El 23 de marzo, mientras realizaba su travesía entre el Puerto de Tanjung Pelepas, Malasia, con destino al Puerto de Rotterdam, Países Bajos, el súper buque portacontenedores Ever Given encalló en el Canal de Suez. Fueron necesarios siete días de trabajo ininterrumpido, 24 x 24 horas, la fuerza de tracción de 16 remolcadores, dos dragas para extraer casi 30 mil metros cúbicos de arena, para ver cómo el coloso de 220 mil toneladas del Ever Given volvía a la superficie y reanudaba la navegación, liberando finalmente anteayer el Canal.
El mundo entero respira aliviado después de haber temido lo peor: un bloqueo prolongado de la ruta comercial entre el Mar Rojo y el Mar Mediterráneo, por la que transita el 12% del tráfico mundial, el 30% de los buques portacontenedores, el 10% del petróleo transportado por mar y el 9% del gas natural licuado. En cuanto al Ever Given, permanecerá un tiempo fondeado para realizar todas las comprobaciones técnicas, aunque, en una primera evaluación, no hay indicios de contaminación del Canal ni daños en la carga ni fallos en los motores.
Según un informe de una de las mayores compañías de seguros, “Allianz”, el incidente en el Canal costó aproximadamente entre el 0.2% y el 0.4% del crecimiento comercial anual, es decir, entre seis y 10 mil millones de dólares a la semana. De acuerdo al anuncio de las autoridades egipcias, serán necesarios tres días para eliminar el retraso. Y, según la mayor compañía del mundo, la danesa Maersk, podrían ser necesarios seis o incluso más para permitir a todos un paso seguro. Está claro que las autoridades de Suez tratarán de forzar el tránsito un poco y acortar los tiempos, con el objetivo de poner a navegar por el Canal incluso 80 barcos al día, como mínimo.
Un buque encallado y el Gran Reset
Este incidente abre un punto de reflexión sobre el modelo de desarrollo del comercio internacional, sacando a la superficie los riesgos ligados al transporte naval que, en definitiva, hace vulnerables a las cadenas de suministro mundiales ya afectadas por la pandemia. A la vez, el encallado del Ever Given, sirvió de prueba a Biden y al «Estado profundo» para ensayar, sabiéndolo o no, lo que podría ser un tipo de asfixia a Europa, especialmente infligida a Alemania, que pueda perjudicar a China.
Es bien conocido que la estrategia de la administración Biden es convertir a China en el enemigo de Europa. Según el Instituto de Economía Mundial de Kiel (IfW), el 98% de los buques portacontenedores pasan por el Canal de Suez, cuando se desplazan entre Alemania y China. El Gigante asiático es desde hace años el socio comercial más importante de la nación germana, con un volumen combinado de más de 212 mil millones de euros en 2020. Por eso, bastó una semana de bloqueo del Canal Suez para que la economía alemana se viera afectada en sectores como la industria química y metalmecánica. Solo un revisión semanal de la prensa norteamericana, así como los medios de comunicación de la Gran Bretaña, nos da una idea que todos los cañones comunicacionales están direccionados a crear una propaganda antichina bien calculada, que entre en el subconsciente colectivo a fin de exacerbar “la guerra contra Beijing”. Por otra parte, no olvidemos que el programa del “Grand Reset” o “Gran Reseteo” prevé la interrupción de los suministros a gran escala.
Un canal estratégico
El Canal de Suez es una de las rutas comerciales más importantes del mundo, especialmente para el petróleo, pero también tiene un fuerte valor estratégico desde el punto de vista militar. Su construcción supuso el corte del istmo de Suez, una porción de tierra que conectaba la parte africana de Egipto con la asiática. Con ello fue posible conectar, por primera vez, el Mar Mediterráneo con el Mar Rojo, lo que permitió a los barcos comerciales evitar circunnavegar África para viajar entre Europa y Asia.
En la actualidad, el Canal de Suez tiene 190 km de largo y hasta 313 m de ancho en la superficie. Solo permite el paso de barcos en una dirección a la vez (de norte a sur o viceversa), excepto en una parte, gracias a un segundo carril paralelo de 35 km de longitud inaugurado en 2015, que permite el paso de barcos en ambas direcciones a la vez.
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Yoselina Guevara López Corresponsal en Italia