Por La Correo
Víctor Jara nació en el sur de Chile y era hijo de campesinos. Después de migrar a la capital, con su madre, logró estudiar dramaturgia en la Universidad de Chile y, por talento natural, incursionar en el canto, conociendo a Violeta Parra, hasta convertirse en uno de los fundadores de la Nueva Canción Chilena.
Afiliado al Partido Comunista de Chile, trabajó para la campaña electoral de Salvador Allende en 1970 y fue una destacada figura del arte durante el gobierno de la Unidad Popular (UP).
Apresado la mañana del 11 de septiembre de 1973, cinco días después fue asesinado por los militares a cargo del centro de reclusión Estadio Chile, hoy Estadio Víctor Jara.
Su legado ha quedado plasmado en el teatro chileno y en más de un centenar de composiciones musicales propias.
1 – Te recuerdo Amanda
Compuesta en 1968, fue publicada en el cuarto álbum del autor Pongo en tus manos abiertas (1969).
En palabras del propio Jara: «Es una canción que compuse en Londres. Ya tenía algo en mi cabeza. Es la historia de una pareja joven de obreros que conocí. Me hice amigo de ellos, supe de sus problemas y sentí cuando se separaron. En el hotel donde vivía en la capital inglesa, acompañado de mi guitarra, di forma a la canción”. Igualmente, los personajes principales (Amanda y Manuel) adoptan los nombres de los padres del artista.
2 – Plegaria a un labrador
Compuesta en 1969 para ser presentada en el Primer Festival de la Nueva Canción Chilena, organizado por la Universidad Católica, fue acreedora del primer lugar de la competencia, siendo publicada en el sexto álbum del autor El derecho de vivir en paz (1971).
Joan Jara, viuda del cantautor, en torno a esta canción ha dicho: «Nuestra vida había llegado a un momento decisivo y aunque nos queríamos tanto como siempre, formábamos irrevocablemente parte de un proceso más amplio que nosotros mismos, de una gran multitud que trabajaba por una causa común. La inspiración de la Plegaria a un labrador correspondía a esa época de optimismo y compromiso». Posee una estructura que busca enlazar el canto social de la época con el Padre Nuestro cristiano.
3 – El derecho de vivir en paz
Compuesta en 1970, da nombre al sexto álbum del autor El derecho de vivir en paz (1971).
Dedicada al histórico líder del comunismo vietnamita Ho Chi Minh, se propone hacer un llamado a la paz mundial. En un concierto en Lima, Víctor Jara comentó: «Dedicada a un bandido, que incluso pasó 40 días y 40 noches enterrado hasta la cintura, en el agua, en un túnel subterráneo, para que no lo pillaran. Logró salvar con vida, porque era un bandido que atraía mucho a los demás, y posteriormente ya en la superficie, bajo el sol asiático, oriental, luminoso y brumoso de Vietnam, Ho Chi Minh logró la unidad de su país y conquistar una patria libre. A ese bandido, a Ho Chi Minh, a la libertad de Vietnam, por fin alcanzada, esta canción». Las guitarras eléctricas de fondo son tocadas por la banda de rock Los Blops.
4 – Luchín
Compuesta en 1972, fue publicada en el séptimo álbum del autor La población (1972).
Está dedicada a Luis Iribarren Arrieta, un bebé que con menos de un año fue encontrado por Víctor Jara, su esposa Joan y su amiga María Eugenia Arrieta, en medio de un barrial, tras un desborde del río Mapocho, en Santiago de Chile, en el invierno de 1970. Junto a otros profesores y estudiantes, Jara trabajó en la ayuda de los damnificados, centrando su atención en Luchín, a quién adoptó como un hijo y le costeó los tratamientos médicos de recuperación. En un concierto en Lima, el cantautor explicó: «Era un cabrito chiquitito, era un bandidito. Imagínese, así con la cara sucia y embarradito, que juega con su pelotita de trapo, juega con los perros que andan siempre alrededor de él, y una caballo también. Porque el papá trabaja con una carretela, y el caballo, claro, lo deja en la casa, como no hay mucho espacio. De pronto el caballo está mirando al Luchín que juega entre las patas de él. Este es un bandidito chico, pero a lo mejor este bandidito en unos veinte años más, o en unos quince años más, va a ser capaz de dirigir una fábrica en mi país”.
5 – Deja la vida volar
Compuesta en 1962, fue publicada en el primer álbum del autor Víctor Jara (1966).
Es una de sus primeras composiciones y ha sido interpretada por decenas de artistas de América Latina y otros continentes. En la versión del disco se acompaña del recién creado grupo Quilapayún, del cual Jara fue su director artístico.
6 – Manifiesto
Compuesta en 1973, fue publicada de manera póstuma en el álbum Tiempos que cambian (1974).
Esta canción, junto a otras, se hallaba en fase de grabación para un nuevo disco, interrumpido al momento del golpe militar del 11 de septiembre de 1973. Para muchos representa su testamento político y a la vez una especie de arte poética.