Por Nicolás Melendres
Este mes, cuando se avecinan con fervor y algarabía las “fiestas julianas”, se mezclan sentimientos al momento de rememorar los hechos del 16 de julio de 1809: el espíritu revolucionario del “chukuta pico verde”.
La Paz ha sido siempre, al menos después de la guerra federal, el centro cosmopolita de Bolivia; en que el poder político y económico de nacional se concentró en la Plaza Murillo y la Avenida Camacho, el Wall Street boliviano.
Pero bueno, éste no será otro artículo histórico-político de esta maravillosa y conflictiva ciudad. Más bien nos abocaremos a hablar de su irradiación cultural y festiva, sus calles, sus historias no contadas, sus secretos, sus lugares históricos, sus pasadizos, sus atajos, sus boliches, sus bebidas, su cotidianidad y sus biografías.
Antes de comenzar con nuestro recorrido, bien vale explicar el concepto “chukuta pico verde”. Chukuta se refiere a la derivación y pertenencia al Chuquiago Marka –nombre aymara por el que se reconoce al territorio paceño–, y pico verde debido a que los habitantes de La Paz en la colina mascaban coca, lo cual dejaba el verdor en sus bocas y dientes.
La calle Jaén
En la calle Jaén se pueden encontrar bares, peñas o pubs con una estética colonial, tales como el Etno Café, donde encontrarán bebidas peculiares como el ajenjo; o la peña del Pepe Murillo, quien cantaba junto al Compadre Palenque, personaje mediático local, que incursionó en la escena musical y cuya última faceta fue la política, en la cual contó con mucha popularidad. En esta calle también se puede aprovechar de visitar a la famosa actriz de teatro popular, Rosa Ríos Valdivia, quien tiene una tienda y es muy amable con los visitantes que la reconocen.
La calle tiene historias de terror que gozan de una estrecha relación con la época colonial en la que fue construida; es por eso que al final de la misma se encuentra una cruz verde para espantar a los espíritus.
La calle Jaén se encuentra en el casco viejo de la La Paz. Está ubicada atrás del Teatro Municipal, conectando la Avenida Sucre y calle Indaburu.
El casco viejo y la Basílica de San Francisco
Abundan los cafés de estilo colonial en el casco viejo. También los hay en Galería La República, al frente de la Basílica de San Francisco, donde descubrirán el Museo de esta iglesia construida a partir del siglo XVI. En las zonas aledañas está el Museo de la Coca y el café Angelo Colonial.
El casco viejo debe su nombre a su estética fuertemente colonial y es transitado mayormente por turistas. Aquí podemos encontrar artesanías, souvenirs, teatro popular callejero y vestimentas tradicionales. De la misma manera hay una buena oferta de restaurantes. Un ejemplo es Popular Cocina Boliviana, donde se degustan platos tradicionales, preparados al mejor estilo gourmet. Se dice que los cocineros de este lugar se independizaron de uno de los gourmets más caros de La Paz y crearon su propia cocina a un precio accesible. Se encuentra entre las calles Murillo y Santa Cruz, detrás de la Basílica.
Miradores de La Paz
Para disfrutar de un bello paisaje de la ciudad, te recomendamos dos lugares claves. En primer lugar, el mirador Killi Killi, ubicado en la intersección de Avenida Heroínas con 16 de Julio, zona Villa Pabón. Acá tendrás una vista del Estadio Hernando Siles, la zona de Miraflores, el centro de la urbe y la ciudad de El Alto. Para llegar puedes tomar el colectivo P, que pasa por el Obelisco de la ciudad.
Además está El Montículo, paseo y plazuela de la Iglesia El Montículo, emplazada en la zona de Sopocachi. Éste ofrece otra mirada de la ciudad, orientada hacia su centro, coronada por el majestuoso y eterno Illimani.
La magia de Sopocachi
Sopocachi es un barrio particularmente histórico e importante para La Paz. Quizás en un principio fue uno de los sectores más privilegiados por las élites paceñas del siglo XIX, cuestión que cambiaría a partir de la segunda mitad del siglo XX. Sin embargo, este peculiar lugar es considerado por muchos como el centro de la intelectualidad de la clase media y media-alta paceñas. Está formada por edificios modernos y casas de estilo inglés, exhibiendo una especie de simbiosis entre lo pasado y lo moderno, entre la influencia británica del siglo antepasado y la modernidad globalizante de los ‘90.
En Sopocachi puede saborear desde los más deliciosos anticuchos callejeros de la Avenida 20 de Octubre esquina Aspiazu, hasta las hamburguesas más famosas de la ciudad, que se pueden encontrar en la Avenida 6 de Agosto, entre Rosendo Gutiérrez y Aspiazu. Cabe recordar que los anticuchos son a base de corazón de carne de res, freída en un parrillero.
Al mismo tiempo, es este uno de los barrios más “bolicheros” de la capital, donde se disfruta de presentaciones en vivo de bandas de rock en lugares como el Equinoccio, o el bailar gratuitamente con tus amigos a discotecas como Malegría.
También encontrarás bares y pubs para comer, beber y conversar con buena música en lugares como el Mecanical Wood, Magik y Epicentro. Por esta zona está el Teleférico amarillo.
En la Cinemateca, situada a una cuadra de la Plaza Bolivia, entre las calles Óscar Soria y Capitán Ravelo, conseguirás encontrar todo el archivo cinematográfico del país, desde el origen del cine en Bolivia hasta las producciones más recientes.
Jergas paceñas
Los paceños tenemos un modo, o mejor dicho, modos muy peculiares de hablar y comunicarnos. Esa fusión del aymara con el español ha creado un acento y rítmica única en el dialecto del paceño.
Así, con el transcurrir de los años ha recibido la influencia de diversos países, sin embargo, la resistencia colla de nuestro acento y la creatividad del sentido común popular, han logrado establecer conceptos que responden a la integración de culturas y lenguas.
El paceño no te pregunta “¿cómo estás?”, sino que te dice “¡cómo es!”. No es seco con las palabras, pues te habla con diminutivos para demostrarte su cariño, timidez y enojo al mismo tiempo. Y es que no dice “ahora”, sino “aurita”. Tampoco “de inmediato”, sino “auritita”.
“Caserito, caserita”. Es la forma cariñosa en la que se dirigen entre compradores y vendedores. El mercadeo en La Paz no es sólo un ejercicio de circulación de mercancías, sino de una mística de relaciones sociales. Así que dile a tu vendedora o vendedor, con cariño “caserita/caserito”.
Música y literatura paceña
Loukass, Lapsus, Octavia, Atajo y el Grillo Villegas, creo que son las bandas más reconocidas e icónicas que todo paceño que haya escuchado rock nacional identifica como pilares de la escena musical local.
Igualmente Wara, el Papirri y Ernesto Cavour, podríamos catalogarlos como tres exponentes cardinales de la escena del folclore paceño.
Entre las canciones inolvidables que debes conocer están Tango Illimani, de Néstor Portocarrero; Collita, de Wara; y Metafísica popular de El Papirri.
Por otra parte, Jaime Sáenz, Víctor Hugo Viscarra y Juan Pablo Piñeiro, tal vez sean los tres literatos imprescindibles a la hora de entender la psiquis paceña, escondida detrás del retrato de cada calle y persona de esta ciudad.
¿Qué come un paceño?
De desayuno, un café con marraqueta y queso criollo. A media mañana, la tradicional salteña o tucumana. A mediodía, el almuerzo contiene una entrada –por lo general ensalada–, posteriormente una sopa, después su segundo o plato principal y, por último, el postre. Luego viene el té, en la tarde, a partir de las 17:00 horas.
Finalmente ocurre la cena, que ya es a elección de cada quién. ¡Sí, comemos mucho! Entre los distintos platos tradicionales sobresale el Plato paceño, el Picante mixto y el Chairo.
16 de julio: la Verbena y el Vhukuta
Algo que debes tomar en cuenta, es que el 16 de julio los paceños tomamos las calles para desfilar. Posteriormente a los desfiles cívicos, La Paz vive dos fiestas de magnitudes muy importantes: la Verbena y el Chukuta Fest.
La Verbena, organizada por la Municipalidad, usualmente acontece en la Plaza San Francisco, donde se presentan grupos musicales. En las calles podrás topar anticuchos y sucumbés, una bebida alcohólica preparada con singani caliente, que se suele tomar en la noche del 16 de julio. Ten cuidado con los excesos en estas fiestas.
Por otro lado, está el Chukuta Fest, creado por la empresa de transportes Mi Teleférico, otra de las fiestas de esta fecha. Desde la mañana hasta la noche, niños, adolescentes, jóvenes y adultos pueden disfrutar de los diferentes escenarios de baile, música, concursos y deportes.