogo y analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)