Por Ariana Campero Nava
Un escándalo más surge en Bolivia, la compra de los respiradores “RESPIRA” a la empresa GPAInnova, lastimando otra vez las ansias que tiene el pueblo de salir de esta mal planificada cuarentena.
El miércoles 1 de abril, en su cuenta Twitter, Jeanine Áñez publicó un video del Sr. Mostajo informando al país que el Gobierno estaba comprando 500 respiradores para afrontar la emergencia sanitaria por el Covid-19. Ella y su gabinete se dedicaron a prometer y a delegar su gestión al futuro; a mes y medio de su mediática promesa llegaron con pompas y sonajas los “primeros 170 respiradores”, nada más y nada menos que en un vuelo de Boliviana de Aviación (BOA), directo al Aeropuerto Internacional Viru Viru, en Santa Cruz.
En la página de la empresa, podemos verificar que el momento en que se autoriza la compra de los equipos RESPIRA por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), es posterior al anuncio del Sr. Mostajo, situación que debe ser investigada por Contraloría y la Fiscalía.
El Covid-19 es una enfermedad que desarrolla varias formas graves, de ellas la más frecuente es el Síndrome de Distress Respiratorio, que requiere ventilación mecánica artificial en Unidad de Terapia Intensiva (UTI). El mencionado ventilador debe tener la cualidad de medir y controlar una serie de parámetros o variables, lo que resulta imprescindible para proteger al pulmón durante la intervención; mínimos cambios de presión, flujo, entre otros, pueden causar una lesión inducida por la máquina. Un principio elemental en el actuar médico es “primero no hacer daño”, y los equipos RESPIRA, según la empresa, solo “automatiza los dispositivos de resucitación manual (BVM o AMBU)” o, mejor dicho, es un AMBU automático. Aclaro que un AMBU es un dispositivo utilizado para la emergencia, pero no es útil para el sostén ventilatorio de un paciente en UTI.
«Un ventilador convencional para UTI se cotiza en alrededor de 15 mil dólares, pero Áñez compró un AMBU automático casi al doble de precio»
Tengo muchas incógnitas alrededor de esta compra. Si los equipos RESPIRA son de nueva creación y autorizados por la Aemps: ¿están autorizado por nuestra Agencia de Regulación (Agemed)? Puedo pecar de burócrata, sin embargo, estos procedimientos son necesarios a fin de verificar la calidad y seguridad de los equipo, única forma de preservar la salud de las bolivianas y bolivianos.
Como nunca, la Asamblea Legislativa debe demostrar la importancia de su existencia como ente fiscalizador del Ejecutivo, ya que el Ministerio de Salud afirmó que el precio unitario es de 29 mil dólares, razón suficiente para que las asambleístas hagan un «Pedido de Informe Escrito» sobre las cotizaciones nacionales e internacionales, el contrato, la cantidad, precio total, términos de referencia técnica y, en caso de encontrar irregularidades, remitir a la Fiscalía. Un ventilador convencional para UTI se cotiza en alrededor de 15 mil dólares, pero Áñez compró un AMBU automático casi al doble de precio. La declaración de emergencia no justifica la corrupción.
Solo se quejan del sistema de salud que heredaron, pero después alaban los hospitales que construyó el Movimiento Al Socialismo (MAS). Hacen inspecciones al nuevo color verde del Hospital de Tercer Nivel en Montero, que no termina de abrir sus puertas a los enfermos con Covid-19. Está listo el Hospital de Tercer Nivel Alto Sur y el de Segundo Nivel en Llallagua espera ser equipado. Circulan emotivos videos de aplausos en el Hospital de Segundo Nivel Salomon Klein de Sacaba, que nos muestran el momento de alta médica a pacientes que vencieron la enfermedad. Mencioné solo algunos ejemplos.
Termino recordando el paro nacional de salud de 2017, convocado por el exministro de Salud de Áñez, el Dr. Aníbal Cruz, quien como presidente del Colegio Médico de Bolivia se oponía a la autoridad que fiscalizara y estableciera aranceles a las clínicas privadas. El actual ministro Navajas, de comentarios catastróficos, al igual que aquel, es dueño de una clínica privada.
La salud pública está en manos de empresarios de la salud, por eso, mientras la derecha gobierne, Bolivia no respirará.
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Ariana Campero Nava Exministra de Salud