En una vergonzosa resolución emitida el día de ayer, jueves 21 de enero, el Parlamento Europeo en un nuevo acto injerencista solicitó al Consejo y a los Estados miembros de la Unión Europea (UE) que reconozcan la continuidad constitucional de la Asamblea Nacional de Venezuela de 2015, cuyo plazo gubernamental expiró el día 5 de enero tras la realización de las elecciones parlamentarias el 6 de diciembre pasado en la nación suramericana. Los eurodiputados y eurodiputadas celebraron con beneplácito la imposición de sanciones criminales por parte de la UE a Venezuela, las cuales han causado un detrimento en la calidad de vida de millones de venezolanos y venezolanas. No conformes con ello, pidieron a los jefes de Estado y de Gobierno de las naciones que conforman la Unión que reconozcan como presidente interino venezolano al exdiputado Juan Guaidó, en un acto de violación de la Constitución bolivariana y las leyes internacionales.
La mentada resolución, aprobada por 391 votos a favor, 114 en contra y 177 abstenciones, trata de presionar a la UE para el reconocimiento del gobierno ilegítimo e inexistente de Juan Guaidó, un títere de Estados Unidos y del expresidente Donald Trump, el cual ha perdido todo apoyo internacional después de la salida de su principal sostenedor.
UE: un diplomático comunicado
Bruselas se encontró a inicios del 2021 con las manos vacías de argumentos institucionales para seguir reconociendo al autoproclamado como presidente interino de Venezuela. En virtud de esto la única alternativa que tuvieron fue denominarlo como miembro destacado de la oposición. Así lo señaló el Alto Representante para la Política Exterior, Josep Borrell, en un breve comunicado publicado el miércoles 6 de enero en el que ha evitado nombrar a Guaidó «presidente interino» o «presidente de la Asamblea Nacional», el tratamiento habitual que había sido dado hasta ahora por la gran mayoría de los Estados de la UE, pero cuya legitimidad derivaba de su condición de presidente de la anterior Asamblea Nacional, formada tras las elecciones de 2015 y sustituido por el recién electo Hemiciclo.
La declaración es un complejo equilibrio diplomático en el que Bruselas refleja la posición de los 27 países que, en un acto de desconocimiento, colonialismo, injerencia e irrespeto a la soberanía habían reconocido a Guaidó como presidente interino. Bruselas «lamenta profundamente» la constitución de la nueva Asamblea Nacional venezolana, surgida de unas elecciones que califica de «antidemocráticas» y aseguró que la UE «mantendrá su compromiso con todos los actores políticos y de la sociedad civil que trabajan para restaurar la democracia en Venezuela, incluyendo, en particular, a Juan Guaidó y otros representantes de la Asamblea Nacional saliente elegida en 2015».
La posición a tomar respecto a Guaidó siempre ha sido un dolor de cabeza para las instituciones europeas. Así, mientras el Parlamento Europeo fue el primero en reconocer al opositor como presidente interino en 2019, el Consejo Europeo no pudo fijar una posición unánime por las reticencias de países como Italia y Grecia, aun cuando en sus declaraciones oficiales se refirió a él como presidente de la Asamblea Nacional, término que también se evitó en esta ocasión.
El comunicado de Borrell ha sido hasta ahora el más claro en el no reconocimiento de la interinidad de Guaidó. El Grupo de Lima (Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Paraguay y Perú), donde, junto a Estados Unidos, se concentra el mayor apoyo a la oposición venezolana, igual condenó las elecciones parlamentarias en las que resultó triunfador por el chavismo, aunque en su declaración omitió las referencias al «gobierno interino».
Tras las elecciones de diciembre, Guaidó intentó recabar apoyos en Bruselas y exigió en una conferencia virtual organizada por el grupo liberal del Parlamento Europeo “Renew Europe” que las instituciones del Viejo Continente siguieran reconociéndolo como presidente en funciones de Venezuela. No obstante, la Unión se limitó a no reconocerlo, otorgándole una especie de “primus inter pares”, una cara visible y destacada de la oposición, un gesto que le permite a Guaidó usufructuar de los millones de dólares en los fondos que Caracas tiene depositados en países como Reino Unido, Suiza, Estados Unidos o Portugal. De hecho, recientemente la firma de abogados Arnold & Porter, que representan a Juan Guaidó, en un documento público señaló que el gobierno ficticio del autoproclamado se niega a la compra de vacunas contra el Covid-19 para el pueblo venezolano con el dinero de la nación suramericana que se encuentra en Banco de Inglaterra. Una muestra más de la deshumanidad de esta banda de facinerosos que han tratado de gobernar Venezuela por la imposición de un mandato imperial y a los cuales ha derrotado la verdad, la conciencia y la autodeterminación de un pueblo valiente decidido a ser libre y soberano.