Por David Choquehuanca
Nosotros, los pueblos que preservamos los códigos de las culturas milenarias, los laramas con sabiduría, los que no nos hemos dejado educar con la cultura de la muerte, con la educación tradicional occidental.
Nosotros, los que sabemos que nuestro arribo ha de logar, los que hemos resistido y hemos protegido valores, la palabra Pachamama, el Abya Yala, los que no hemos renunciado a soñar a nuestra comunidad que es el ayllu.
Nosotros, los que sabemos que estamos en tiempos de terminar con el egocentrismo, el eurocentrismo, el antropocentrismo, el egoísmo, el individualismo, el capitalismo, el imperialismo, el sometimiento, la envidia, la invasión, la división, la ambición, la guerra , la dominación, la explotación, la maldad y el miedo.
Nosotros, los que nos hemos comprometido en trabajar por la unidad, la esperanza, la hermandad, la confianza, la integración, la armonía, la paz y el equilibrio.
Los que recuperamos nuestro jiwasa (no soy yo, somos nosotros), los que hemos elegido volver a ser, volver a nuestro qhapaqñan. Los que hemos propuesto fueron completamente iyambae (persona que no tiene dueño).
Los que decidimos volver a nuestra panaka pachakuti (hermanos del cambio), los que buscamos el encuentro del cóndor de los Andes con el águila del norte, los que buscamos armonía y no el enfrentamiento, nunca la guerra. Quienes somos todos hermanos, hijos de nuestra Pachamama, que somos ave, cóndor, mallku, serpiente, Katari, plantas, montaña y brisa.
Los que no renunciamos a ese futuro en el que nos vamos a irnos, con los hechos hechos por nosotros, de acuerdo al ama sua, ama llulla y ama quella. ¡Decimos nuestro mundo es posible!
* Secretario general del ALBA-TCP