Por Yoselina Guevara López
Las declaraciones del presidente ruso Vladimir Putin del pasado martes 2 de junio, con motivo de la aprobación de los fundamentos de la política estatal en materia de disuasión nuclear, han sido categóricas: “Rusia lanzará represalias nucleares ante cualquier ataque contra su territorio y el de sus aliados”. Asimismo, el Jefe del Estado Mayor del Ejército Ruso, general Serguéi Rudskoi, criticó la presencia militar estadounidense en el Mediterráneo oriental, calificándola de irrespetar los acuerdos bilaterales sobre Siria.
A pesar de las advertencias del Kremlin, la Casa Blanca y sus aliados han continuado efectuando sus operaciones de reconocimiento cerca de las fronteras rusas del Mar Negro, Kaliningrado y las bases rusas en Siria. Por otra parte, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) prosigue con la intensificación de sus ejercicios militares ante un posible enfrentamiento con la Federación Rusa. Es un hecho palpable que la Alianza moderniza su estación de radar ubicada en Noruega con el propósito de reforzar su capacidad de vigilancia sobre Rusia.
Un mar de desencuentros
Son ampliamente conocidas las mejoras que ha llevado a cabo Rusia en cuanto armamento de alto calibre militar, específicamente en lo concerniente a destructores y misiles antiaéreos, cuyas bases están emplazadas en el Mar Negro, lo que refleja el objetivo estratégico intrínseco del país por ejercer el control total de esta zona, dada la ubicación entre Europa oriental y Asia occidental. Sin embargo, estas aspiraciones son frenadas por al menos cinco de los países ribereños de dicho Mar: Turquía, Bulgaria y Rumania, miembros de la OTAN, conjuntamente con Ucrania y Georgia, socios y aspirantes a miembros del organismo.
Elecciones en Rusia
La advertencia nuclear emitida por Putin serviría además para demostrar su determinación y fuerza ante la opinión pública nacional de cara al cuasi referéndum que se celebrará del 1 de julio, en el que busca aprobarse una nueva versión de la Constitución.
El proceso electoral iniciará oficialmente el 25 de junio, un día después del gran desfile militar por el 75º Aniversario de la Victoria Soviética sobre los Nazis, aplazado del tradicional 9 de mayo debido al coronavirus. El Kremlin espera que esto fomente un sentimiento nacionalista entre los votantes. De aprobarse el referéndum, Putin puede permanecer a la cabeza del país hasta el 2036. Esto de antemano parece ya estar garantizado de acuerdo a encuestas internas, ya que para la ciudadanía importa poco el hecho de que la reforma permita la extensión del mandato presidencial en tanto las enmiendas que consideran pertinentes, y por lo tanto que deben ser votadas, son las que garantizan un salario mínimo, las pensiones y el derecho a la atención sanitaria.
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Yoselina Guevara López Corresponsal en Italia