
En un momento de pandemia, de la generalización del miedo al otro a nivel mundial, el viaje del Papa Francisco a Irak cobra un significado histórico y político de gran valor. Es un desafío del pontífice a toda la crítica, pero además de ello es poner en el centro de la atención mundial a una región, y al sufrimiento de la población iraquí como símbolo de lo que vive ese continente.
Justamente también en marzo, pero en 2003, una coalición de países conformada por Estados Unidos, el Reino Unido, Australia y Polonia, a los que se sumaron otros Estados, inició la invasión de Irak y luego la guerra, los bombardeos y la destrucción. La justificación de George W. Bush, entonces presidente de Estados Unidos, para motivar el ataque era la presencia de “armas de destrucción masiva”, pero tal arsenal nunca fue encontrado, como años después lo admitiría el Departamento de Estado norteamericano. Lo que sí hay en Irak es petróleo, que ha terminado por ser un pariente cercano de la “guerra” y de la “restauración de la democracia” para Estados Unidos. Aunque haya finalizado la guerra, Irak continúa siendo un país inestable, además de ser un escenario perenne de conflicto entre las potencias regionales y suprarregionales del planeta. Los iraquíes han vivido en carne propia la devastación de la guerra, que es además la negación de la humanidad y el echar por tierra la política y la diplomacia para la resolución de conflictos.

Histórico encuentro de Francisco con el Ayatolá Al-Sistani
Uno de los momentos más significativos del viaje del Papa Francisco fue el encuentro con el gran Ayatolá Al-Sistani, en Nayaf, la ciudad santa para los chiítas, una de las principales ramas del Islam. Fueron casi 20 años de preparación de esta reunión, y con ellos la reiterada ausencia de condiciones para realizarla .
Entre las implicaciones político-religiosas de la reunión está el reconocimiento por parte de ambos líderes religiosos como «interlocutores válidos». Por primera vez el Ayatolá Al-Sistani no saludó sentado a su invitado, sino que se levantó para acomodar cortésmente al Pontífice en un sofá azul, mientras el Papa se quitó los zapatos en señal de respeto al entrar en la habitación.
Sistani tiene un enorme poder en Irak, es una personalidad de primer orden que puede movilizar multitudes ,como en el caso de la «Fatwa» que llamaba a todos los hombres a luchar contra el Estado Islámico (Daesh), en 2014. El encuentro fue, sin dudas, un diálogo que emerge en un país devastado por el sectarismo y envía el mensaje simbólico de “Todos somos hermanos” a toda la región, tanto para los cristianos como para los suníes, o los chiítas y las diversas minorías. Además del significado que aporta el Papa Francisco en sus palabras de que “no es posible que las diferencias religiosas conduzcan a guerras, muertes, sufrimiento”.

Los nudos del diálogo interreligioso
En su discurso del 5 de marzo el Papa Francisco, en el marco de un encuentro con los obispos, sacerdotes, religiosos, seminaristas y catequistas de Irak, en la catedral siro-católica de Sayidat Al-Nejat (Nuestra Señora de la Salvación), habló de desatar los nudos del tejido de la fraternidad señalando: “Son nudos que llevamos dentro de nosotros; pero estos nudos pueden ser desatados por la Gracia, por un amor más grande; se pueden soltar por el perdón y el diálogo fraterno, fortaleciéndose mutuamente en los momentos de prueba y dificultad”. Palabras que lejos de ser solo un discurso se aplican en la práctica a sus esfuerzos de diálogo interreligioso, el cual tiene una influencia decisiva con las política a nivel mundial.
Bergoglio empezó a desatar nudos en su viaje a Cuba en 2016, donde se reunió, después de siglos de distanciamiento con el patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa, Kirill. Al año siguiente, en Egipto, con su encuentro con el gran Imán de Al-Azhar, Ahmad Al-Tayyeb, líder espiritual de mil 100 millones de sunitas. Posteriormente la firma del documento sobre la la Fraternidad Humana, por el Papa y el Imán en Abu Dhabi el 4 de febrero de 2019. Para el Pontífice, marzo de 2021 era el momento preciso para continuar tejiendo puentes, y darle seguimiento al trabajo que ha emprendido. Con su reunión con el líder espiritual chiíta, en su viaje a Irak, le dice al pueblo iraquí que el Papa también respalda al ala “quietista” del mundo musulmán, y a la vez lanza su mensaje como “peregrino de paz”. Sin olvidar su solidaridad y apoyo a los cristianos perseguidos y asesinados en Irak y en el mundo por el Estado Islámico.

Aunque las heridas de la invasión militar,los bombardeos y la violencia que han recibido de diferentes frentes (injerencia extranjera, Estado Islámico, entre otros) sean casi imposibles de revertir, la imagen de Irak, asociada a guerras y extremismo, es necesario que vaya cambiando mundialmente y se les vea finalmente como un país de civilización, cuna de Abraham, origen de tres de las religiones monoteístas más importantes universalmente: el judaísmo, cristianismo e islamismo.
_________________________________________________________
Yoselina Guevara López Corresponsal en Italia