Por Rudy López*
La primera vez que oí hablar de Andrés Manuel López Obrador (AMLO, como es popularmente conocido ahora) fue en el 2006, en su primera candidatura presidencial con el apoyo de su ex tolda, el Partido de la Revolución Democrática (PRD). Aquella campaña estuvo marcada por una ofensiva mediática y política en su contra, que iba desde acusaciones de aumentar la deuda del Distrito Federal durante su jefatura, hasta igualarlo con el entonces presidente Hugo Chávez.
La situación no ha variado mucho en los últimos 12 años, a través de los medios de comunicación se ha intentado hundir su candidatura AMLO, aunque sin resultados. Por el contrario, se ha posicionado como el candidato favorito en las encuestas, superando ampliamente a los candidatos del Partido Acción Nacional (PAN), Ricardo Anaya, y del Partido Revolucionario Institucionalista (PRI), Jorge Meade. Al cierre de esta columna, horas antes de los comicios, les lleva una ventaja de 20 puntos porcentuales, cifra a destacar no sólo en México sino en toda Latinoamérica. Por primera vez el país azteca podría dar un giro en su historia política, conformándose un nuevo clivaje que destrone a los partidos tradicionales enquistados en el sistema político e institucional.
Desde hace décadas México se encuentra atrapada entre la corrupción, la violencia y la desigualdad, problemáticas que las anteriores administraciones no han logrado solucionar.
Las propuestas del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), coalición que acompaña a AMLO, están centradas sobre todo en sacar al Estado del sumidero de corrupción en el que se encuentra. Pero además proponen fuertes medidas de inversión social para solucionar los problemas de acceso a la salud, educación y pensiones. Esto último cobra relevancia en su programa puesto que lo liga con el tema de la seguridad, argumentando que la violencia en México es causa de la alta desigualdad y precariedad en que vive la población.
No sería posible explicar en profundidad el Programa de AMLO y Morena o la situación de la campaña a pocas horas de la elección, aunque si podemos destacar el radical cambio que se espera realice en un eventual gobierno. Ciertamente, desde hace décadas México se encuentra atrapada entre la corrupción, la violencia y la desigualdad, problemáticas que las anteriores administraciones no han logrado solucionar y que de hecho vieron empinarse las estadísticas en los tres campos. Esos son los hechos que dan a la candidatura de López Obrador un amplio respaldo, urgido de soluciones inmediatas.
*Analista internacional