A partir de 2014 las relaciones entre la Federación Rusa y la Unión Europea (UE) se han desarrollado bajo tensiones, siendo que previamente, entre 1991 y 2014, Rusia era considerada socia estratégica por esta. En 2016, a través del “Documento de la Estrategia Global para la Política Exterior y de Seguridad de la Unión Europea”, este organismo declaró que Rusia era “el desafío estratégico más importante para la U.E.”.
Intrínsecamente ha quedado demostrado que el viejo continente ve en el Kremlin una amenaza para la seguridad y defensa del bloque y para su dependencia económica y energética. Recientemente, el “caso Navalny” ha alzado las tensiones entre Rusia y Bruselas; el viernes 5 de febrero Moscú expulsó a diplomáticos de Suecia, Polonia y Alemania, a los que acusa de haber participado en protestas no autorizadas a favor del aludido opositor.
Tras el anuncio de la decisión de la corte moscovita de sustituir la libertad condicional del opositor ruso por una condena real de tres años y cinco meses de prisión, varios países occidentales solicitaron la liberación de Navalny, como Estados Unidos, Francia, el Reino Unido y Alemania. No obstante, desde Moscú recomendaron prestar atención a la situación de sus propios territorios y dejar de interferir en los asuntos internos de otros Estados.
Visita de Borrell a Moscú
El mismo día de la expulsión de los diplomáticos europeos de Rusia, el jefe de la Política Exterior de la UE, Josep Borrell, estuvo en Moscú para reunirse con su homólogo ruso, Sergei Lavrov. En las conversaciones entre ambos se abordaron temas como la liberación de Navalny, las relaciones entre la UE y Rusia, el respeto al Estado de Derecho, los Derechos Humanos y la libertad política.
La visita de tres días fue duramente criticada por algunos eurodiputados, que dijeron que sería “un completo fracaso” y que no debería haberse producido. Borrell, por su parte, se justificó diciendo que había ido para abordar, a través de la diplomacia, si el gobierno ruso estaba interesado en atender las diferencias y revertir la evolución negativa de las relaciones entre las partes.
Vaivén de declaraciones
De acuerdo a declaraciones a la prensa este lunes 8 de febrero, el jefe de la diplomacia rusa aseguró que, a pesar de la conflictiva visita de Borrell, concluida el sábado, su Gobierno está dispuesto a “normalizar todo el conjunto de las relaciones con la UE, no sobre la base de exigencias, sino del respeto de los intereses mutuos”. Con respecto a la cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la UE en el Consejo Europeo del mes que viene, donde se hablará de Rusia, Lavrov señaló: “Espero que la revisión estratégica que tendrá lugar en breve se centre en los intereses clave de la UE y que estas conversaciones contribuyan a que nuestros contactos sean más constructivos”. Pero, además añadió: “Nos estamos acostumbrando a que la UE intente imponer restricciones unilaterales, restricciones ilegítimas, y asumimos que la UE es un socio poco fiable”.
Con respecto a las relaciones entre el bloque europeo y la Federación rusa declaró Lavrov que “fue la UE la que desde 2014 destruyó la arquitectura de los lazos con nuestro país, construida minuciosamente durante muchos años (…) ¿Quién se distancia de quién? ¿Tal vez sea la UE la que se aleja de Rusia, del idioma y la cultura rusa?”. En torno a la posibilidad de sanciones europeas, el Canciller expresó que el bloque “recurre cada vez más a restricciones unilaterales que no tienen ninguna base legítima”.
Por su parte, en rueda de prensa desde Bruselas Borrell fue claro al señalar que aún podrían introducirse nuevas sanciones en el próximo Consejo de Asuntos Exteriores y aseguró que haría propuestas concretas. Negó enérgicamente que no hubiera hecho lo suficiente para condenar la detención de Navalny frente a Lavrov y rechazó las acusaciones de que el viaje podría socavar el destino del líder de la oposición.
Asimismo, Borrell indicó que en los últimos dos años se han celebrado 19 reuniones, a nivel ministerial, de países europeos en Rusia, y dijo que el Kremlin estaría “encantado de percibir” las divisiones dentro de la Unión.
Licencia para las vacunas
En política lo que no se ve «es». La verdadera causa del viaje de Borrell a Rusia no parece ser Navalny sino la caótica situación de la pandemia en Europa, cuyos sistemas sanitarios no han podido hasta ahora controlar la difusión del virus. Las cifras lo indican, diariamente aparecen nuevos focos de contagios y fallecimientos. Ante ello, un año después del inicio de la pandemia, la solución continúa a ser medidas de bioseguridad, cuarentenas y toques de queda, mientras se espera la vacunación masiva de la población. En este sentido, la jefa de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, no ha podido resolver el suministro igualitario de la cantidad necesaria de vacunas para todos los países del bloque. En esencia, Von der Leyen envió a Borrell a Moscú para pedir los derechos de licencia para que las empresas europeas produzcan la vacuna Sputnik V, que pronto será aprobada por la UE. Sin embargo, los eurócratas prefieren incurrir en la histeria, apoyando el inexistente liderazgo de Navalny, así como el del exautoproclamado Guaidó en Venezuela.
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Yoselina Guevara López Corresponsal en Italia