El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en declaraciones a la prensa abrió la posibilidad de diálogo con sectores de la oposición venezolana que hasta ahora han transitado los caminos de la violencia y de la no participación a nivel electoral en el país suramericano. No obstante, una de los condicionantes del Gobierno bolivariano es que debe participar la Unión Europea (UE), el Gobierno de Noruega, y el grupo de contacto. El mandatario señaló: “¡Estoy de acuerdo! Con la ayuda de la Unión Europea, del gobierno de Noruega, del Grupo de Contacto. Cuándo quieran, dónde quieran y cómo quieran, listo para reunirme con toda la oposición. Para ver qué se saca de ahí, si se saca algo bueno y ellos abandonan el camino de la guerra, de la invasión, de los atentados, del golpe de Estado y vienen al camino electoral. Aquí los esperamos en el camino electoral. Aprobada la propuesta”.
Esta propuesta de diálogo emitida por el autoproclamado Juan Guaidó puede ser producto de la crisis energética que en estos momentos está viviendo Estados Unidos, aunado al rotundo fracaso de la oposición venezolana en cuanto a acelerar un cambio de gobierno en Venezuela por la vía no democrática, es decir, a través de acciones ilegales, solicitud de imposiciones de sanciones, robo de activos pertenecientes al Estado venezolano, intentos de golpe de Estado y desestabilizaciones de toda índole.
Ataque al oleoducto Colonial Pipeline
La noche del viernes 7 de mayo Estados Unidos Unidos recibió un certero ataque cibernético en el corazón de su infraestructura petrolera, la red de Colonial Pipeline calificado como un «ransomware», es decir, un virus que paraliza los sistemas informáticos cifrando los datos importantes para pedir un rescate.
La Colonial Pipeline en Pelham (Alabama) con su compleja telaraña de oleoductos de ocho mil 850km quedó fuera de servicio, paralizando el suministro de 2.5 millones de barriles diarios de gasolina y otros productos petrolíferos, dirigidos desde las refinerías del Golfo de México no solo a la zona de Nueva York, sino también a importantes centros del sur de Estados Unidos, entre ellos el Aeropuerto de Atlanta, el más transitado del mundo en número de pasajeros.
De acuerdo a los expertos, se trata de uno de los ciberataques más graves de la historia, que deja al descubierto la vulnerabilidad de la infraestructura estadounidense, una operación casi de las mismas dimensiones que la sufrida por Arabia Saudita cuando sus instalaciones de Abqaiq y Khurais fueron atacadas con misiles en septiembre de 2019.
El sábado 8 de mayo Colonial Pipeline tuvo que comunicar que había bloqueado “algunos sistemas para contener la amenaza”. El sabotaje ha «detenido temporalmente todas las operaciones del oleoducto y ha afectado a parte de nuestro sistema informático», señaló la empresa, que hasta ahora no ha podido dar indicaciones sobre el calendario de restablecimiento de la red. Para evitar cualquier tipo de daño potencialmente mortal causado por el ataque, Colonial Pipeline desconectó sus sistemas informáticos, cerrando temporalmente todo el oleoducto.
Pánico por escasez, sube el precio de la gasolina
En estos momentos, en muchas ciudades de los Estados Unidos se vive un pánico generalizado por el temor a la escasez de gasolina. Miles de ciudadanos tratan de aprovisionarse de combustibles generando largas e interminables filas en las gasolineras. De acuerdo a datos de la firma GasBuddy, el miércoles 12 de mayo alrededor 10 diez mil estaciones se quedaron sin gasolina en Alabama, Georgia, Florida, Carolina del Sur, Carolina del Norte, Maryland y Virginia. Además los estados de Georgia y Florida se han declarado en “emergencia” con la finalidad de poder implementar medidas especiales y facilitar el transporte de combustible.
Según agencias de noticias el galón de gasolina pasó de 2,297 dólares a 3,008 dólares, y con una tendencia a seguir en aumento; es la primera vez que el combustible supera los tres dólares desde el año 2014. Muchos de los que pedían a gritos sanciones contra Venezuela y se alegraron del desplome y el bloqueo de la venta de petróleo desde el país caribeño a los Estados Unidos ahora sufren en carne propia las consecuencias de la escasez de combustible en el corazón del Imperio y del sueño americano.
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Yoselina Guevara López Corresponsal en Italia