Por Silvio Rodríguez
No sé si le habrá dolido
el tiro que lo mató,
pero sé que su asesino
matándolo se murió.
No sé dónde lo pusieron
a dormir el desamor.
Hoy debo mirar al cielo
si quiero darle una flor.
Aída, Juanjo y Jorgito,
de cinco quedaron tres.
¿Dónde están Roque y Roquito?
¿Cuándo comienza después?
Roque Dalton fue mi amigo.
Él era un poco mayor
y ahora me resulta un hijo
necesitado de amor.
No es venganza lo que quiero,
sino dejar una flor
donde escondieron los huesos
de un héroe de El Salvador.
__________________________________________________________________
Silvio Rodríguez Trovador
Tomado del blog Segunda Cita, 13 de mayo de 2010.
Cartel de entrada La rosa y la espina, para el Primer Encuentro de la Canción Protesta, agosto, 1967, Casa de las Américas, Cuba, por Alfredo Rostgaard.