Por Sebastián López
Estamos en tiempos de encierro, y algunos podrán pensar que recomendar este tipo de películas no sea lo más oportuno.
Ustedes saben, ese tipo de películas como The Shining de Stanley Kubrick, donde el aislamiento o el encierro causan la locura de los personajes.
¿Y si es una historia marítima?
No hay nada más abierto que el mar, tan así es que uno puede verse indefenso ante su inmensidad. A menos que hablemos de un faro, en una pequeña isla en medio de un violento mar.
¿Qué tal si a la trama le añadimos jerga de marineros, sus supersticiones y mitología clásica? Pongamos en esa mezcla un poco de Herman Melville y Carl Jung.
En este ambiente se nos presenta esta obra de Robert Eggers, escrita por Robert y Max Eggers.
La historia nos cuenta de Ephraim Winslow (Robert Pattinson), cuando llega a trabajar como farero por cuatro semanas en una pequeña isla. Su supervisor es un anciano llamado Thomas Wake (Willem Dafoe), que con su carácter irritable y poco estable pronto llega a colmar la paciencia de Ephraim. Sobre todo en cierto aspecto curioso de la actitud del viejo, que le prohíbe a Ephraim entrar a ver la linterna del faro.
Las únicas instancias de cercanía y posible amistad ocurren cuando ambos beben alcohol en grandes cantidades, debido en parte a que la cisterna está contaminada y les es imposible beber agua.
No pasará mucho hasta que Ephraim comience a alucinar y su razón se vaya pronto diluyendo en este thriller psicológico.
Un punto a destacar es la fotografía, acreedora de un premio Oscar este 2020.
Filmado en 35mm, en blanco y negro y en formato de 1.19:1, un formato cuadrado que se podía ver antiguamente ya que los televisores tenían pantallas cuadradas. Según Jarin Blaschke, el director de fotografía, eso fue porque “la idea del widescreen llegó en la década del 50 y queríamos llevar a la gente mucho más atrás que eso”.
Se usó además, un lente Baltar de 1930. El rodaje duró 34 días y estuvo colmado de dificultades debido a la remota locación, la complejidad de las secuencias y planos y por el clima. Un faro de 20 metros se construyó específicamente para el filme.
Otro punto que es remarcable son las actuaciones de Pattinson y Dafoe, quienes hablan durante toda la película en jerga de marineros, usando arcaísmos y un acento tan lleno de actitud, que es como oír a Shakespeare borracho.
Y notable es la relación que estos personajes entablan. Tan al borde de asesinarse entre ellos, como (sobre todo cuando se sumergen en el alcohol en un ritual casi diario) tan cercanos como para que Winslow confiese sus faltas a Wake, y busque de algún modo la aprobación del mayor.
La película puede ser clasificada como un thriller psicológico y es visiblemente tangible, al darnos cuenta mientras progresa, que las tomas se vuelven más hipnóticas y surreales.
Tengan en cuenta al ver esta cinta el mito de Prometeo y una mirada de mitos griegos y del imaginario de los marineros. En verdad, una nueva joya del cine y un clásico instantáneo.
Ficha técnica
Director: Robert Eggers
Producción: Rodrigo Teixeira, Jay Van Hoy, Robert Eggers, Lourenço Sant’ Anna, Youree Henley
Guion: Robert Eggers, Max Eggers
Fotografía: Jarin Blaschke
Música: Mark Korven
Género: Thriller
Duración: 110 minutos
Año de estreno: 2019
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Sebastián López Cineasta
VIDEO Honeyland – Tráiler