Por Esteban Diotallevi
El presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, fue reelecto para un nuevo mandato para el periodo 2019-2025 con el 68% de los votos. Ese es único dato objetivo frente a las pretensiones del Gobierno de los EE.UU. y sus aliados de difamar las elecciones del país caribeño.
Para entender la realidad de Venezuela hay que diferenciar lo que es la política exterior estadounidense, frente a las realidades que viven los pueblos de toda Latinoamérica y el mundo.
Mientras los gobiernos súbditos de la Casa Blanca fustigan con vehemencia las elecciones venezolanas y los medios de comunicación replican estas declaraciones, al mismo tiempo ocultan las miserias de sus políticas internas y la situación social de sus propios Estados.
Sin ir más lejos, el mes de mayo cerró con una noticia que sorprendió al mundo, Mariano Rajoy fue destituido. Paradójicamente, durante su mandato, el Gobierno de España fue uno de los más fuertes detractores de Nicolás Maduro y la administración chavista del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
Sin embargo, es el mismo Rajoy quien cae y es destituido por su responsabilidad en uno de los escándalos por casos de corrupción más relevantes de los últimos años en la nación ibérica, conocido como la trama Gürtel.
Con el ex presidente del Perú, Pedro Pablo Kuczynski (PPK), pasó algo similar. Mientras preparaba un mega ataque contra Maduro en el marco de la VIII Cumbre de las Américas, realizada en Lima entre el 13 y 14 de abril, tuvo que presentar su renuncia a fines de marzo a causa de una serie de escándalos de corrupción vinculados con la empresa brasileña Odebrecht.
El gobierno del dictador brasileño, Michel Temer, también se ha dedicado a difamar y atacar al presidente venezolano, mientras la situación política y social de Brasil se agrava cada vez más y un paro de camioneros y transportistas deja paralizado el país y afecta a otros sectores de la industria, como la automotriz, fundamental para el gigante sudamericano.
El gobierno de Mauricio Macri en la Argentina está más o menos en la misma situación que el de Temer. El presidente argentino es la punta de lanza de las críticas hacia Caracas en la región, sin embargo, los grandiosos conflictos gremiales y sociales se agravan por los tarifazos, la inflación, el aumento del desempleo y la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores.
El narcotráfico en Colombia y México, junto a la persecución, desapariciones y asesinatos de líderes políticos y sociales y la corrupción imperante de sus gobiernos, provocan resistencias en esos pueblos, ya demasiado difíciles de ocultar. A pesar de esto, atacan continuamente al Gobierno venezolano, como si con esas mentiras pudieran tapar sus propias miserias.
Por cierto, la frase con la que se titula este artículo, «la única verdad es la realidad», fue dicha por el tres veces presidente de la Argentina, Juan Domingo Perón, quien la utilizó para referirse a la profunda realidad social de sus país, al alertar sobre la mirada superficial de los sectores políticos opositores a su gobierno y a los medios de comunicación.
Platón, Sócrates y Aristóteles, desde la antigua Grecia, también abordaron la relación entre realidad y verdad, quizá la alegoría de la teoría del «mito de la caverna» sea la más conocida. Algo que hay que tener muy presente a la hora de leer noticias falsas provenientes de operaciones mediáticas contra la nación caribeña.
En tanto, Maduro define el rumbo
Tras ganar las elecciones y con el bienestar del pueblo como prioridad, el presidente de la República Bolivariana de Venezuela definió, ante la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), seis líneas de trabajo orientadas a superar la crisis que vive el país, detonada por factores desestabilizadores externos e internos.
El mandatario aseguró que la “primera línea es el diálogo y pacificación”, fundamental para superar heridas producto de guarimbas y conspiraciones. De la misma manera sostuvo que lograr un “acuerdo productivo” tendiente a “estabilizar la economía” es clave para la recuperación.
Asimismo, el jefe de Estado destacó que se debe continuar con una lucha “frontal contra todas las formas de corrupción”, al tiempo que se fortalecen las “políticas sociales”, como por ejemplo, la salud, educación, empleo, vivienda y servicios, entre otros beneficios para los sectores más vulnerables del entramado social.
Por último, Maduro señaló como prioridad la “defensa de Venezuela desde todos los espacios”, por “la paz” y el “socialismo”, contra los “ataques del imperialismo” y frente al “bloqueo de los EE.UU.”.
Seis líneas planteadas por el presidente Maduro ante el Legislativo
“La primera línea es el diálogo y pacificación de Venezuela. Le he presentado a la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) las propuestas para superar heridas producto de guarimbas y conspiraciones.”
“La segunda línea es avanzar a un acuerdo productivo para estabilizar la economía y para la recuperación y el crecimiento sostenible, en función de la producción de riqueza y la satisfacción de necesidades.”
“La tercera línea tiene que ver con la renovada lucha frontal contra todas las formas de corrupción y por el surgimiento de una nueva ética patriótica y ciudadana.”
“La cuarta línea es el fortalecimiento y la ampliación del sistema de seguridad social y protección popular, en todo lo relacionado con la salud, la estabilidad laboral, el empleo, la vivienda, los servicios y el Carnet de la Patria.”
“La quinta línea es la defensa de Venezuela y de las instituciones ante los ataques del imperialismo y el bloqueo de los EE.UU. Enfrentando las conspiraciones en defensa de nuestra integridad y de nuestro derecho a la paz”.
“La sexta línea es ratificar nuestro rumbo socialista del siglo XXI, independentista, solidario, rebelde. Tenemos que construir las cinco dimensiones del socialismo propuestas por el Comandante Hugo Chávez en todos los espacios”.