Nada sorprende de la traición de los Emiratos Árabes ni de los eventos del llamado mundo árabe, ese mundo dividido en forma muy marcada entre los pueblos y sus gobiernos, entre aquellos que colaboran con los enemigos y aquellos que los enfrentan, en efecto, en el mundo árabe poco a poco sus gobiernos se van sacando la careta que han usado durante muchos años, de árabes, musulmanes e islámicos; decenas de años los pueblos escucharon una retórica nacionalista e islámica y todo para aparentar ser nacionalistas y patriotas, o al igual que Arabia Saudita, que posa de defensores del islam frente a las deformaciones occidentales o defensores de los derechos del pueblo palestino. La realidad es otra y poco a poco sale a flote un cúmulo de intrigas traiciones y colaboración permanente con Occidente y con el sionismo ateo y criminal que oprime de forma sanguinaria al pueblo palestino, ocupa territorios de Siria, Líbano y Palestina.
La llamada Liga Árabe, compuesta por decenas de países y la organización islámica que pretende representar a los países árabes, en la realidad de los hechos no representan otra cosa que a familias poseedoras de un territorio entregados a su administración y gobierno por los colonialistas que dividieron el llamado mundo árabe para poder dominarlo y repartirse la explotación de sus riquezas con la ayuda y colaboración de reinos y reyes elegidos entre los más fáciles de manipular y que desde años hacen a su antojo los colonialistas y el imperialismo norteamericano muy bien manejado y controlado por el sionismo internacional, enemigo de los pueblos.
Por décadas esos reyes y gobiernos aparentaron ser musulmanes y nacionalistas y de vez en cuando, dependiendo de las circunstancias, sacan encendidas arengas de apoyo al pueblo palestino, mientras por debajo colaboran con sus enemigos en información de inteligencia y toda forma de ayuda a los sionistas y toda forma de engaños a los palestinos.
La llamada normalización entre estas monarquías primitivas y dictatoriales que oprimen con mano de hierro a sus pueblos, destruye todos y cada uno de los sentimientos de los musulmanes del mundo al reconocerle al ocupante del territorio palestino la propiedad de los lugares más sagrados del mundo islámico, Jerusalén y la mezquita Al Aqsa, territorio olvidado por estos reyes y familias que ostentan el poco honorable estatus de colaboradores y que dieron la espalda a los sentimientos de sus pueblos y al mundo islámico en general.
La primera reacción de los musulmanes es de rabia y molestia pues la traición molesta y mucho, pero si analizamos detenidamente este proceso de normalización entre los monarcas y el sionismo, que desde años trabajan juntos, y más aún y para mayor sorpresa si vemos quienes explotan el petróleo en esos países veremos que esas empresas las constituyen capitales de sionistas europeos y norteamericanos, y no creo que ignoraban esta situación de modo que directamente o indirectamente el petróleo árabe sostuvo la economía del Estado sionista, de modo que debemos ver el lado positivo de esto, de no ocurrir estos hechos ¿cuántas décadas más de mentiras y engaños hubiéramos pasado? ¿No es mejor conocer al enemigo enmascarado y sonriente mientras te apuñala por la espalda? ¿Seguirán los pueblos creyendo en el nacionalismo e islamismo de esos reyes? ¿Cuántas décadas de luchas para hacer despertar a los pueblos árabes de esos gobiernos necesitaríamos?
La verdad práctica real de los hechos y la historia nos demuestra que el sionismo y el Estado fascista sionista existe gracias al apoyo de los colonialistas, el imperialismo y los reaccionarios árabes y los pueblos dormidos creyendo en las encendidas palabras de apoyo al pueblo palestino en su lucha de liberación nacional y las manifestaciones de que la línea roja lo constituía Al Quds y Al Aqsa, mientras años de trabajo subterráneo apoyando a Estados Unidos y su amo sionista y retardando con sus conspiraciones la libertad del pueblo palestino.
Hoy las monarquías luchan enconadamente por derrotar a Hesbollah en Líbano, derrocar al gobierno sirio, controlar IraK y agredir a Irán y Yemen, todo para satisfacer los intereses sionistas y norteamericanos y mostrar su lealtad y sumisión. ¿Han equivocado el enemigo? ¿O nunca el islam, ni Jerusalén ni Al Aqsa, fueron sus objetivos de importancia?
Años de engaños y máscaras son dejadas caer, los pueblos despiertan y comienzan a entender quiénes son sus gobernantes y sobre todo el pueblo palestino, que ya tiene claro por fin que sus enemigos son el imperio norteamericano y el sionismo y las monarquías feudales y que el hecho que un señor o un rey sea musulmán no significa absolutamente nada.
El pueblo palestino tiene una sola opción, acercarse al frente de resistencia, alejarse lo más posible de las monarquías feudales y cortar toda relación con Estados Unidos y los sionistas y la ANP debe entender que de nada sirven los llamados a la Liga Árabe. ¿Cuantas decenas de reuniones y declaraciones han hecho sobre la causa palestina? ¿Han cumplido alguna? La ANP por creer en Estados Unidos y los sionistas y aceptar las indicaciones de las monarquías que gentilmente les ayudaban en sus finanzas, ha retrasado la lucha del pueblo palestino décadas y ya es hora de tomar la tarea de reorganizar la resistencia y organizar al pueblo para resistir, tratar de recuperar el tiempo perdido mientras se creía en las eternas negociaciones bajo el apoyo de una Europa cómplice y sumisa del imperio y el sionismo y rodeados de monarquías apuñalándoles la espalda.
Hoy la tarea no es una sola, prepararse para resistir y liberar la patria ocupada o prepararse para desaparecer y está el pueblo palestino por décadas gobernado por una autoridad que creyó en sus hermanos musulmanes y las promesas de Europa y Estados Unidos, mensajero de las ordenes sionistas para los monarcas. Es hora de hacer una autocrítica verdadera reconocer los errores cometidos y de mirar al interior y confiar en el pueblo palestino; aquí en esta etapa ya no caben medias aguas ni esperanzas alguna en quienes les tuvieron en eternas negociaciones inconducentes y que a lo más sacaban una risa de los sionistas y una sonrisa del imperio o una mirada hacia otro lado de aquellos cómplices del engaño. No hay más que un camino, resistir apoyados por los verdaderos hermanos de los pueblos árabes y musulmanes o desaparecer y caerán en los hombros de los miembros de la ANP la culpa de los problemas y debilidades actuales o el desaparecimiento futuro si no toman el camino de resistir o se hacen a un lado y dejan actuar a otros.
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Silvia Domenech Doctora en Ciencias Económicas y profesora titular de la Universidad de La Habana
Nicola Hadwa Analista internacional chileno-palestino