En respuesta al atentado en la planta de Natanz, ocurrido el domingo 11 de abril, el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif, dijo que su país intensificará las operaciones del programa nuclear. Esta planta realiza actividades de enriquecimiento de uranio, además de montaje y construcción de centrifugadoras avanzadas, y es considerada el alma del programa nuclear iraní.
La dinámica del incidente, por el momento, aún no está clara, pero Teherán cree que Israel está detrás y pudieran ser los responsables directos de lo que se ha definido como un acto de “terrorismo nuclear” y “crimen de guerra”. Por ello, el canciller Zarif ha afirmado que Irán intensificará significativamente sus actividades nucleares y, en un mensaje dirigido al Secretario General de la ONU, António Guterres, destacó que lo ocurrido tuvo como objetivo una planta sujeta a las medidas del Tratado de No Proliferación Nuclear, y cuyo atentando podía haber causado la fuga de material radiactivo.
Asimismo, Zarif añadió que “si Estados Unidos desea evitar las repercusiones de lo ocurrido, debe poner fin al terrorismo económico implementado por la anterior administración estadounidense, encabezada por Donald Trump, así como a las recientes acciones de terrorismo nuclear, empleadas como medio de presión dentro de las negociaciones”.
El cese del terrorismo económico implicaría el levantamiento de todas las sanciones “impuestas y reimpuestas” a Teherán por parte de la Casa Blanca. También queda claro que de regresar los Estados Unidos al Tratado Nuclear, del cual se retiró en el 2018, Irán está dispuesto a poner fin a las medidas adoptadas en los últimos años en violación de lo establecido en el acuerdo de 2015, conocido como Plan de Acción Integral Conjunto (Jcpoa), incluidas las operaciones de enriquecimiento de uranio.
Reacciones a nivel internacional
Mientras tanto, el representante de Irán, Kazem Gharib Abadi, en el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), instó a esta institución a adoptar una postura clara sobre el incidente del 11 de abril, reafirmando la responsabilidad del Estado sionista. En cualquier caso, dijo Abadi, las actividades en la planta de Natanz no se han detenido. Por su parte, Estados Unidos, aliado de Israel, negó cualquier implicación en los hechos, mientras que algunos medios de comunicación, como al-Arabiya, informaron de que los funcionarios de la Casa Blanca parecían desconocer el posible ataque israelí a la planta de Natanz.
El incidente del 11 de abril atrajo el interés de la Unión Europea (UE), después de que el 6 de abril se iniciaran en Viena las conversaciones sobre el Jcpoa, destinadas a reavivar el entendimiento y fomentar el regreso de Washington. En concreto, el portavoz de la Alta Representante de la UE, Peter Stano, informó el ayer de que Europa está siguiendo de cerca y con preocupación las noticias sobre el atentado en la planta de Natanz, y destacó la necesidad de llevar a cabo una investigación completa para aclarar las causas de lo ocurrido y descubrir a los responsables. Además, reiteraron que “hay que rechazar cualquier intento de socavar las conversaciones de Viena”, ya que el acuerdo nuclear desempeña un papel importante para garantizar la estabilidad de la región de Medio Oriente.