La OEA y EEUU se unen para condenar a Venezuela

-

spot_img

Por Edwin Catacora

Un sondeo de opinión aleatorio realizado en Madrid (mayo de 2018) por un youtuber, reveló que los españoles conocían más sobre Venezuela que lo que sabían respecto de sus países vecinos. Por ejemplo, sabían que Nicolás Maduro era el presidente de Venezuela, pero no tenían idea de cómo se llamaba el primer mandatario de Francia o Portugal. Esta realidad es producto de la guerra mediática desplegada por los grandes conglomerados informativos en contra de la Revolución bolivariana.

Crearon en la mente de las personas la existencia de una “feroz dictadura” que ocasionó una “crisis humanitaria”, la cual debe ser intervenida en lo inmediato. Bajo estas condiciones, Estados Unidos desplegó una guerra diplomática para desestabilizar y cercar internacionalmente a Venezuela. La OEA ha sido una de las protagonistas de la intervención, intentando aplicar inútilmente la Carta Democrática Interamericana y expulsar a la nación caribeña del organismo. Su último motivo fue el rechazo al desarrollo de las elecciones presidenciales del 20 de mayo.

Agresión y sanciones

Con la llegada al poder de Hugo Chávez (1998), Venezuela se encuentra en la mira de los EE.UU. por no responder a sus intereses hegemónicos y por poseer los recursos naturales más grandes del mundo (petróleo, gas, oro, agua, entre otros.), motivo esencial que ha servido para declararla “enemigo hemisférico”. Está demostrado que el imperialismo nunca podrá convivir con un modelo de desarrollo diferente al suyo, mucho menos con el de un país que impulsa un mundo pluripolar y multicéntrico.

Desde el año 2000, Washington definió para Caracas una política de “cambio de régimen”, apoyando el golpe de Estado de abril de 2002. A partir de 2013, año de la partida física del comandante Hugo Chávez y la elección como presidente de Nicolás Maduro, vendría el punto de aceleración de la agresión y el cerco a Venezuela.

Entre 2017 y 2018 la agresión se acrecentó. Trump emitió un paquete de sanciones económicas, con el fin de asfixiar y destruir la economía venezolana.

Las guarimbas serían cada vez más violentas, llevándose encima decenas de vidas humanas. El discurso imperial dijo que el causante es el “régimen de Maduro”, por lo que Barack Obama emite en 2015 un decreto que declara a Venezuela una “amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional y la política exterior de los EE.UU.”, que posteriormente es ratificado por Donald Trump. Con la orden ejecutiva, la Casa Blanca legalizó lo que hasta entonces era una política no oficial, que se ejecutaba mediante operaciones financieras, políticas, mediáticas, paramilitares y diplomáticas encubiertas, como lo han demostrado las filtraciones de Wikileaks y documentos desclasificados de EE.UU.

Entre 2017 y 2018 la agresión se acrecentó. Trump emitió un paquete de sanciones económicas, con el fin de asfixiar y destruir la economía venezolana. Se trata de un ataque que incluye un bloqueo financiero y comercial, una guerra económica que apunta agudizar el desabastecimiento, una hiperinflación inducida, un dólar paralelo manejado desde Miami que fluctúa sin ninguna relación con la oferta y la demanda, entre muchas otras acciones.

La constante instrumentalización de la OEA

La 48 Asamblea General de la OEA, desarrollada el 4 y 5 de junio del presente año, intentó expulsar a Venezuela de este organismo internacional, tal como hizo con Cuba hace 56 años. Pero gracias a países dignos de la región, no alcanzó los votos necesarios. Todos los miembros de la OEA tenían conocimiento de que Venezuela había iniciado su salida de este organismo en abril de 2017, cuyo proceso administrativo concluiría en abril de 2019. Con esto, el mensaje enviado por los enemigos de Maduro era que “no aceptaban que se fuera, sino que la echaban por insubordinada”.

Hay que decirlo por su nombre: el principal derrotado fue la administración Trump, quien fracasó pese a la intensa presión que ejerció sobre los gobiernos de América Latina y el Caribe. El esperado debut en la OEA de su secretario de Estado, Mike Pompeo, fue decepcionante y constituyó una derrota que demostró al imperio que no pudo ni podrá doblegar a un pueblo soberano que hace 20 años eligió en las urnas ser dueño de su destino.

La instrumentalización de la OEA por parte de los EE.UU. no es reciente. Este organismo ha sido creado para legitimar sus acciones en América Latina y el Caribe.

Para suspender a un Estado miembro se deben alcanzar dos tercios de apoyo (24). Sólo contaron con 19 votos a favor, cuatro países votaron en contra –entre ellos Bolivia– y 11 se abstuvieron. No hubo el consenso anunciado días antes. Cabe recordar que el texto promovido por Pompeo fue presentado por el Grupo de Lima, integrado por Argentina, Brasil, Canadá, Chile, México, Perú, Costa Rica, Guatemala y Paraguay, en cuyas líneas se desconocían las elecciones presidenciales del 20 de mayo, so pretexto de una alteración del orden constitucional venezolano y falta de garantías democráticas.

La instrumentalización de la OEA por parte de los EE.UU. no es reciente. Este organismo ha sido creado para legitimar sus acciones en América Latina y el Caribe. El legendario canciller cubano Raúl Roa no estuvo equivocado al calificarla como el “Ministerio de las Colonias de los Estados Unidos”. Sólo algunos ejemplos: la OEA avaló la intervención militar estadounidense en República Dominicana (1965); asumió una posición tibia en la invasión a Panamá (1989); ejerció un silencio cómplice con respecto a los golpes de Estado en contra de Chávez en Venezuela (2002), Zelaya en Honduras (2009), Lugo en Paraguay (2012) y Dilma Rousseff en Brasil (2016).

El vano intento de echar a Venezuela de la OEA está precedido por constantes agresiones. Su secretario general, Luis Almagro, ha sido el peón que ha cumplido a cabalidad los designios establecidos por Pompeo. Según el canciller venezolano, Jorge Arreaza, este personaje intentó aplicar infructuosamente sanciones en 32 oportunidades. En enero de 2016 se embarcó en una gira internacional buscando apoyo para condenar al presidente venezolano. Al año siguiente, sus gestiones se enfocaron en concretar la aplicación de la Carta Democrática. Este 2018 presentó un nuevo informe en el que se acusa a Maduro de asesinatos selectivos, pretendiendo concluir que hay evidencias suficientes para llevarlo al Tribunal Penal Internacional.

Subordinación del Grupo de Lima

El Grupo de Lima no es un grupo de integración de los pueblos, sino un instrumento injerencista. Bajo lineamientos establecidos por EE.UU., utilizan alegremente los términos: “respeto a la democracia” y “ayuda humanitaria”. No dicen nada sobre las sanciones unilaterales impuestas por la Casa Blanca en contra de la Revolución bolivariana. Lo que une a este grupo es su posicionamiento político, responden a una línea conservadora de derecha.

Trump no reconoció las elecciones en Venezuela por considerarlas fraudulentas e ilegítimas y no presentó ni una sola prueba del supuesto fraude. Este mismo posicionamiento fue asumido por el Grupo de Lima, cuestionando la baja participación electoral. Maduro ganó por un amplio margen, al conseguir casi el 68% de los votos válidamente emitidos (6.2 millones). La participación electoral alcanzó el 46%. En las elecciones presidenciales más recientes en Chile y Colombia, la participación fue del 49% y 48% respectivamente, y nadie planteó cuestionar su legitimidad. En la elección de Honduras existieron variadas evidencias de fraude, pero con el respaldo de los EE.UU., Juan Orlando Hernández resultó electo.

¿Qué se viene ahora?

Lo que se viene para Venezuela es un mayor asedio internacional, ofensiva mediática y asfixia económica. Así lo dejaron en claro las últimas sanciones anunciadas por Trump horas después de las elecciones. A ello se suma el Plan Masterstroke, que insta a “alentar la insatisfacción popular incrementando la escasez y el alza en el precio de los alimentos, medicinas y otros bienes, con la intención de provocar la deserción de los ciudadanos por todas las fronteras”. La amenaza de la intervención extranjera sigue latente. El propio Donald Trump declaró tener abiertas “todas las opciones” contra Venezuela, incluidas un embargo petrolero y una eventual intervención militar.

La victoria del 20 de mayo demostró la fortaleza del chavismo. Se corroboró que hay un núcleo duro chavista que se mantiene firme incluso en las complicadas condiciones de vida. El Gobierno bolivariano tiene el reto fundamental de contrarrestar y enfrentar las nuevas situaciones. Como lo describiera Atilio Boron: “tiene que actuar sin más dilaciones en dos frentes: el político, para resistir una nueva e inminente arremetida del imperio, que puede llegar a ser violenta, y que para desbaratarla será necesario profundizar la organización y concientización del campo popular. Y el frente económico, para resolver los problemas del desabastecimiento, la carestía, el circulante y la inflación”.

spot_img

Voces en Lucha

spot_img

Últimas noticias

 Ella entró por la ventana del baño

Ella entró por la ventana del baño es la sexta y última entrega de la saga protagonizada por el...

Argentina: relatos salvajes

Todos los miércoles un grupo de jubilados se reúne a las 5 de la tarde frente al Congreso Nacional...

Bolivia inaugura la primera tienda física y cajeros para criptomonedas en Santa Cruz

Santa Cruz marca un hito en el ecosistema financiero boliviano al inaugurar la primera tienda física y red de...

 Almagro, injerencia y agresión en la OEA

Este 10 de marzo culminó una de las gestiones más nefastas que ha tenido la Organización de Estados Americanos...
- Publicidad -spot_imgspot_img

ENTREVISTA │ Abel Prieto: Che, Fidel y el colonialismo

Entrevista completa al escritor e intelectual cubano Abel Prieto, Presidente de Casa de las Américas, diputado de la Asamblea...

El litio y el riesgo de quedarnos rezagados

El litio es denominado por muchos el "oro blanco" dentro de la transición energética global, ya que es una...

Recomendados

MÚSICA │ Xavier Valverde: la magia del «antifolkrock» llega a La Paz

En abril de 2016, Xavier Valverde presentó el poemario...

 Almagro, injerencia y agresión en la OEA

Este 10 de marzo culminó una de las gestiones...

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí