Por Jorge Sanjinés
Una tarde que sea como un espejo sin fondo
como una mirada íngrima
para exultar el dolor
Una tarde que no podría anunciar
la alborada.
Una historia triste
como toda historia de lo que perece…
Una canción para uncir el olvido
mientras sofocamos el presentimiento
y olfateamos ese polvo de arco iris
la última tarde del planeta…
Nadie estará presente
nadie contemplará el ocaso
y
tal vez,
en medio del horror
de la partida,
el canto de los pájaros
nos rescate del abismo.
Yo no quiero todos los silencios
con ese me basta.
Los que han muerto
sin entender la matemática
de la rosa,
los que no fueron enfervorizados
por el vuelo de las golondrinas
estarán ausentes…
En la soledad del viento
busco una sonrisa
la última tarde del planeta…
y no deseo conocer otra ausencia…
Por eso invoco el canto
de los pájaros…………………………esa última tarde…
cuando suban los ÿatiris
“a las nevadas apachetas”………..para despedir a sus dioses.
(1991)
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Jorge Sanjinés Cineasta