Por Correo del Alba
El famoso levantador de pesas y corpulento luchador de sumo ruso, Dzhambulat Khatokhov, o “Dzhambik”, conocido por los récords Guinness desde 2003 como «el niño más fuerte del mundo», llegando a pesar en sus cuatro años 55.8 kg, lo cual lo hizo notar en el deporte del sumo y la halterofilia por su fuerza descomunal, falleció este 29 de diciembre, a sus 21 años, por causas no reveladas.
Desde muy joven mostró interés en estás prácticas, por poseer una gran fuerza que le permitía levantar pesos que son difíciles hasta para adultos. Destacó además por aparecer en programas rusos y competir en campeonatos deportivos, pero fue reconocido a gran escala por su participación en el la serie de televisión del Reino Unido «Body Shock», en el episodio «World’s Biggest Boy». Llegó a pesar un máximo de 230 kg a los 17 años.
Los médicos que lo trataron no encontraron una explicación concreta para su anormal corpulencia acelerada; el famoso doctor británico en obesidad Ian Campbell trató en 2008 a «Dzhambik», encontrando que a sus nueve años tenía los huesos del tamaño de alguien de 13, llevaba una dieta regular, y salió negativo para las pruebas de esteroides anabólicos. En el episodio de «Body Shock» se les instó a él y a su madre a un riguroso protocolo para poder perder peso para una mejor salud, pero su madre Nelya rechazó el consejo y afirmó que su hijo estaba sano y era capaz de convertirse en un luchador de sumo y deportista.
Lo apodaron “Sosruko” en honor a un guerrero «gigante gentil», gigante, feroz y protector de la mitología local en la región de Kabardino-Balkaria, donde nació y se estableció. Sus allegados lo recuerdan como una persona humilde, a quien le gustaba dar consejos motivacionales a sus admiradores: “La gente siempre está esperando las circunstancias ideales para empezar a hacer algo, ya sea estudio, negocios o formación», dijo el año pasado al compartir un autorretrato en un gimnasio.