Digna postura del gobierno chileno ante el genocidio en la franja de Gaza y Cisjordania

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En los últimos tiempos asistimos al creciente deterioro de las normas del derecho internacional en el relacionamiento entre los países.

Los conflictos en Ucrania y en la franja de Gaza así lo atestiguan.

Los ataques a Irán por parte del gobierno sionista israelí de Benjamín Netanyahu, del 13 de junio, y por el gobierno estadounidense de Donald Trump, del 21 de junio, son totalmente injustificados y violan flagrantemente las normas del derecho internacional.

El pasado sábado 21, más de 125 aviones que incluyeron a bombarderos B-2 en el operativo llamado “Martillo de medianoche”, atacaron a tres bases nucleares iraníes en Fordow, Natanz y Isfahán.

Hay que señalar que estas bases cumplían con los requisitos de legalidad en el uso pacífico de tecnologías nucleares y estaban bajo el control del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).

La consecuente respuesta de Irán lanzando misiles sobre territorio de Israel, agrava la situación bélica y abre la posibilidad de su extensión a toda la región del Medio Oriente; poniendo cada vez más en jaque a la paz mundial.

Mientras tanto el genocidio continúa

Los grandes medios masivos de comunicación se han centrado en los ataques mutuos entre Israel e Irán, intentando dejar de lado la ocupación israelí de la franja de Gaza.

A esta altura de los hechos, no deberían caber dudas en cuanto a definir las acciones del gobierno israelí como un genocidio.

Bastarían las propias declaraciones de varios jerarcas militares de Israel.

Recordemos algunas: el general Ghassan Alian, coordinador de las actividades del gobierno en los territorios (COGAT) dijo en octubre del pasado año: «Los animales humanos deben ser tratados en consecuencia. No habrá electricidad ni agua, solo destrucción. Queríais un infierno, infierno tendréis».

El general Giora Eiland abogó por la completa destrucción de la franja. «Es necesario crear una severa crisis humanitaria en Gaza para alcanzar el objetivo. Gaza se convertirá en un lugar donde ningún ser humano pueda existir».

El propio Netanyahu afirmó ante el parlamento en la misma época: La guerra en curso «es una guerra entre las fuerzas de la luz y las fuerzas de la oscuridad, entre la humanidad y el mundo de las bestias».

Pero, además, los dichos de Francesca Albanese, relatora especial de la ONU sobre la situación de los derechos humanos en los territorios palestinos ocupados, formulados ya en marzo del 2024 son terminantes: “Cuando la intención genocida es tan conspicua, tan ostentosa, como lo es en Gaza, no podemos apartar la vista, debemos hacer frente al genocidio; debemos prevenirlo y debemos castigarlo”.

«En concreto, Israel ha cometido tres actos de genocidio con la intención requerida: causar graves daños físicos o mentales a miembros del grupo; infligir deliberadamente al grupo condiciones de vida calculadas para provocar su destrucción física total o parcial; imponer medidas destinadas a impedir los nacimientos dentro del grupo».

A su vez señaló que “una minoría de poderosos Estados miembros”, en lugar de detener su impulso, “ha prestado apoyo militar, económico y político a la atrocidad, agravando la devastación que ha provocado en los palestinos”.

No sólo se refería a los Estados Unidos, sino además a los países europeos miembros de la OTAN.

Asimismo, pidió a los Estados miembros de la ONU que cumplan con sus obligaciones e impongan un embargo de armas y otras sanciones a Israel.

Los países de Unión Europea, miembros de la OTAN, lejos de “cumplir con sus obligaciones” han decidido aumentar sus gastos en armamentos a un 5% del PBI y continúan – junto a Estados Unidos – vendiendo armas a Israel.

La inoperancia de la ONU

Pese a los pedidos de varios países miembros de que se tomen medidas concretas con el gobierno de Israel, como el embargo de armas y algún otro tipo de sanciones, el organismo no las puede llevar a cabo. El motivo es muy claro y se debe a la propia estructura y funcionamiento de la ONU.

Ninguna sanción puede ser propuesta y aprobada en el seno de su Asamblea General. El procedimiento marca que la propuesta debe ser discutida y aprobada en el ámbito del Consejo de Seguridad, para luego pasar a la Asamblea General para su consideración definitiva.

El Consejo de Seguridad se compone de cinco miembros permanentes y 10 rotativos con un año de mandato. Los cinco miembros permanentes son: China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Rusia.

Todos tienen derecho a veto. Por lo que el veto de uno sólo de ellos impide la aprobación de una medida determinada, aunque tenga el apoyo mayoritario de los miembros permanentes y no permanentes.

Esta es la causa por la cual muchos crímenes no han sido sancionados por la ONU; como tampoco lo será el genocidio en la franja de Gaza.

La digna postura del gobierno de Chile

En este panorama lamentable resaltan las claras declaraciones del gobierno chileno en la persona de su Presidente Gabriel Boric. En más de una ocasión se ha referido al tema. Resumimos su planteo:

“Por una cuestión de principios rechazamos el genocidio y la limpieza étnica que el gobierno de Israel está cometiendo contra el pueblo palestino. Sentimos dolor porque es humano sentirlo; más allá de la distancia.

Por ello hemos decidido:

  1. Llamar a nuestro Embajador en Israel a consulta.
  2. He resuelto el retiro de nuestros agregados militares en ese país.
  3. Suspendimos la participación de Israel en la tradicional Feria del Aire y de espacio (Fidae).
  4. Intervenimos en la denuncia presentada por Sudáfrica por violaciones a la convención para la prevención y sanción del delito de genocidio.
  5. Solicitamos junto a México y la Corte Penal Internacional que investigue los crímenes de guerra y lesa humanidad cometidos en Gaza: luego de lo cual se libraron órdenes de detención contra el Primer Ministro Benjamín Netanyahu y otros altos cargos del gobierno de Israel.”

Finalmente, convocó “a no pelear entre pueblos, ya que la lucha no es entre pueblos; es contra el gobierno genocida de Israel y no el pueblo de Israel. No aceptamos empates ni elegir entre barbaries. Dicho esto, y considerando la permanente violación del derecho internacional por parte de Israel mediante asentamientos ilegales en territorio palestino y el reciente anuncio de expansión de esta política he decidido que es de toda justicia patrocinar y poner urgencia al proyecto de ley que prohíbe la importación de productos producido en territorios ilegalmente ocupados.

“Además, he instruido a la Ministra de Defensa que a la brevedad me presente un plan de diversificación de nuestras relaciones comerciales en materia de defensa que nos permita dejar de depender de la industria israelí en toda área. En este sentido, respaldamos la propuesta adoptada por del gobierno de España de decretar un embargo de armas al gobierno de Israel para que no sigan matando niños”

Vista la inoperancia de la ONU ya mencionada, sería deseable que esta digna postura fuera adoptada en nuestra región por la Celac en su conjunto.

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Carlos Flanagan Uruguayo, exembajador, exintegrante de la comisión de asuntos y relaciones internacionales del Frente Amplio

Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad del autor/a

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